miércoles, 26 de noviembre de 2025

La Fábrica de Pedro García Amat. "Calzados Elefante"

 

Desde un pequeño taller en Elda hasta una marca reconocida internacionalmente.

Edificio fabril que estaba situado en la Avenida del Mediterráneo de Elda


Pedro García Amat nació en una familia humilde de Elda y, con apenas ocho años, emigró con su familia a Cuba en busca de nuevas oportunidades. A los dieciocho regresó a España y comenzó a formarse en la industria del calzado, aprendiendo oficios hoy casi extinguidos, como el de desvirador. 

Según J. Mª Amat, fundador del Museo del Calzado de Elda, “Pedro García empezó de cero, observando, anotando y aprendiendo cada detalle de cómo se fabricaban los zapatos. Su pasión por la perfección era evidente desde el primer día”.

Con un socio y amigo, Antonio Castello, Pedro García instaló su primer taller en los bajos de su vivienda familiar, donde comenzaron fabricando zapatos de niño. Poco a poco, la empresa creció y se consolidó. J. Mª Amat recuerda: “Era impresionante ver a Pedro García siempre trajeado y con pajarita, controlando personalmente la calidad en la fábrica. Para él, cada zapato debía ser impecable.”

       Primera ubicación del taller donde comenzó a fabricar zapatos en la calle Hilarión Eslava

A lo largo de los años, la empresa Pedro García se destacó por su innovación y por la capacidad de adaptarse a los cambios de la industria. La fábrica implementó sistemas pioneros de control de producción y fue un referente en la fabricación de calzado de caballero y señora. “Su mayor especialización fue el calzado de caballero, que se convirtió en un verdadero referente en Elda y en España. Más tarde. La fábrica también produjo calzado de señora y botier”, comenta Amat.

En 1982, a petición de sus trabajadores, recibió la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo.

En 1982, a petición de sus trabajadores, recibió la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo. / Cedida

Hoy, la marca Pedro García sigue siendo un ejemplo de excelencia y tradición familiar, con presencia en Europa y Estados Unidos. J. Mª Amat concluye: “El legado de Pedro García Amat sigue vivo gracias a sus hijos y nietos. Su historia demuestra cómo la visión, la pasión y el esfuerzo pueden transformar un pequeño taller en una empresa de renombre internacional”.

viernes, 21 de noviembre de 2025

Viuda de Manuel Vera Bañón: La histórica fábrica de calzado que marcó el prestigio de Elda

  La fábrica de “los tahúllas”, pionera en innovación y calidad, dejó un legado que todavía se conserva en el Museo del Calzado.



Foto familiar de Manuel Vera Bañón 

La fábrica de “los tahúllas”, fundada por Manuel Vera Bañón a principios del siglo XX, fue una de las últimas en desaparecer en Elda y es recordada por su contribución al prestigio del calzado local. Según José María Amat, fundador del Museo del Calzado de Elda, “vamos a hablar hoy de una fábrica que todos conocerán porque la fábrica creo que fue la última en derruirse”.

 Desde sus inicios, la empresa destacó por combinar artesanía con mecanización y por adaptarse a los desafíos de la época, como los cortes de electricidad durante la Guerra Civil.

 Vera Bañón comenzó como aprendiz de zapatero y, gracias a su iniciativa y visión, logró crear un taller que más tarde se convertiría en una fábrica de referencia. Amat recuerda que “tenía un carácter muy especial y una gran personalidad. Le empujaba la iniciativa y siempre estaba pensando en hacer algo más”.


La empresa producía inicialmente zapatos sencillos, pero más tarde triunfó con el zapato de bottier, llegando a fabricar hasta 2.500 pares por semana con un equipo de más de cien trabajadores.

 La historia de los Tahúlla refleja la tradición de esfuerzo y profesionalidad de los empresarios y trabajadores eldenses. Como señala Amat, “en aquella época se montaba un taller en cualquier lado, y con el dinero que se generaba, pues se iba ampliando”. Hoy, parte de la maquinaria de la fábrica se conserva en el Museo del Calzado, como testimonio de una época que sentó las bases del renombre del calzado eldense a nivel nacional e internacional.

miércoles, 12 de noviembre de 2025

Elda, 25 años premiando la elegancia española. “La Mujer Mejor Calzada de España”.

