miércoles, 4 de septiembre de 2024

No es suficiente con el bulevar de la “Mujer Mejor Calzada de España”

 

 Concha Velasco “Mujer Mejor Calzada” año 2000

 La industria del calzado de la ciudad de Elda, zona zapatera del Medio Vinalopó, de la que nuestro pueblo sigue ostentando la capitalidad, no puede ni debe conformarse a unas hormas coloreadas esparcidas en sus calles céntricas o un bulevar con placas de metal o cerámica y los nombres de cada una de las que se les otorgó el premio a la “Mejor Calzada”.

 

El bulevar no es más que una parte del todo

 

El compromiso con la industria del calzado para mujer de alta gama no puede quedar anclado a un par de gestos por llamativos que sean.

 

Cuando se propuso que el Ayuntamiento crease esa calle, bulevar o avenida con el nombre de “Mujeres Mejor Calzadas de España”, también se acompañó de una serie de medidas sin las cuales apenas habremos avanzado en el camino de mayor difusión del zapato fabricado en nuestra ciudad.

 

Hay que echar el resto

 

Si se ha acordado conceder a una calle el privilegio de prestigiar el zapato de calidad y alta gama con los nombres de personas, casi todas vinculadas a la moda, y enlazar otras calles de la zona bajo el mismo paraguas, y lo hace el Ayuntamiento, ese camino debe completarse con las otras medidas que deben “rematar la jugada”.

 

Hay muchas otras formas para tratar de mantener el prestigio del zapato eldense, y esas otras maneras de hacer complementarían lo que ya se ha iniciado. Es algo tan lógico que algunas ciudades lo comprendieron y lo pusieron en práctica.

 

Las Ferias Nacionales de Calzado no acaban de arrancar

 

Son muchos años ya en los que las exposiciones de calzado no encuentran los apoyos necesarios para mover al sector zapatero nacional, incluso IFEMA tuvo años en blanco dada la poca asistencia de colecciones de fabricantes españoles a sus ferias. Sin embargo, hay otra forma de hacer, hay más plataformas para incentivar al industrial zapatero y, a la vez, mantener el pulso de nuestra ciudad frente a la competencia nacional por el prestigio del zapato de mujer de alta gama. Debemos tratar de mantener los parámetros que nos dieron la fama y el respeto en la fabricación de este tipo de calzado.

 

Un Certamen - Exposición

 

Hoy nos hemos enterado por la prestigiosa “Revista del Calzado” que se publica para todo el sector zapatero, que a través de la Asociación de Comerciantes de la capital de España, celebrará su ya tradicional Certamen de Calzado de Niño, que  viene realizando dos veces al año y durante tres días para incentivar el comercio de este tipo de zapato en Madrid.

 

Excalpa, como así se llama esa asociación madrileña, ha comprendido perfectamente que no hay mejor promoción de zapato que una buena exposición de tendencias para cada temporada.

 

Pero hay más, cada pueblo zapatero trata con sus propios recursos mantener sus señas que lo han identificado como fabricantes de un determinado tipo de calzado, son los casos de Brea de Aragón; de Arnedo en la Rioja; de Baleares, especialmente en Mallorca o Menorca; Barcelona con su prestigiosa “Estil & Moda”; Valverde del Camino o la muestra anual de calzado de yute que promociona el Ayuntamiento y las industrias de Caravaca de la Cruz, entre otras.

      

   Carteles de los certámenes de calzado de niño en Madrid y la Expo en Brea


           

         Concurso Nacional y promoción de su cazado en Valverde del Camino

                                                         

          Feria de la “sa sabata” en Lloseta-Mallorca. Feria taurina en Arnedo asociada al zapato

 

También en Barcelona y otras importantes capitaes se celebran anualmente exposiciones o certámenes de calzado, donde se exhiben junto al calzado, otros productos de marroquinería.

 

  //                                                        

    Exposición más importante de Barcelona de calzados   Calzado de yute de Caravaca



lunes, 22 de julio de 2024

 



¿Desde cuándo Elda despuntó en el zapato de mujer de alta gama?

 

Es cierto que la frase “Elda, París y Londres”, tiene su origen en el reconocimiento internacional que en 1902 recibieron los zapatos diseñados y fabricados en nuestra ciudad por la empresa de Romero Utrilles. Pero eso no significaba que en Elda el zapato para mujer fuese el más fabricado, ni siquiera el más valorado en aquellos primeros años.

 

El zapato para mujer

 

La industria de final del siglo XIX y hasta la mitad del siglo XX estaba dedicada, en su mayor parte, a la fabricación en serie de zapatos para todas las edades y calzaduras, desde el zapato de niño, que quizá era predominante en los albores de la actividad zapatera, pasando por zapato para colegial, caballero y señora. Las grandes empresas Vera Hermanos; Rafael Romero Utrilles; Silvestre Hernandez; Eugenio H. Browne; Rodolfo Guarinos; Casto Peláez; Luvi en Petrer y muchos otros, mezclaban las distintas modalidades e incluso las diferentes fabricaciones para atender todas necesidades de la población.

