Marikina es una gran ciudad fundada por los jesuitas en el año 1630, llegando a ser la capital de la provincia de Manila durante la Primera República en 1898. Es conocida en el mundo como la "Capital del calzado de Filipinas", donde existen gran cantidad de fábricas para hacer zapatos e industrias afines, en esa ciudad se concentra un 70% de los zapatos fabricados en el país, eso nos da una mejor idea de la importancia de Marikina en relación con los zapatos.
Marikina concentra la atención del calzado en ese país con un Centro Internacional de Calzado y un magnífico Museo del Calzado. La construcción del recinto que acoge el museo representa el estilo colonial español de la época de ocupación, se trata de una edificación de adobe y ladrillo encalada con un atractivo singular por el recuerdo de otras épocas, cerchas de madera que atraen las miradas del visitante por la originalidad frente a la modernidad imperante en otros museos, es un edificio que sorprende por la "pobreza" frente a otros iconos de la población. La ciudad ha querido conservar este singular edificio para exponer las colecciones de zapatos, utensilios y documentos relativos a Filipinas y al calzado en el mundo, como homenaje a la humildad del entorno del zapatero.
Pero un atractivo singular de este museo es la colección de zapatos de la que fuera primera dama de Filipinas durante la dictadura de Ferdinand Marcos. Imelda fue una mujer que vivió con un lujo excesivo al amparo de la fortuna que amasaba su esposo, el dictador presidente del país, la pobreza de la población contrastaba con el amplio vestuario de esa dama. Además de cientos de vestidos, joyas y complementos como bolsos cinturones y demás, Imelda Marcos llegó a coleccionar más de tres mil pares de zapatos, la mayoría eran caprichos adquiridos a los mejores y más famosos diseñadores del mundo. Cuando en 1986 la familia Marcos huyó precipitadamente al estallar una revuelta popular apoyada por el ejército. Dejaron atrás una gran cantidad de efectos personales, entre ellos la célebre colección de zapatos de las marcas más caras del mundo.
Todos aquellos zapatos y vestidos se guardaron en cajas y fueron trasladadas al Museo Nacional. Pero allí los vestigios de la era Marcos se degradaron. Fueron abandonados en una sala cerrada y sin protección. Allí permanecieron hasta que la sala se inundó por las lluvias tropicales, por las goteras del techo. Al abrir el local observaron que se habían perdido la mayor parte de todo aquel ajuar, incluso las termitas se habían comido parte de las suelas de muchos calzados.
Los zapatos que pudieron salvarse de aquel expolio natural producido por la desidia y el abandono, se trasladaron en 2001 al Museo del Calzado de Marikina, a las afueras de Manila, donde se pueden contemplar casi 800 pares incluidos los 200 que el gobierno trasladó desde el palacio de Malacañang, donde residía el dictador y su esposa. También la propia Imelda, que acudió a la inauguración, aportó otros 50 pares que, según dijo, eran regalos donados por famosos diseñadores. Lo cierto es que el Museo del Calzado de Marikina, es un bien patrimonial importante en la cultura filipina y un aporte significativa a la cultura del calzado mundial.
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