 

  

                                              Versión ilustrada de algunas de las premiadas

 En Elda, mi ciudad, donde el sonido de las máquinas y el olor de los pegamentos y cueros formaron parte del paisaje cotidiano, el calzado no es solo una industria, es una forma de cultura.

Desde hace veinticinco años, nuestro pueblo rinde homenaje a su mayor seña de identidad con un galardón singular, el Premio a la Mujer Mejor Calzada de España, una distinción que aúna arte, elegancia y tradición.

Más allá de la curiosidad o del brillo mediático, el premio representa un tributo al buen gusto, al saber calzar y, sobre todo, al valor de un producto que ha hecho historia en nuestro país: el zapato español de calidad, instituido por el Museo del Calzado de Elda que ostenta la propiedad intelectual, inscrita en EUIPO, como prueba de un logro irreversible. Con este reconocimiento se busca destacar la importancia del calzado como expresión de personalidad, pero también, como emblema de una industria que ha sabido mantenerse fiel a sus raíces mientras se adapta al ritmo del mundo moderno.

Elda, capital del buen calzado

El premio tiene para Elda un significado que trasciende lo simbólico. Esta ciudad, corazón del llamado Elda-Petrel Shoe Valley, o lo que es lo mismo, pero en español, “Valle del Zapato de Elda y Petrel”, ha sido durante décadas, desde finales del siglo XIX, uno de los grandes centros productores de calzado de alta gama en Europa. Cada par que sale de sus fábricas y talleres es el resultado de una combinación magistral de oficio, paciencia y detalle.

Cuando cada año una figura pública, ya sea una actriz, periodista, modelo o miembro de la sociedad más notoria, recibe el título de Mujer Mejor Calzada de España, esta distinción lleva consigo parte de esa historia colectiva. Mujeres como: Concha Velasco, Anne Igartiburu, Paz Vega o la Baronesa Thyssen-Bornemisza, entre muchas otras, han contribuido a proyectar la elegancia y el saber hacer del calzado eldense, actuando como auténticas embajadoras de una tradición que pisa fuerte dentro y fuera de nuestras fronteras.

El poder de la imagen

En tiempos en los que la comunicación se mide en segundos y en pantallas, el poder de una imagen bien elegida puede llegar donde no alcanza la publicidad convencional. Asociar el calzado español de calidad a una mujer distinguida, admirada o influyente, convierte este galardón en una herramienta de promoción tan efectiva como refinada.

La Mujer Mejor Calzada no es solo una musa del diseño: es también el rostro visible de un sector que reivindica la autenticidad frente a la producción masiva y la despersonalización de la moda. Su figura ayuda a difundir el valor de lo artesano, del estilo bien entendido y del lujo discreto que define al zapato hecho en España.

Proyección

Un jurado profesional es la base para consolidar el prestigio del premio, un factor que, según la estrategia de Berlanga, repetía siempre: “El jurado de estos premios debe robustecer y enriquecer el prestigio del galardón, tanto o más como la figura a la que se pretende homenajear”

   


 
El jurado de 2003 reunido en Madrid para fallar el premio a la Mujer Mejor Calzada. En la foto de izquierda a derecha: Luis Alberto de Cuenca; Luís García Berlanga; Juan Pascual Azorín; Joaquín Planelles; Antonio Porpetta; Lourdes Ventura; La princesa Tessa de Baviera; Alicia Mariño Espuelas y José María Amat, completaba el jurado la actriz Concha Velasco.

El premio, además, sirve para fortalecer la relación entre la industria y la cultura. Cada edición se convierte en un escaparate donde confluyen la creatividad de los diseñadores, la precisión de los artesanos y la sensibilidad de quienes saben apreciar un trabajo bien hecho. El Museo del Calzado de Elda, custodio de la memoria de este oficio, encuentra en el galardón una forma de mantener viva la conexión entre pasado y presente, y de conformar una pasarela internacional que proyecte la trayectoria del zapato español.