 

Arte y diseño

 

La destreza en el oficio, el arte y el diseño de los muchos trabajadores de la industria del calzado desde sus inicios, fue decantándose a la especialidad del zapato de mujer y, dentro de ese tipo, a especialidades hechas siempre en piel con profusión de adornos, plisados, bordados y otros artísticos trabajos que dieron la fama y el prestigio que Elda y su industria buscaba y encontró.

 

El internacional reconocimiento al zapato de señora llegó antes incluso que la creación de las Ferias del Calzado.

 

A la cabeza del zapato para señora en España

 

Así se reconocía que en abril de 1958 a través de la revista “Elda Creadora” y publicada en mayo de aquel año, evidenciando que el zapato para mujer de alta gama se fabricaba en Elda, alcanzando el 47% del total de la industria del calzado, y ocupaba una gran parte del sector comercial en España para zapato de mujer de alta gama.

 

A Elda, le seguía Elche con un 29% del total; Petrer con un 11%; el 13% restantes se distribuirían entre otras ciudades como Cocentaina, Monóvar o Sax, en lo que respecta a la zona de la provincia de Alicante.

 

La hegemónica situación de la ciudad de Elda

 

Como ciudad más destacada en el conjunto de zonas zapateras, Elda, era con mucho la más admirada por su trabajada fabricación y estaba en condiciones idóneas para liderar cualquier iniciativa a convertir la industria zapatera de la Comunidad Valenciana en un centro exportador que ofreciese, junto con la eficacia de sus especializados obreros, las mayores expectativas de éxito en lo que al zapato de alta moda se refiere.

 

Motivaciones para los eldenses

 

No cabe la menor duda que nuestra industria del calzado debe servir como un claro motivo de orgullo para todos los eldenses, extensivo a los habitantes de la comarca del Medio Vinalopó. Los más jóvenes, aquellos que no han vivido nuestro fulgurante renacer como industria del calzado y los que no han conocido los momentos más álgidos y brillantes de nuestro devenir como ciudad industrial del calzado de calidad, sin apenas parangón en el complejo entramado de la fabricación de calzados en nuestro país, deben conocer y no olvidar que todo aquello se debió a un esfuerzo colectivo en el que hombres y mujeres se sacrificaron por el progreso de nuestra ciudad y, cuando se cuenta con esos avales, cualquier situación por mala que nos parezca puede revertirse, pero hace falta que los empresarios se unan como lo hicieron sus predecesores, y los trabajadores defiendan su arte poniendo los mayores empeños para alcanzar objetivos por inalcanzables que parezcan.    

 

domingo, 14 de julio de 2024

El sector zapatero tuvo oportunidad de diversificar su industria en 1984

 

Elda tuvo oportunidad de diversificar su industria en 1984

Diversificar un sector prioritario en ciudades eminentementes zapateras como Elda, Petrer e incluso Elche o Villena, no es nada sencillo y menos con la sola voluntad de la iniciativa privada. Pero en el otoño de 1984 el sector zapatero español tuvo un decidido apoyo de casi todas las asociaciones del sector de la industria del calzado.

La crisis de 1980 afectó a nuestras exportaciones

La actividad zapatera de España, y en especial de la zona del Medio Vinalopó, empezó a notar los primeros síntomas de parálisis tras el despegue producido en la década de los años 60 y 70. Los años 80 se caracterizaron por la reconversión industrial del calzado.

Las fábricas frenaron su actividad y algunas tuvieron que afrontar cierres traumáticos. En el sector zapatero cundió el pánico y las cosas se tornaron más preocupantes; algunos dejes de cuenta debido a confianzas en multinacionales que operaban en nuestra comarca dieron lugar a momentos muy dramáticos tanto en la industria del calzado como en las afines.

Fuerte demanda de maquinaria moderna

La tecnología punta que se necesitaba para poder competir con otros países de Europa no se fabricaba en España y la importación gravaba aranceles que las encarecían.

Las muchas empresas españolas de fabricación de maquinaria para la industria del calzado, no ofrecían máquinas que nos desvinculasen de la creciente importación de tecnología de mayor calado con sistemas avanzados en la época.

No solo el sector zapatero y afines sentían la preocupación del momento, también otros, entre los que me encuentro, no comprendíamos cómo la “investigación” en España estaba tan retrasada como la de otros países de nuestro entorno.

Las experiencias de algunos fabricantes de calzado en Italia, que habían sufrido los muchos avatares por los que ahora España se veía inmersa y encontramos una posible respuesta, en Vigevano habían “Reinventado su industria de maquinaria para el calzado”. Para nosotros también era necesario reinventarnos y al mismo tiempo que la actividad zapatera decreciese, aumentar una dormida actividad industrial para fabricar máquinas de hacer zapatos.

Plan de Investigación de maquinaria de “Bajo Coste”

Ese es el nombre bajo el que escribí un amplio dosier que recogía los fundamentos para diversificar la industria del calzado y reconvertir la mano de obra del proceso de fabricación del calzado, al proceso de fabricación de maquinaria que, comparativamente con cualquier otra industria del momento, le llamé de “Bajo coste”, por la pequeña inversión comparativamente que requería.

