Primera
llamada a la creación de una Feria del Calzado en Elda
Un
cartel anunciador de una muestra de indumentaria para mujeres y hombres en 1930
En 1935 se echaba la vista atrás para contemplar la industria del
calzado con la perspectiva que dan los años transcurridos, casi un siglo de
rodaje, desde aquellos primeros zapateros de 1840, como primera referencia a la
fabricación en serie de calzado en la población de Elda.
Poner en marcha una fábrica de calzados y lograr mantenerla no era
tarea fácil, aquellos zapateros de antaño sacrificaban sus talentos con su
trabajo, continuando un camino de superación, ellos formaban parte de ese engranaje
que nos hizo caminar por sendas de progreso.
También aquellos obreros demandaban sus derechos acudiendo en algunas
ocasiones a la huelga en las fábricas. La
primera de ellas fue en 1930 cuando las aparadoras iniciaron con la llamada “huelga
del hilo” en Elda, una forma de reivindicar sus derechos paralizando
prácticamente todo el sector zapatero, logrando la solidaridad de otros
trabajadores y de otras poblaciones zapateras, reivindicaciones de aquellas
trabajadoras en demanda de que se abonasen el importe del hilo y la aguja que,
hasta entonces, debían aportarlo las propias aparadoras.
Los problemas de una industria hegemónica en la ciudad
Las estrategias para conseguir pedidos a veces fracasaban y a tiempos
de bonanza le seguían otros momentos de profundas crisis por falta de trabajo
en las fábricas.
La industria zapatera ya era mayor de edad para asumir todos los
pormenores e incidencias de cualquier sector económico en España. Elda ya tenía
independencia económica y personalidad propia. La comarca se había emancipado
de aquellos años de miseria en que la escasa población debía lidiarse con la
agricultura y con unos núcleos industriales aislados y dispersos. Ahora, en la
primera parte del siglo XX, los problemas eran otros, por una parte, había que
mantener el nivel de ocupación de los miles de personas que habían emigrado de
sus primigenios lugares de origen para encontrar en Elda trabajo y progreso;
por otro lado, era necesario afrontar los retos de una ciudad moderna, sus
infraestructuras comerciales e industriales y los problemas laborales y
sociales.
A periodos de trabajo constante, le sucedían otros de paros
intermitentes, esa era la realidad de una población que no paraba de recibir
personas de muchos lugares por el efecto llamada de otros paisanos que llegaron
antes. Los esfuerzos de los empresarios para buscar pedidos de un mercado
nacional ya saturado encontraban las dificultades de siempre: gran
diversificación de modelajes por pedidos que agobiaban los procesos de
producción, trabajadores en paro con periodos que cada temporada se alargaban más,
dificultad para acceder a los mercados europeos y, lo más difícil, llegar y
convencer a los mercados americanos.
Revistas especializadas presentan catálogos
en Europa 1930
La ilusión de
los primeros tiempos se había transformado en una preocupación permanente, Elda
no podía ni debía echar marcha atrás y la solución pasaba por vender más
zapatos y ampliar las miras económicas de esta singular industria.
Una Feria del
Calzado en España
La primera referencia pública a la necesidad de una Feria de Muestras
de Calzados nos la lanza Martín de Gales, probablemente un seudónimo, en
la revista eldense "Albor" en septiembre de 1935, un artículo
titulado "Lo que falta en nuestra ciudad", en dicho
comentario el autor aborda la
preocupación por el posible desplazamiento de la población industrial desde
Elda a otras ciudades o pueblos limítrofes en busca de trabajo por los paros
intermitentes de la actividad zapatera. Un problema que ya se dejó sentir en
aquellos lejanos años y que preocupaba a los eldenses de la época.
Los años se sucedían y no era posible ampliar la oferta sin que
hubiese la expectativa de una clara demanda. Con un comercio español abrumado
por la cantidad de “maulas” arrinconadas en las tiendas, zapatos de alta
calidad convertidos en saldos por falta de clientes, esa preocupación hizo
saltar una chispa que no prosperó en aquel momento, “Una Feria anual de
muestras de nuestros productos industriales”.
Elda y la industria del calzado en España tendrían que esperar 25 años
más para que la idea prosperase y fructificase con otros protagonistas.
José María Amat Amer
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