Porque el calzado no es solo un complemento, es un lenguaje que habla de elegancia, identidad y carácter. Y en ese idioma, Elda lleva muchas décadas escribiendo su propia historia con paso firme. El premio a la Mujer Mejor Calzada de España no celebra únicamente la belleza o el estilo, sino la dignidad de un oficio que convierte cada zapato en una obra de arte.

Este 2025 celebramos los primeros veinticinco años de uno de los galardones más emblemáticos del sector zapatero. Un premio que distingue a mujeres convertidas en iconos del buen calzar, y cuyos pasos, firmes y elegantes, siguen acercando el calzado español a la excelencia y al reconocimiento internacional.

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Premio a la Mejor Calzada: 25 años de historia y estilo en Elda

 


Elda se prepara para celebrar la entrega del Premio a la Mejor Calzada, un evento que ha colocado a la ciudad en el mapa de la moda española durante más de dos décadas. Este 2025 es especialmente significativo, ya que marca el 25 aniversario de la creación del premio, nacido en el año 2000 con el objetivo de reconocer a las mujeres que destacan por su elegancia y buen gusto al calzar. Tras algunos años de pausa, la ciudad vuelve a brillar con un evento que combina tradición, moda y cultura.

 El premio surge como una extensión del Museo del Calzado de Elda, fundado por José María Amat, quien destaca la importancia del zapato como reflejo de la personalidad de quien lo lleva: "El zapato es, probablemente, la única prenda que realmente conserva la huella de quien lo lleva. Guarda la forma de caminar, bailar o actuar de la persona." Gracias a esta visión, el museo comenzó a recopilar zapatos de personalidades relevantes y a vincularlos con un galardón que celebra la excelencia.

                     

Jº Mª Amat se encuentra con Berlanga el 8 de agosto de 1997 para presentar iniciativas en favor del prestigio de la industria eldense y del sector del calzado español. / Cedida

Desde su primera edición, el jurado ha estado compuesto por figuras destacadas de la cultura, la literatura y la moda. Amat recuerda cómo se estableció este cuidado proceso: "Luis García Berlanga decía que el jurado tenía que ser tan importante como el propio premio, porque si no, la calidad de las mejores calzadas bajaría con el tiempo." Con el paso de los años, la combinación de elegancia y reconocimiento cultural ha consolidado el premio como un referente único en España, vinculado tanto al talento local como a la proyección internacional de Elda como capital del calzado femenino.

 https://cadenaser.com/.../premio-a-la-mejor-calzada-25.../

miércoles, 5 de noviembre de 2025

Elda y el legado de los santos Crispín y Crispiniano

Pintura monocroma en agua parda, lápiz y puntura negra, de la Colección del Museo del Prado (no expuesta), Siglo XVII. Anónimo (246mm x 138 mm).

Cada 25 de octubre, el mundo zapatero celebra a sus patronos, Crispín y Crispiniano, símbolo de esfuerzo, maestría y orgullo artesanal. En Elda, esta fecha adquiere un significado especial: evoca una historia de talento, de innovación y de trabajo colectivo que convirtió a la ciudad en referencia indiscutible del calzado español.

Durante décadas, Elda fue sinónimo de moda, calidad y prestigio. Desde sus talleres y fábricas surgieron diseños admirados, y desde su impulso empresarial nacieron ferias, asociaciones y proyectos que marcaron una época de prosperidad y reconocimiento internacional.

El calzado no fue solo una industria: fue cultura, fue identidad, fue innovación, fue el alma de una comunidad y con ella de la España zapatera.

Hoy, en un contexto industrial diferente y globalizado, Elda sigue latiendo al compás de ese legado. La experiencia, la creatividad y la pasión de sus profesionales mantienen viva una tradición que forma parte esencial de su memoria y de su futuro. Si, de su futuro, porque hay un principio que debe quedar claro, el zapato industrial y la comercialización podrá variar de situación geográfica, pero el arte de un zapato con las perfecciones del que se fabricó en Elda, eso persiste en cualquier lugar y tiempo,

Celebrar a los Santos Crispín y Crispiniano es, en definitiva, rendir homenaje a todos aquellos que hicieron del oficio del calzado una expresión de arte y de progreso, y recordar que la huella de Elda —como la de sus mejores zapatos— perdura siempre con el paso del tiempo.