Consistía en un proyecto para adquirir máquinas de alta tecnología de aquellos años, estudiarlas detenidamente en sus partes más complejas, y proponer mejoras en prototipos que tuviesen patente española y lanzarlas al mercado nacional e internacional.

Compromisos para poder llevar el plan a feliz término

Naturalmente lo primero era eliminar aranceles de los componentes que nuestra industria necesitase para aplicarlos a sus nuevas máquinas, al menos en primera instancia, más adelante serían componentes para fabricar en Elda, Elche u otras ciudades que eran y son zapateras y que se nutrirían de sus propios sistemas.

La Administración debía facilitar un porcentaje de los medios económicos para la fabricación de al menos tres prototipos por máquina a “investigar”.

Por parte del fabricante de maquinaria el compromiso que adquiría era ultimar la puesta en marcha de los nuevos prototipos e iniciar su comercialización, con un simple aval al Instituto de Crédito Oficial ICO.

Todo el sector zapatero y económico mostró su apoyo

Ciento de personas reunidas en la Cámara de Comercio de Alicante con industriales de maquinaria, zapatos y componentes, dieron su visto bueno tras escuchar mi exposición.

El compromiso debía ser firmado antes de iniciar el proceso y acudir al Gobierno Central y Autonómico en busca de ayuda. Y ese compromiso se logró con decenas de certificados que firmaron entidades Financieras (Banco de Alicante y CAPA); Ayuntamientos; FICE; AMECA (Agrupación de fabricantes de maquinaria Española para el Calzado); Asociación de Empresarios del Calzado de Elda y Petrer, Centros de Formación Profesional (que tendrían que jugar un importante papel en este proceso), entre otras asociaciones de las que conservo los certificados firmados por sus respectivos presidentes o representantes.

En noviembre de 1988 se celebró la Conferencia Europea sobre Formación Profesional y presenté y defendí una ponencia que recibió el respaldo del Comité Científico, pero las puertas de la política seguían cerradas y a pesar de la ilusión, el empeño y los apoyos, más las escandalosas cifras de más del 95% de máquinas importadas, aquel proyecto quedó en el olvido.

¿Que podría haber ocurrido de haberse puesto en marcha aquel sencillo plan?

Si aquel proyecto se hubiese estimado y las diferentes Administraciones del Estado, ante el clamor de los pueblos zapateros y de forma muy especial el sector de fabricantes de maquinaria para el calzado de España, se habría podido crear una industria alternativa de fabricación de maquinaria que, al fin de cuentas, era afín al calzado, pero con una salvedad, los países emergentes de América y de África estaban también empezando a industrializar sus mercados zapateros y nuestro país podría haber ocupado una posición de privilegio.

No sabemos lo que nos hubiera deparado el futuro, pero el ejemplo de un empeño puede servir hoy para darnos cuenta de que salir de una situación con escasas posibilidades de futuro, no es cosa solamente de los industriales, también otros podemos aportar soluciones y luchar por ellas, cuanto menos los políticos que tienen una obligación emanada de las urnas para hacer próspera a la ciudad o ciudades que gobiernan.

“Poder hacer, es creer que se hará” y con la sencilla explicación del “Plan de maquinaria de bajo coste”, queda claro que no todo depende de los empresarios, a buen entendedor le bastan pocas palabras.


domingo, 30 de junio de 2024

La Industria del Calzado y Afines y la Inteligencia Artificial (I.A.)

 


El futuro de la industria del calzado en España, y en especial en la Comunidad Valenciana, son alguna de nuestras mayores preocupaciones.

 

El descubrimiento de la I.A.

 

Hace escasamente un par de años estábamos en mantilla de los muchos resultados y avances que podríamos obtener con el empleo de la I.A.

 

Me convertí en un alumno de esa novísima tecnología, en la que había pocos maestros y casi todos éramos alumnos ávidos de información. Cuando comprendí de lo que se trataba y los infinitos campos de aplicación, me hice yo mismo la pregunta ¿Cómo la IA podría marcarnos un camino para mantener el protagonismo del zapato español ?

 

La respuesta es contundente

 

Con algunos parámetros sobre la historia industrial de las principales ciudades de la Comunidad Valenciana: Elche, Elda, Petrer, Villena, Vall dÚxó, y en otros importantes y ejemplares centros productivos como: Valverde del Camino, Arnedo, Baleares, Almansa, Fuensalida, entre muchos otros, la I.A. nos puede dar respuestas que nos ayudan a aplicar soluciones:

 

La industria de la fabricación de calzados en España que alcanzó en 2023 más de tres mil millones de euros en exportación y que supera los 60 mil empleos directos y muchos otros inducidos, además de una actividad opaca que genera ingresos en algunas familias pero que supone un mal endémico de este sector y se ve sometida a fuertes presiones.

Los principales problemas con los que se enfrenta el sector zapatero son: los elevados costes de producción; las fuertes competencias de otros países, además de las propias dentro del territorio nacional; los cambios en el hábito de uso del calzado, proliferando cada día con mayor intensidad el uso del zapato informal, sport o incluso la alpargata calzada como prenda de vestir.

 

¿Cómo puede la I.A. ayudar a la industria del calzado nacional?

