viernes, 17 de mayo de 2024

Ejemplares momentos de la industria del calzado. El principio de la industria zapatera en Elda.

                                          Maestros artesanos eldenses trabajando manualmente.


Es importante y aleccionador conocer cómo se fraguaron los mejores momentos que vivió la transformación de la industria del calzado en nuestra ciudad, en Elda. Las personas más jóvenes, aquellas que no vivieron los momentos más brillantes y emblemáticos de la industria del calzado local, deben conocer y no olvidar que hubo un tiempo en que Elda brilló con luz propia muy por encima de otras ciudades zapateras. Bajo el título genérico de “Ejemplares momentos de la industria del calzado” iremos desgranando, en este blog, paso a paso, alguno de los grandes logros conseguidos por quienes fueron los actores más importantes y como lo hicieron.

El principio de la industria zapatera en Elda

No todos los pueblos pueden contar con una trayectoria tan singularmente creativa creando riqueza, con las solas fuerzas de sus ciudadanos. Elda era un pueblo agrícola hace apenas dos siglos y de esa agricultura vivían sus pocos tres mil habitantes.

Otras villas, dentro y fuera de nuestra comarca, tuvieron similares situaciones y de la agricultura mantenían su mayor parte del trabajo. Sin embargo, hay que decir con toda justicia que Elda no abandonó su agricultura para industrializarse, esta ciudad perdió el agua en una época en la que había en abundancia, la salinidad del agua que recibía arruinó su fértil huerta. A partir de ahí nada se nos regaló, hubo que sacrificarse y luchar duramente para tratar de conseguir una nueva vía de subsistencia.

Un pequeño taller de zapatería fue el principio de todo, unos zapateros remendones realizando zapatos para vender en mercadillos de la zona, fueron las primeras semillas de lo que se convertiría toda una capitalidad industrial de fabricación del calzado. El milagro de Elda, puesto que así se le puede llamar, se produjo, pero esos milagros poco o nada se dan si no hay una férrea voluntad de luchar y unas ganas enormes de buscar un horizonte que marque el camino del éxito y ese, a mi juicio, fue el milagro, a veces lo que ocurre es que cuando se pone fe y empeño en el trabajo, la suerte, que es siempre necesaria, también ayuda y Elda tuvo su oportunidad.

Cuando en la ciudad ya se hacían muchos miles de zapatos cada día, la indefinición por un tipo concreto estaba por llegar, cohabitaban las fábricas de calzados de señora con las de series y chicarro o zapato para niños, aunque también se podía ver anuncios de final de siglo XIX en los que se leía "Fábrica de calzados de todo tipo", es decir, que lo mismo se fabricaba señora, caballero o niño. Fue en esos primeros años de trabajo en serie o lo que podríamos llamar la productividad de la artesanía, porque casi todo se hacía a mano, cuando recibimos una expedición de mahoneses que sin duda, contribuyeron en gran medida a definir, o más bien a reafirmar un estilo de calzado de mayor calidad si cabe, y con una mayor orientación al zapato de mujer de alta calidad y de ahí al calzado llamado de lujo o zapato fino.

A veces nos paramos a pensar en el porqué de nuestra casi exclusiva especialización en zapato de mujer y, dentro de ese tipo, en el más alto en materia de calidad y diseño; en algunos casos incluso se ha escuchado algún lamento de que, si en Elda se hubiese fabricado otros tipos incluido los deportivos, nuestros baches habrían sido menores o más llevaderos. Sin embargo, puestos a soñar, creo que esta alta especialización es, lejos de lo que podría pensarse, un acierto, porque para cubrir los posibles periodos de crisis en el calzado en general, nada mejor que una industria diferente. una industria alternativa al calzado; pero puestos a mantener nuestra industria principal que nos ha dado progreso y riqueza y ha permitido situar a Elda dentro de las ciudades más importantes de la provincia y la más prestigiada en fabricación de calzado de España, ¿por qué perder nuestras señas de identidad como ciudad en la que el calzado es sinónimo de calidad y diseño?, ¿acaso el calzado deportivo o el chicarro e incluso el de caballero, nos habría situado en una cota más alta de prestigio? Creo rotundamente que no, Elda es lo que es gracias a lo que fabrica y aquí están reconocidos los mejores estilistas en calzado de España y aquí sigue estando la mayor riqueza en prestigio y calidad, no superadas por otras ciudades que nos quintuplican en producción y ventas. Nuestro milagro es mantener ese prestigio, es cuidar nuestra calidad, es rivalizar con los más grandes, nunca con los mediocres o los pequeños, en referencia únicamente a la calidad y al diseño.

"... Y aquel espíritu generador que hizo del caserío una aldea y de la aldea una Villa, rompió el estrecho círculo donde se consumía en vida isócrona, rudimentaria y pobre, pues si la agricultura daba el vivir, éralo en medida estrecha y como máxima compensación a rudos esfuerzos consumidores prematuros del vigor físico y anuladores por atrofia de energías cerebrales, y al romperlo, se abrió nuevo horizonte en el ancho campo donde la noble lucha de las aspiraciones, forjan el bienestar y progresos humanos. Y así, donde solo hubo manejar de azadas, ruido de esquilas y chirriar de grillos, se oyeron metálicos sonidos del martillo sobre el yunque, bronco trepidar de poleas y artefactos y activo trajinar en unos menesteres que no eran la siembra ni la siega, ni la trilla ni la vendimia, pero que era también trabajo; trabajo encauzado por distintos derroteros donde no solo había fuerza muscular, sino también ejercicio de la inteligencia que lo avaloraba y le hacía rendir una vida más holgada, aplicándolo a los primeros rudimentos industriales que aparecieron manifestados por medio de herrerías, fábricas de papel, molinos de majar esparto y un raquítico taller de zapatería.

Y de aquel taller humilde, nacieron las grandes fábricas con sus amplios e independientes edificios construidos expresamente con tal fin; y los calzados de Elda, en producción progresiva invadieron la España toda, ganaron premios de honor en exposiciones extranjeras y consagraron como industrial a este pueblo, cuyo nombre fue llevado triunfalmente por sus hijos en viajes laboriosos, lo mismo a las grandes urbes comerciales que a las apartadas y silenciosas aldeas.... Y así se formó la moderna ciudad de Elda." Antonio Vera en el “Liberal del Elda” número extraordinario de 1915. 

José María Amat Amer

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