La fábrica de calzados de Rodolfo Guarinos Vera


                                                La fábrica, ubicada al final de la actual calle Purísima. / Cedida

Su fábrica, levantada en el final de la actual calle Purísima, llegó a ser una de las mayores de la comarca y un símbolo para varias generaciones de eldenses.

La historia del calzado en Elda no puede entenderse sin recordar a Rodolfo Guarinos Vera, uno de los grandes industriales que impulsaron el desarrollo económico y social de la ciudad a comienzos del siglo XX. Su fábrica, levantada en el final de la actual calle Purísima, llegó a ser una de las mayores de la comarca y un símbolo para varias generaciones de eldenses.


                                Su magnitud y organización la convirtieron en un referente de la industria zapatera. / Cedida


El fundador del Museo del Calzado, José María Amat, recuerda que “Rodolfo Guarinos construyó una de las mayores fábricas que había en Elda. En algunos momentos llegó a tener hasta 1.200 trabajadores, así que prácticamente todas las familias del pueblo tenían a alguien allí”.

https://cadenaser.com/comunitat-valenciana/2025/11/05/nuestras-fabricas-rodolfo-guarinos-vera-radio-elda/

La empresa, con más de 4.000 metros cuadrados de superficie y doce naves industriales, se encontraba en una zona entonces conocida como el Portal del Ángel. Su magnitud y organización la convirtieron en un referente de la industria zapatera, con una producción que superaba el millar de pares diarios.

Pero la fábrica no solo fue un motor económico. Su enorme reloj en la fachada marcaba el ritmo de la ciudad en los años posteriores a la Guerra Civil, cuando el de la iglesia aún no había sido repuesto. Además, una potente sirena avisaba del inicio y final de la jornada laboral, un sonido que, según Amat, “retumbaba en toda Elda y llegaba hasta Petrer”.


Su enorme reloj en la fachada marcaba el ritmo de la ciudad. / Cedida

Rodolfo Guarinos fue también un empresario comprometido con la vida local. Presidió la Federación de Fabricantes de Calzado, promovió las Casas del Progreso en 1927 y formó parte del Consejo de Administración del Banco de Elda. Su fábrica fue incluso visitada en 1932 por el presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, durante su estancia en la ciudad para colocar la primera piedra del monumento a Castelar.

De aquel complejo industrial salieron numerosos pequeños talleres que contribuyeron a forjar la estructura productiva de Elda durante décadas. Su legado permanece como parte esencial de la identidad zapatera de la ciudad.

Como concluye José María Amat, “Elda se ha hecho de la semilla de su pueblo, de sus trabajadores. Nadie vino a enseñarnos cómo vivir ni cómo hacer riqueza”.



miércoles, 29 de octubre de 2025

La Fábrica de Silvestre Hernández Poveda

 

Algunos de los trabajadores de la industria posan con máquinas de aparar. Siglo XIX


La historia industrial de Elda tiene un nombre propio: Silvestre Hernández Poveda, pionero en la mecanización del calzado. Su fábrica, fundada a comienzos del siglo XX, marcó un antes y un después en una época dominada por los talleres totalmente manuales.

Instalada en el lugar donde hoy se encuentra la plaza Huestes del Cadí, la factoría incorporó maquinaria que permitía colocar estaquillas, grapas y realizar otros procesos que hasta entonces se hacían a mano. Gracias a esta innovación, llegó a emplear a unas 150 personas y alcanzó una producción de entre 600 y 2.000 pares de zapatos semanales.