 

A lo largo de mi larga vida trabajado alrededor de la industria del calzado, tanto como técnico como en la dedicación a la enseñanza, he podido enlazar una retahíla de posibles soluciones, a medio y a largo plazo, que ahora la I.A. me refrenda.

 

Aunque solamente sea a nivel argumentario, merecería la pena centrarnos en los “remedios” que la Inteligencia Artificial nos propone, quizá al lector les parezca obvio, pero no lo es tanto cuando se trata de un conjunto de acciones que deben encaminar a sustentar y aumentar nuestro nivel de competencia, y con ello, la riqueza y el empleo de uno de los sectores pilares de la economía nacional. 

 

Fortalecer la formación y capacitación:


* Elaborar programas técnicos y especializados en el diseño, producción y comercialización de calzado de alta gama.


* Fomentar la investigación en nuevas tecnologías, materiales y procesos de producción para el calzado de alta gama.


* Facilitar el intercambio de conocimientos y experiencias entre empresas, instituciones educativas y centros de investigación.


Mejorar la competitividad empresarial. El apoyo a las PYMES:


* Conceder asistencia técnica, financiera y administrativa a las pequeñas y medianas empresas del sector para que puedan innovar y aumentar su productividad.


* Ayudar a las empresas a acceder a nuevos mercados internacionales a través de ferias, misiones comerciales y otras iniciativas.


* Incentivar la colaboración entre empresas para desarrollar proyectos conjuntos, compartir recursos y optimizar la cadena de valor.


Reforzar la imagen de marca:


* Promocionar el calzado de España: Difundir la calidad, el diseño y la tradición del calzado a nivel nacional e internacional.


* Desarrollar una marca distintiva que agrupe y represente a los fabricantes de calzado de determinadas gamas y zonas zapateras.


* Participar en ferias y eventos internacionales de moda para dar a conocer el calzado español a compradores y consumidores potenciales. Con una fuerte apuesta por la imagen de España-Calidad, reactivando e impulsando las propias ferias de calzado en España.


Aprovechar las nuevas tecnologías:


* Crear plataformas colectivas de comercio electrónico para facilitar la venta de calzado de alta gama a clientes en todo el mundo, con la singularidad de cada zona geográfica.


* Utilizar de forma profesional las redes sociales, el marketing de contenidos y otras herramientas digitales para promocionar el calzado y llegar a nuevos públicos.


*  Incorporar nuevas tecnologías en los procesos de producción para mejorar la eficiencia, la calidad y la sostenibilidad.


Fomentar la sostenibilidad:


* Apostar por las prácticas de producción y gestión ambientalmente en la industria del calzado.


* Incorporar materiales ecológicos y biodegradables en la fabricación de calzado.


* Educar a los consumidores sobre el valor del calzado de alta gama sostenible, confortable y duradero.


La puesta en marcha de estas medidas puede contribuir significativamente a aumentar la fabricación de calzado de alta gama, consolidando la posición de la industria del calzado español como un referente internacional en este sector.

José María Amat Amer

miércoles, 19 de junio de 2024

Ejemplares momentos de la industria del calzado. Elda acaba de vivir las mejores fiestas del mundo, luchemos con la misma tenacidad por nuestro calzado.

 


 

Elda acaba de vivir las mejores fiestas del mundo, luchemos con la misma tenacidad por nuestro calzado.

 

 Mural realizado por la pintora Cándida López, Candy, que recrea la imagen del conjunto ferial en la ciudad de Elda en 1969, e instalado por AMFI en la fachada del parquin junto a la plaza de la FICIA.

 

Es necesario que los jóvenes que hoy trabajan en nuestras industrias sepan, y no olviden, el “efecto llamada” que se produjo tras el nacimiento y consolidación de sus Ferias del Calzado. Hoy quizá no sea esa solamente la solución, pero los caminos para alcanzar el progreso no se abren a los inmovilistas o a los mediocres. Hay muchas fórmulas para seguir creciendo, debemos buscarlas y trabajar por ellas.

 

La ciudad de Elda estaba de moda

 

La industria del calzado en la comarca en la década de los años 50 pasaba por grandes dificultades, no se vislumbraba un horizonte de progreso, pero todo cambió a partir de 1960.

 

Elda se destacaba como ciudad de zapato de calidad, especialmente en mujer de alta gama junto con otras especialidades. Sin embargo, cuando las Ferias del Calzado protagonizaron aquel milagro económico, pasamos a superar a los cítricos en los índices económicos de exportación y eso se vio claramente reflejado en el aumento de población, de los 28.380 habitantes del año 1960, se pasó a los 41.511 habitantes en la década siguiente; 53.181 habitantes en 1980, y 54.350 en 1990, prácticamente similares índices de población alcanzados en la actualidad, 34 años después.

 

Con los datos apuntados podrá el lector hacerse la idea del desarrollo de la ciudad en aquellos años. El Ayuntamiento de Elda planificaba el creciente urbanismo que obligaba la llegada de cientos de personas para trabajar en nuestras empresas, también precisaban vivienda y servicios; restaurantes, cafeterías, comercios de todo tipo y, entre ellos, las mejores marcas del momento. 