El historiador José María Amat Amer, fundador del Museo del Calzado de Elda, destaca la visión emprendedora de Hernández:

“Silvestre Hernández fue un visionario. Supo ver la transición de la producción artesanal a la industrial y, aunque su fábrica cerró tras la Guerra Civil, su legado perduró. Incluso sus hijos continuaron vinculados a la industria del calzado, y él mismo llegó a exportar a mercados europeos antes de que fuera algo habitual para los zapatos eldenses.”

https://cadenaser.com/comunitat-valenciana/2025/10/28/silvestre-hernandez-poveda-la-primera-fabrica-mecanizada-de-elda-radio-elda/

domingo, 26 de octubre de 2025

Una efemérides para recordar

 

Tal día como hoy, en 1962, el Banco de Crédito Industrial destacaba a “Elda Exportadora” como una sociedad ejemplar. Aquella cooperativa empresarial reunía 126 empresas de Elda que sumaban aproximadamente 2.500 trabajadores y exportaban 450 mil pares de zapatos.

 


                        Mesa constitutiva de la Cooperativa Empresarial “Elda Exportadora” 

Fue en aquel año cuando la Cooperativa pensó en una mayor concentración de pedidos y mejor control de fabricación, con un proyecto de cuatro grandes naves industriales, cada una dedicada a una especialidad de calzado: niño y colegial; señora tipo sport; señora de vestir y caballero. El proyecto no llegó a fraguarse debido a la mayor pujanza de las recién aparecidas ferias del calzado que concentraron, de forma súbita, la mayor pujanza de la exportación de calzado eldense a EE.UU. y Europa.

Elda Exportadora se creó en 1959 y actuó con éxito desde 1960, coincidiendo con la I Feria Nacional del Calzado.

 

                        Elda Exportadora presentó un stand en la I Feria Nacional del Calzado

 

La fábrica de Emérito Maestre y hermano

 


 

Bajo el título de "Memorias de nuestras fábricas", Radio Elda Cadena ser dedican un programa para dar a conocer algunas de las más importantes  fábricas de calzado que tuvo Elda entre los últimos años del siglo XIX, hasta mediados del XX.

Antigua nave industrial de la fábrica de cajas de cartón de Emérito Maestre en Elda

La historia industrial de Elda no puede entenderse sin la figura de Emérito Maestre Maestre, primer alcalde republicano de la ciudad en 1931 y, junto a su hermano, uno de los impulsores de la fabricación de cajas de cartón que tanto necesitaba la pujante industria del calzado. Ambos levantaron un auténtico emporio a principios del siglo XX, primero en el Monastil y más tarde en los terrenos que hoy se preparan para convertirse en aparcamiento. “Fue un hombre emprendedor, dinámico, muy querido por el pueblo, mientras que su hermano era quien llevaba realmente el peso de la fábrica”, recuerda Jº Mª Amat Amer, fundador del Museo del Calzado de Elda.


Antigua fábrica de cartón de los hermanos Maestre, situada junto al río Vinalopó a la altura del paraje del Monastil.


La iniciativa de los Maestre permitió abastecer a decenas de fábricas de calzado de Elda y la comarca en una época en la que la producción crecía de manera imparable.

El legado de la fábrica de los Maestre se mantuvo hasta 1979, resistiendo los cambios del sector y la competencia de empresas más avanzadas tecnológicamente. Hoy, parte de aquellas máquinas se conserva en el Museo del Calzado como recuerdo de una etapa clave para la economía local. Más allá de la producción, la familia impulsó también viviendas obreras en la conocida Colonia Santo, reforzando así el carácter social y comunitario de un proyecto que marcó una época en Elda.

 

https://cadenaser.com/comunitat-valenciana/2025/09/19/nuestras-fabricas-los-hermanos-maestre-pioneros-del-carton-en-elda-radio-elda/?fbclid=IwZnRzaAM6fj9leHRuA2FlbQIxMQABHiqFRupwJMrJjEgrDsZLo8snr3sLEPhqDSEu6yW1as0h5tA_Rv_VwSyGu1cP_aem_6dN3DDoEXrntgdTDf7hZFA

La Fábrica de los hermanos Vera (La fábrica de los Vera)

 


 

Bajo el título de "Memorias de nuestras fábricas", Radio Elda Cadena ser dedican un programa para dar a conocer algunas de las más importantes  fábricas de calzado que tuvo Elda entre los últimos años del siglo XIX, hasta mediados del XX.