 

Elda era moda

 

Y esto no es una frase hecha, la ciudad competía con la apertura de comercios que ofrecían marcas que solamente se podían adquirir en la capital, Elda era la ciudad cosmopolita que tenía “vida”, muchas personas transitaban asiduamente por la población para observar sus escaparates y realizar sus compras en prendas u otros objetos de moda que no podía encontrar en sus lugares de origen. Naturalmente conseguir un local de planta baja en las calles céntricas de la ciudad era una aventura casi imposible.

 

Algunos amigos y familiares que viven alejados de nuestra ciudad nos recuerdan con tristeza que Elda era el ejemplo de una ciudad moderna, venían a nuestro pueblo para disfrutar de su aire de modernidad y el constante movimiento de gente por sus calles y sus comercios.

 

Estímulo a la industria del calzado

 

Y no solo por la creación de FICIA en 1960. Fue también el Centro Promotor de Exportaciones CEPEX, en 1967, que se erigió como uno de los más firmes aliados de la promoción del zapato español para la exportación. Se creó INESCOP, en 1971, para fomentar la calidad y la investigación. Se reforzó con mayor protagonismo la Agrupación de Fabricantes de Calzado, especialmente de Elda y Petrer, para que el sector comarcal tuviese su liderazgo y su voz.

 

El mercado español de exportación creció de 15 millones de pares en 1970 a más de 45 millones en 1980.

 

Después volverían de nuevo tiempos de crisis, pero el sector calzado estaba reforzado por las marcas que ya se consolidaban en los mercados, también por la alta especialización de los trabajadores del sector zapatero en Elda; la calidad se perfilaba como el más importante activo que había que mantener y superar, si ello era posible. Algunas poblaciones zapateras buscaban en Elda a los mejores especialistas, ente ellos a las aparadoras que eran sinónimo de perfeccionistas de un complicado trabajo.

 

Ejemplos para soñar

 

No se trata de volver nostálgicamente la vista atrás, NO, la juventud debe saber que el futuro del sector está en sus manos y quizá los ejemplares momentos del aquel pretérito, deben servir para no entrar en el desánimo o la frustración. Lo repito de nuevo, Elda será mientras la industria del calzado de calidad persista en nuestra ciudad. Está claro que no depende solamente de una firme voluntad, hay que luchar de forma permanente y desde todas las instancias. Si hemos perdido liderazgo empresarial, hay que recuperarlo, si el sector en nuestra comarca precisa de una gerencia específica, hay que crearla, si no tenemos una marca reconocida, hay que reconocerla e inscribirla como otros lo han hecho, si de nuevo hay que echar mano de un ente comercial que expanda las cualidades de nuestro zapato al margen de las ferias mundiales, hay que volverlo a crear, somos conscientes de las dificultades, pero a base de observar los que algunos pueblos en Europa han realizado en circunstancias similares, nos obliga a insistir.

 

Acabamos de pasar las mejores fiestas del mundo, pongamos la misma ilusión, insistencia y capacidad para hacer de nuestra industria del calzado de señora de alta gama, la más admirada y los zapatos fabricados los más buscados del mundo.

sábado, 1 de junio de 2024

EJEMPLARES MOMENTOS DE LA INDUTRIA DEL CALZADO. Sesenta y ocho años de una premonición compartida La Feria del Calzado y las Fiestas de Moros y Cristianos.

 

              Emotivo y esperanzador cartel anunciador de las Ferias del Calzado de Elda

                            

 Como todos los inicios de algún acontecimiento importante el "boca a boca" juega un papel muy importante, pero se precisan otras voluntades que ayuden a fraguar una idea.

 

Oscar Santos había publicado el 22 de diciembre de 1956 una carta en Valle de Elda bajo el título “¿Elda capital del calzado?”  por la que, con una postura muy realista, llamaba a la movilización en favor de una Feria del Calzado en Elda que nos sacase de un estado de conformismo ante las sucesivas crisis del calzado.

 

Fueron cientos de personas y varias instituciones del sector zapatero las que se sumaron a aquellas primeras palabras salidas de la pluma de Santos que ilusionarían a los eldenses de aquellos años. La idea estaba sembrada en “tierra fértil” y el empuje emprendedor de los trabajadores de la ciudad de Elda y de Petrer, se pusieron manos a la obra para que la ilusión se transformase en realidad.

 

Una eldense insigne y reconocida poeta local, Carola Gonzálvez, movida también por un sentimiento de amor a su pueblo y con el deseo de ver a Elda dentro del círculo de progreso que pudiese generar un Certamen Ferial, se unió a la idea de Santos y lanzó su peculiar fantasía.

 

Fantástica Feria del Calzado y los Moros y Cristianos

 

         


                      Cartel anunciador de la Fiestas de Moros y Cristianos de 1958


El día 4 de mayo de 1957, también en este semanario, un original artículo titulado "Feria de Muestras del Calzado en Elda, 1958", narraba de la mano de Carola lo que pasó en la ciudad cuando se "celebró" aquella fantasiosa exposición, la primera Feria de Calzado en Elda, que la recordada poetisa la hacía coincidir en su imaginación con las bulliciosas fiestas de Moros y Cristanos.

 

 Los fabricantes se aprestaban a reservar los stands y la ciudad presentaba un aspecto inusitadamente animado. Se había hecho coincidir la Feria con los típicos festejos de Moros y Cristianos.... ", el escrito continuaba.... "Atraídos por los festejos y la novedad de la Feria, hubo tal afluencia de público, que apenas se podía transitar por las calles.
Los stands, resplandecientes de luces, rivalizaban en el decorado para la presentación de las muestras. El proyecto hecho realidad, fue un éxito, y en los años que siguieron, la Feria de Muestras del Calzado, en Elda, ha logrado ser famosa, atrayendo la atención no solo de los españoles, sino de los numerosos turistas que
visitan nuestro país "
.

 

Era toda una premonición, Carola Gonzálvez, asumiendo el lanzamiento hecho por Oscar Santos, dando vida con su crónica a una Feria que se celebraba en el año 1958, cuando todavía estábamos en el mes de Mayo del año l957; como diría un artículo publicado en "Valle de Elda" y firmado por el seudónimo “Violeta” el día 15 de Junio de 1957... "Esta magnífica idea, solamente lanzada con el impulso que da el amor hacia la patria chica, ha hecho que muchos de nosotros nos enzarzáramos en discusiones sobre la posibilidad de llevar a cabo tal empresa. No obstante, en la mente y en el corazón de todos, al ver surgir esta idea como penacho de humo negro en el horizonte, hemos pensado que algo así llevábamos escondido en las profundidades del pensamiento, y a la mayoría nos causó la misma impresión que causaría en su tiempo el hecho del huevo de Colón”.

José María Amat Amer

sábado, 18 de mayo de 2024

Ejemplares momentos de la industria del calzado. Primera llamada a la creación de una Feria del Calzado en Elda

 

Primera llamada a la creación de una Feria del Calzado en Elda

 
    Un cartel anunciador de una muestra de indumentaria para mujeres y hombres en 1930

 En 1935 se echaba la vista atrás para contemplar la industria del calzado con la perspectiva que dan los años transcurridos, casi un siglo de rodaje, desde aquellos primeros zapateros de 1840, como primera referencia a la fabricación en serie de calzado en la población de Elda.

 Poner en marcha una fábrica de calzados y lograr mantenerla no era tarea fácil, aquellos zapateros de antaño sacrificaban sus talentos con su trabajo, continuando un camino de superación, ellos formaban parte de ese engranaje que nos hizo caminar por sendas de progreso.

 También aquellos obreros demandaban sus derechos acudiendo en algunas ocasiones a la huelga en las fábricas.  La primera de ellas fue en 1930 cuando las aparadoras iniciaron con la llamada “huelga del hilo” en Elda, una forma de reivindicar sus derechos paralizando prácticamente todo el sector zapatero, logrando la solidaridad de otros trabajadores y de otras poblaciones zapateras, reivindicaciones de aquellas trabajadoras en demanda de que se abonasen el importe del hilo y la aguja que, hasta entonces, debían aportarlo las propias aparadoras.

 Los problemas de una industria hegemónica en la ciudad

 Las estrategias para conseguir pedidos a veces fracasaban y a tiempos de bonanza le seguían otros momentos de profundas crisis por falta de trabajo en las fábricas.

 La industria zapatera ya era mayor de edad para asumir todos los pormenores e incidencias de cualquier sector económico en España. Elda ya tenía independencia económica y personalidad propia. La comarca se había emancipado de aquellos años de miseria en que la escasa población debía lidiarse con la agricultura y con unos núcleos industriales aislados y dispersos. Ahora, en la primera parte del siglo XX, los problemas eran otros, por una parte, había que mantener el nivel de ocupación de los miles de personas que habían emigrado de sus primigenios lugares de origen para encontrar en Elda trabajo y progreso; por otro lado, era necesario afrontar los retos de una ciudad moderna, sus infraestructuras comerciales e industriales y los problemas laborales y sociales.

 A periodos de trabajo constante, le sucedían otros de paros intermitentes, esa era la realidad de una población que no paraba de recibir personas de muchos lugares por el efecto llamada de otros paisanos que llegaron antes. Los esfuerzos de los empresarios para buscar pedidos de un mercado nacional ya saturado encontraban las dificultades de siempre: gran diversificación de modelajes por pedidos que agobiaban los procesos de producción, trabajadores en paro con periodos que cada temporada se alargaban más, dificultad para acceder a los mercados europeos y, lo más difícil, llegar y convencer a los mercados americanos.

  
                                            Revistas especializadas presentan catálogos en Europa 1930

 

La ilusión de los primeros tiempos se había transformado en una preocupación permanente, Elda no podía ni debía echar marcha atrás y la solución pasaba por vender más zapatos y ampliar las miras económicas de esta singular industria.

 Una Feria del Calzado en España

 La primera referencia pública a la necesidad de una Feria de Muestras de Calzados nos la lanza Martín de Gales, probablemente un seudónimo, en la revista eldense "Albor" en septiembre de 1935, un artículo titulado "Lo que falta en nuestra ciudad", en dicho comentario el autor aborda la preocupación por el posible desplazamiento de la población industrial desde Elda a otras ciudades o pueblos limítrofes en busca de trabajo por los paros intermitentes de la actividad zapatera. Un problema que ya se dejó sentir en aquellos lejanos años y que preocupaba a los eldenses de la época.