 

Imagen de la Fábrica de Gabriel Vera y sus hermanos en la antigua calle José María Pemán formando manzana con la calle Antonino Vera, Hilarión Eslava y Ramón Gorgé

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Fundada en 1898, llegó a producir más de 1.500 pares diarios y a exportar a América Latina, dejando una huella imborrable en la historia de la ciudad.

La magnitud de la fábrica era extraordinaria: ocupaba una manzana completa, con más de 5.000 metros cuadrados de naves y patios, y contaba con maquinaria de última generación traída incluso desde Alemania. Funcionaba mediante un sistema centralizado de motores y ejes que movía al unísono todas las máquinas. Jº María Amat, fundador del Museo del Calzado de Elda, lo describe con detalle: “En la sala de máquinas había carros de madera, ventanales enormes y unos ejes movidos por un motor central…”.

La producción alcanzó niveles sorprendentes para su tiempo: más de 1.500 pares de zapatos finos de señora al día, con una fuerte exportación a mercados de Brasil, México y Colombia. “La fábrica fue una de las primeras en arañar la exportación… y el bottier fue lo que más beneficios produjo”, señala Amat.

Más allá de su maquinaria y cifras, la fábrica de los Vera simbolizó el esfuerzo humano de varias generaciones. Aparadoras como Dolores Esteve o Isabel Callado, encargados de pieles y personal administrativo formaban un engranaje perfecto que mantuvo viva la empresa durante más de cinco décadas.

La Fábrica de Rafael Romero Utrilles

 


 

 Con el título de "Memorias de nuestras fábricas", Radio Elda Cadena ser dedican un programa para dar a conocer algunas de las más importantes  fábricas de calzado que tuvo Elda entre los últimos años del siglo XIX, hasta mediados del XX.



https://cadenaser.com/comunitat-valenciana/2025/10/08/nuestras-fabricas-rafael-romero-utrilles-radio-elda/


A finales del siglo XIX, Elda era un territorio de huertas y bancales. En medio de este paisaje, Rafael Romero Utrilles levantó su fábrica en la calle de Dahellos, ocupando más de 1.000 metros cuadrados. La industria combinaba producción y hogar: la familia vivía en la planta alta, mientras que en la planta baja se ubicaban oficinas y almacenes. Todo estaba rodeado de un jardín cuidado y una valla elegante, reflejo del carácter meticuloso de Romero Utrilles.



Fundada en 1876, la fábrica producía calzado para niños, caballeros y mujeres, incluyendo los primeros tacones altos de la época. Con una producción diaria de entre 800 y 1.000 pares, cada zapato era elaborado a mano por cientos de trabajadores, asegurando calidad y detalle en cada modelo. Como destacaba Jª María Amat, fundador del Museo del Calzado de Elda, “todo se hacía de manera artesanal, y esa dedicación marcó la diferencia en la industria del calzado”.

Romero Utrilles no se conformó con el mercado local: llevó sus zapatos a exposiciones internacionales en París y Londres, obteniendo medallas de oro por la excelencia de sus productos. Amat recuerda: “De ahí surge la frase que todos conocemos: ‘Elda, París y Londres’, un símbolo del prestigio de nuestra ciudad y del esfuerzo de quienes la hicieron posible.” Este reconocimiento consolidó a Elda como referente europeo en la fabricación de calzado.

Aunque la fábrica cerró a principios del siglo XX, su espíritu continuó. Otros empresarios retomaron la actividad en las mismas naves, manteniendo la tradición zapatera eldense. La historia de Rafael Romero Utrilles sigue siendo un ejemplo de visión, riesgo y trabajo, un legado que inspira a nuevas generaciones de emprendedores en Elda y más allá

La Fábrica de Vicente Esteve Pérez

 


 Bajo el título de "Memorias de nuestras fábricas", Radio Elda Cadena ser dedican un programa para dar a conocer algunas de las más importantes  fábricas de calzado que tuvo Elda entre los últimos años del siglo XIX, hasta mediados del XX.


Vitrina de la empresa de Vicente Esteve Pérez en la primera Feria Nacional del Calzado en 1960


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Su fábrica marcó una época por la calidad artesanal, la innovación en el montaje “guante” y el legado humano de una familia entregada al calzado.


Hablar de Vicente Esteve Pérez es hablar de una de las fábricas más emblemáticas de Elda, cuna del calzado español. Nacida de la tradición familiar y el esfuerzo de generaciones, la empresa evolucionó desde un pequeño taller doméstico hasta convertirse en un referente de elegancia y perfección técnica. Su especialidad, el “zapato guante”, combinaba la suavidad del trabajo manual con la precisión de la industria moderna, ofreciendo modelos que competían con los grandes estilistas europeos.

           Emilio Esteve Pérez trabajando en el escalado desde el pantógrafo Manero

Más allá de la técnica, la fábrica de los Esteve Pérez fue un símbolo de humanidad y dedicación. Cientos de trabajadores encontraron allí una escuela de oficio y un hogar profesional donde la calidad primaba sobre la cantidad. Ese compromiso con el trabajo bien hecho y el respeto a las personas definió su legado.

José María Amat Amer, fundador del Museo del Calzado de Elda, afirma: “La fábrica de Vicente Esteve Pérez no solo hacía zapatos, hacía orgullo, hacía ciudad. Era un ejemplo de cómo el esfuerzo y la dignidad pueden dejar huella más allá del tiempo.”

La Fábrica de Felipe García Simón

 Bajo el título de "Memorias de nuestras fábricas", Radio Elda Cadena ser dedican un programa para dar a conocer algunas de las más importantes  fábricas de calzado que tuvo Elda entre los últimos años del siglo XIX, hasta mediados del XX.

Trabajadores de la fábrica de Felipe García Simón, en el Casino Eldense en 1944


https://cadenaser.com/comunitat-valenciana/2025/10/22/nuestras-fabricas-felipe-garcia-simon-radio-elda/

Además de innovar en la industria, construyó viviendas sociales para sus trabajadores, un gesto pionero en su época.



Elda, cuna del calzado español, guarda historias de emprendimiento y talento que hoy inspiran a nuevos empresarios y diseñadores. Una de las más destacadas es la de Felipe García Simón, contada por José María Amat, fundador del del Museo del Calzado de Elda: “Es una historia aleccionadora. Me la contó Ernesto García Llobregat, un amigo muy querido, pintor, diseñador y colaborador en la revista Alborada. Me habló de la fábrica de su abuelo y su padre, una historia que refleja la evolución de la industria local”, explica Amat. Además de innovar en la industria, construyó viviendas sociales para sus trabajadores, un gesto pionero en su época.


Durante la Primera Guerra Mundial, muchas fábricas de Elda se dedicaron al calzado militar, y Felipe incluso fue llamado a organizar la fábrica más importante de Marsella, en Francia, por el empresario Eugenio Brauner.

Tras la Guerra Civil, la fábrica se adaptó a los cambios del mercado, produciendo zapatos finos de mujer y alcanzando hasta 600 pares semanales. Además, se convirtió en escuela de futuros fabricantes y diseñadores que marcaron la industria eldense: Jesús Alonso, Salvador Sapena, Ramón Soler, Francisco Buendía, entre otros.

“Aunque la fábrica cerró durante la crisis de los años 70, dejó un recuerdo imborrable. Su historia es un ejemplo de visión, esfuerzo y pasión por el calzado bien hecho”, señala Amat.

miércoles, 14 de mayo de 2025

El poder de los Museos

 


¿Qué se pretende con señalar un día al año como el “Día Internacional de los Museos?

 

El Consejo Internacional de Museos (ICOM), desde 1977, cada 18 de mayo, acordó celebrar el Día Internacional de los Museos, con la idea de motivar al público a visitarlos y sensibilizar a la población sobre el papel que juegan en el intercambio cultural y el desarrollo social de los países”.

 

Elda naturalmente no es una excepción y se une con entusiasmo a ese día señalado para ofrecer lo mucho que encierra la historia de su pasado y la proyección cultural que supone para el futuro.