 

Los años se sucedían y no era posible ampliar la oferta sin que hubiese la expectativa de una clara demanda. Con un comercio español abrumado por la cantidad de “maulas” arrinconadas en las tiendas, zapatos de alta calidad convertidos en saldos por falta de clientes, esa preocupación hizo saltar una chispa que no prosperó en aquel momento, “Una Feria anual de muestras de nuestros productos industriales”.

 

Elda y la industria del calzado en España tendrían que esperar 25 años más para que la idea prosperase y fructificase con otros protagonistas. 

José María Amat Amer

viernes, 17 de mayo de 2024

Ejemplares momentos de la industria del calzado. 100 años del primer asociacionismo empresarial del calzado en Elda

 

Ejemplares momentos de la industria del calzado. 100 años del primer asociacionismo empresarial del calzado en Elda
Moderna fábrica de calzado de Rodolfo Guarinos Vera, en 1919, creada en 1902 y situada en el final de la actual calle Purísima, en la zona conocida como "Portal del Ángel", con fachada a la calle Gonzalo Sempere.

Este año 2024 se conmemora el centenario del primer intento de creación de un asociacionismo empresarial alrededor de la industria del calzado.

En Elda y Petrer había un nutrido grupo empresarial encabezado por las míticas industrias de Silvestre Hernandez, Romero Utrilles, Casto Peláez, Francisco López, Pérez y Amat, Vda. de Juan José Guarinos, Pablo Pérez, Pablo Guarinos, Blas Amat, Mondéjar y Navarro, Vicente Esteve, Eugenio H. Browne, con varias industrias en poblaciones vecinas y en Elda, donde también estaba una de sus principales fábricas. También figuraban Francisco Martínez Orgilés, conocido industrial con el prestigiosos premio “Copa de plata” que transformaría en su propia marca, Manuel Vera Bañón; Teófilo Romero; Vera Hermanos; Luvi en Petrer, Antonio Porta o José Jerónimo Guill y Rodolfo Guarinos. Todas ellas y muchas más, que llegarían al centenar, se consideraban empresas de tamaño grande y mediano que daban empleo a centenares de trabajadores, pero había también talleres con una decena y menos obreros que se unieron a esa asociación. Además, eran importantes algunas fábricas de productos auxiliares, como Isidro Aguado Aravid o Constantino Bañón, José María Navarro, en maquinaria, o Emérito Maestre y algunas otras que realizaban trabajo para los complementos: hormas, tacones, cajas de cartón e incluso existía una pequeña tenería junto al río Vinalopó, propiedad de Emilio Maestre, que además representaba otros tipos de pieles.

La Asociación de Fabricantes de Calzado de Elda y Petrer

En Elda se creó la Federación Patronal de Fabricantes de Calzado, fundada en 1924 con 65 asociados, pero quedó en un intento fallido que duró escasamente un año. La pretenciosa federación de empresarios quería convertirse en el punto de confluencia de los intereses industriales del sector en España, y no se llegó conseguir. Las industrias dispersas en otras provincias y ciudades: Almansa; Vall d'Uxó, Baleares e incluso Madrid, por hablar de algunos de los focos industriales de los primeros años del siglo XX, no llegaron a comprender la idea de los beneficios que podrían conseguirse con la unidad de todos en una federación y aquellos 65 inscritos representaban casi en su totalidad a fabricantes de Elda y Petrel.

Teófilo Romero Juan, dos años más tarde, en 1926, impulsó lo que sería, con menos ambiciones geográficas, la primera Asociación de Fabricantes de Calzado de Elda y Petrer, es decir, circunscrita a la zona zapatera del Medio Vinalopó, y con solamente 58 empresas asociadas, ese fue el punto de partida.

Los asociados representaban un importante empuje en el conjunto nacional de fabricación de calzado. 

La producción de zapatos en el año 1929 fue de 4.000.000 de pares de todas las clases por un valor de 38 millones de pesetas, según cifras que el propio presidente Sr. Romero, desveló en la revista socialista Horizonte en 1931.

Como casi todos los proyectos que se crean y están compuestos por muchas empresas, también la Asociación Patronal de Fabricantes de Calzado pasó por momentos de incertidumbre y, en el año 1933, debido a la falta de actividad, los errores cometidos y a la ineficaz labor llevada a cabo, la entidad trascurrió por un momento delicado que casi la hace desaparecer. El anuncio de su desaparición sería muy criticado en los ámbitos laborales de la época, tachándola de error descomunal y, con los peores augurios, surgía la pregunta ¿quién o quiénes podrán parar la descomposición de este sector zapatero que tanto beneficio está creando en la comarca? Fue el propio Romero quien, asumiendo los errores del pasado, aunó de nuevo e impulsó en 1934 la asociación para hacerla más fuerte y duradera.