 

Todos los muesos, por sencillos o modestos que parezcan, son sumamente interesantes para mostrar al gran público una faceta histórica de los bienes custodiados y proyectar una aleccionadora luz que, además de preservar y estudiar el patrimonio cultural, difunde el conocimiento y la cultura a través de exposiciones y actividades educativas, y fomenta la participación social y el diálogo.

 

Hay variedad de museos en función del tipo de objetos relacionados: arte, historia natural, arqueología, monográficos, históricos, de ciencias, de tecnología, y un largo etcétera que abarcaría cientos de tipos diferentes. Sin embargo, merece una especial mención para Elda y su industria el Museo del Calzado.

 

El Museo Internacional del Calzado

                                                

De los muchos mensajes que se lanzan en el día internacional de los museos, y con el respeto y admiración que merece cualquiera de ellos, es de importancia destacar una vez más, el influjo y la aportación a la ciudad de Elda y a la industria del calzado en general, por los beneficios inmediatos que aporta un museo del calzado.

 

De entre todas las diferentes clasificaciones de tipos de museos que pueden encontrarse en el mundo hay unos que además de aportar historia, cultura, turismo y prestigio, entre otras, añade un factor más práctico y necesario, se trata ni más ni menos que evidenciar la necesaria influencia que un museo industrial puede llegar a enriquecer una determinada industria e incluso abogar, sin palabras, por un mayor crecimiento y una llamada a la inversión y al empleo.

 

Preservar y comunicar el pasado y presente del patrimonio industrial promoviendo la historia, la tecnología y el desarrollo social e industrial, es no sólo conservar objetos, es dar pie para la investigación de procesos, la divulgación del conocimiento y la promoción del turismo industrial. Es también poner de manifiesto que la ciudad que lo exhibe, es una fuente inagotable de conocimientos zapateros, de perfección en el trabajo, de sacrificios permanentes y, por lo tanto, un pueblo en el que se puede confiar para la consecución de cualquier iniciativa profesional nacida para y por el zapato.

 

¡FELIZ DIA INTERACIONAL DE LOS MUSEOS!

 

 

 

domingo, 2 de marzo de 2025

Un Museo para soñar. La cartelería de FICIA


  

          Algunas veces el visitante del Museo del Calzado de Elda, al acceder a las plantas del edificio, se pregunta por las diferentes cartelerías que, en tiempos de La FICIA, anunciaban cada una de las muchas formas en que se realizaban exposiciones cada año.

 Hay que recordar que las primeras manifestaciones feriales, desde el II Certamen, ofrecían una singular cartelería que era el resultado de un llamamiento público para que los artistas de esta especial forma de trabajo, pudiesen presentar sus propuestas.

 Los carteles debían contener, además de las fechas previstas para el evento, aspectos relacionados con lo que se pretendía atraer la atención: zapatos, o cualquier otro reclamo relacionado.

 El Torito de la FICIA


A partir de la segunda Feria Nacional, en 1961, se realizó un concurso de cartelería que al menos se mantuvo durante la siguiente década.

 Así nación el singular y famoso “Torito de la FICIA” con el Cuarto Certamen y Primero Internacional en 1963.

 El premio de cartelería tenía ámbito nacional, pero se contempló la posibilidad de convocar un previo “Concurso Comarcal”, dirigido a los artistas que tuviesen la residencia en Elda, Elche, Petrer, Monovar, Villena y Novelda, con un premio de 500 pesetas al ganador que podría concurrir, junto con los seleccionados, al premio nacional.

 El 2 de marzo de 1963, el jurado que presidia el alcalde de Elda, Antonio Porta, y con la colaboración de artistas de la época: Xavier Soler; Manuel Baeza; Joaquín Carbonell, Luís Vidal; Oscar Porta e Isidro Vidal, descubrieron el “Torito de la FICIA”.

Hay que destacar que el autor y ganador del primer y segundo premio fue Garbayo de Madrid que, dicho sea de paso, tenía ascendencia en el vecino pueblo de Petrer.

Aquellos fallos se realizaban en el Casino Eldense previos a una exposición de los trabajos presentados.

Tras el “nacimiento” del Torito de la FICIA, algunas de las cartelerías de los años posteriores, de una forma o de otra, incluían el torito en los carteles seleccionados.