El llamamiento al progreso de la ciudad era una constante y desde los periódicos o revistas de la época se lanzaban mensajes constructivos de unidad frente al progreso, instando a la creación de una Asociación de Fabricantes como instrumento al servicio del sector de calzado, ya muy desarrollado en la zona, que potenciase su economía y crease riqueza.

La industria del calzado, como todas las actividades industriales, tiene sus momentos de gloria y sus fases de declive, pero hay muchas clases de afrontar una crisis y hay también muchas causas que la originan, incluidas las injerencias políticas., como recordaba en una encendida proclama aparecida en la revista El Cronista, en 1935, Venancio Caballero refiriéndose a determinadas injerencias políticas en aquellos años.

José Maria Amat Amer

Ejemplares momentos de la Industria del Calzado. Los primeros zapateros

 


Alguna vez nos hemos replanteado la figura casi idílica de quienes fueron los primeros zapateros que vivieron y trabajaron en aquellos albores de la industria del calzado eldense, y protagonizaron el paso de la más pura artesanía a la fabricación en serie. 

Algunos historiadores nos han revelado datos por informaciones extraídas de los censos de la época, lo que se llamó “El Libro de la Seguridad Pública” que forman parte de los archivos municipales, y en el que se encuentran nombres de personas y oficios hacia la mitad del siglo XIX.

Según nos relata H. Soria del Castillo, que fue quizá el adelantado que se refirió a los antiguos zapateros de la villa, que uno de los primeros zapateros eldenses se llamaba Ramón "el Guiña", que trabajaba a las puertas de su casa en la calle San Antón, preparando zapatos de niño para comuniones y los vendía en los mercadillos de Salinas y otras pequeñas aldeas a las que se desplazaba caminando.

Cuando la industria del esparto estaba en todo su apogeo en Elda (aunque no nos consta que fuera para realizar calzado) y también había otras como la del papel de estraza, este hombre, el Guiña, era el hazmerreír del barrio en el que trabajaba a las puertas de su casa, y algunos se preguntaban el por qué de aquel oficio que, en aquellos primeros años del siglo XIX, era casi exclusivo de personas pobres, como así se hacía constar en el mencionado libro de Seguridad Pública, cuando se inscribía un nombre de profesión zapatero. Con frecuencia no era extraño que incluso se dirigiesen al mencionado Guiña, increpándole que estaba perdiendo el tiempo en hacer esos zapatos que probablemente nadie iba a comprar. Ese hombre, quizá desengañado de una profesión que no era suficientemente apreciada por sus conciudadanos, acabó sus días de portero en el Manicomio Provincial de distrito que estaba instalado a la entrada del pueblo, en el edificio en el que años antes se ubicara el Convento de Franciscanos, el que fuera inspiración para la obra de Castelar “Fray Filipo”.

A la vista de las inscripciones en el censo de trabajadores, donde aparecían peones o braceros casi analfabetos, se podían leer apellidos como: Yago, Mira, Esterlic, Castelló, Payá, Maestre, entre otros; estos pioneros realizaban los zapatos ayudados por su familia, por lo que no resulta raro que alguno de esos apellidos se extendiesen por la villa al pasar la profesión de padres a hijos.

Como era costumbre en los pueblos, el nombre de alguno de aquellos zapateros se conocía más por el apodo o mote que por el nombre y apellido, de ahí “el Chulo”, el nombrado “Guiña”, “Payá mayor” o Payá menor”, entre muchos otros. En alguna ocasión me contaba mi recordado amigo Isidro Aguado, que su abuelo, antes de llegar a ser el pionero en la fabricación de hormas, fue zapatero manual y también tallaba sus propias hormas de madera, algo que no era insólito, pero sí una excelencia tallarlas con la calidad con las que las realizaba Aguado. “Isidro el tallista”, le llamaban dada su destreza en los albores de la confección de calzado en serie. Isidro comenzaría desde muy joven a formarse como zapatero de silla que y, como muchos, también compaginaría este incipiente oficio con salarios de miseria con otras actividades locales incluida la agricultura.

El inicio del oficio de la fabricación en serie en Elda, en un dibujo monocromo en tinta, de Gabriel Poveda Rico “Leirbarg” recreando una estampa familiar de mediados del siglo XIX.

Los libros de censo o padrón de oficios de mediados del siglo XIX no recogían muchos de los que trabajaban haciendo zapatos y compatibilizando esta con otras actividades en las que Elda destacaba, como majar esparto, que incluía la recogida; hacer papel de estraza; o simplemente braceros o arrieros de la villa, de ahí que nombres que serían destacados en el mundo del calzado de aquellos años, como es el caso de Aguado, no aparecieran en referencias censales.

Lo cierto es que el oficio nació del propio oficio, es decir, los zapateros remendones de aquellos años tendrían el valor y el acierto de poner a la Villa de Elda en el camino del progreso, por el que hemos caminado durante casi dos siglos, sin olvidar que nada es totalmente gratis, y levantar una industria que supuso un esfuerzo titánico que hoy estamos obligados a cuidar, para que el trabajo y la riqueza de la ciudad se mantenga y crezca. No despreciemos por tanto cualquier esfuerzo, todo suma y todos somos necesarios.

José María Amat Amer