En los años 40 en Elda proliferaban una gran cantidad de empresas de calzado, producto del cierre de aquellas que ya empezaban a tener dificultades como Rodolfo Guarinos, Los Vera, y otras que no reiniciarían su actividad tras la Guerra Civil, lo cierto es que se irían formando fábricas más pequeñas en dimensiones y talleres, aprovechando la llegada de tecnología que iba mecanizando modestamente el proceso de fabricación. La necesidad de abastecerse de zapatos para aquella España en reconstrucción, incrementaba inicialmente las ventas especialmente a las capitales de las provincias más pobladas: Madrid, Barcelona, Sevilla etc.
En esos momentos del inicio de la actividad de la empresa CALZADOS GRAN S.A., el incremento de pequeñas industrias era una constante en nuestra ciudad, Elda resurgía de las cenizas de la destrucción y el enfrentamiento, la necesidad de mano de obra se palpaba a cada día que pasaba y en aquellos años se producía otro de los efectos llamada que, por la necesidad de empleo, atraería a muchas familias de lugares en los que la situación económica era mucho peor. Fue entonces cuando algunos empresarios eldenses (no necesariamente de calzado) junto con otros: Viajantes o comerciantes importantes en volumen de ventas, decidieron crear una sociedad de fabricación de calzados, pero ésta, con evidentes tintes de buen humor, propios de personas jóvenes, entre 35 y 40 años, y triunfadores en sus respectivos campos, soñadores de una ciudad que estaba a las puertas de la "década prodigiosa", me refiero a aquellos años del 1960 a 1970, en los que se produciría el último y definitivo impulso al empleo y la ciudad se convertiría en "la meca" para muchas familias.
Algunos empresarios eldenses con el respaldo de aquel resurgir de un relativo aumento de las ventas, la euforia del momento, y cargados de buen humor, crearon una empresa para fabricar zapatos de calidad que se llamó "Calzados Gran S.A,", con algunos de los empresarios zapateros que crearían también "Calzados Proa".
Aunque la sociedad estaba compuesta por diez personas, en la fotografía de grupo que figuraba en el mismo folleto publicitario solamente hay ocho, por la incorporación de dos socios más que figuran en las fotografías de ellos con sus historiales en clave de humor.
Fueron diez personas de pujanza, triunfadores en sus respectivas empresas y amigos entre sí. Para publicitar aquella sociedad anónima se les ocurrió editar un pequeño libreto con el "historial humorístico" de cada uno de los socios, con una serie de comentarios de los más importantes compradores de zapatos del momento y con las ocurrencias propias de personas de un pueblo en el que todos eran conocidos, escriturando una sociedad anónima con un millón doscientas mil pesetas (1.200.000) "duro arriba o duro abajo" como dirían ellos mismos en su libreto, donde además añadirían: "Producción diaria. 500 pares más o menos". Teniendo en cuenta que muchas fábricas de la época se creaban para cubrir las necesidades de un amplio abanico de población, es decir, señora y niño o cadete, podemos calcular que con los medios mecánicos del momento, la plantilla sería aproximadamente de un centenar de trabajadores, de los cuales un 25 o 30% estaría formado por personal femenino de aparado y preparación y la fábrica se dedicaría a la fabricación de calzados de alta calidad sólo para mujer.
Aquella nueva empresa gozaría de la experiencia de personas con amplios conocimientos del oficio, algunos de la fabricación de calzados, otros de la de hormas, cambrillones, y algunos muy relacionados con el mercado del momento. Pero por el comentario de muchos de los más importantes comerciantes que dejaron su impronta en el referido folleto, aquellos que gozaban de mayor prestigio en la venta de calzado y que tenían reputación incluso desde antes de la Guerra Civil, se desprende del grado de asentimiento y penetración que Calzados Gran S.A. tenía en aquel año de su fundación 1946. La empresa no tuvo mucha andadura y prácticamente se extinguiría dando paso en esa otra llamada "Calzados Proa" y en la que quedarían solamente los socios que ya gozaban de experiencia como fabricantes de calzado.
La fábrica, en el poco tiempo que estuvo trabajando, se encontraba en una nave industrial que había en la calle Cura Navarro, entre el tramo de la calle Emilio Rico y la de Padre Manjón.
Uno de los socios y el que daba su apellido al nombre de la empresa era José María Gran Diez, un patronista cortador de la industria del calzado, que en los años 40 mostró su rostro de emprendedor, creando varias empresas de calzado, asumiendo responsabilidades en los órganos de decisión empresarial de los años 50 y 70, presidiendo el primer intento serio de colectividad en favor de la exportación, "Elda exportadora" que reuniría a un importante colectivo de fabricantes de calzado y realizaría los primeros viajes exportadores. Una persona que arriesgó a lo largo de su vida activa, con la firme convicción de que Elda y la industria del calzado merecía los esfuerzos.
Como se aprecia en la ficha del cuadernillo de presentación de Calzado Gran, los puntos suspensivos aludían a la facilidad y la profusión de sus palabras, es decir, era un gran conversador que se "enrollaba" en aquello que conocía, para hablar de Gran habría hecho falta mucho más que una simple cuartilla, por eso al final de los puntos suspensivos escriben....Aquí habla el GENIO.
Antonio Sirera Esteve actuando como Gerente de la sociedad.
"Tiembla nuestra mano al hacer esta biografía. De mediana altura y con unos 38 a pelo seco va bien servido. Dominador de letras y números romanos, ha encauzado siempre los negocios por senderos por senderos florecientes. Con la sonrisa permanente es un captor de voluntades que pone sin escrúpulos al servicio de esta industria. Su mayor defecto es hacer descuentos y concesiones especiales a cuantos clientes hablan con él directamente. Suele levantarse a las 8 de la mañana, en cuya hora siente debilidad por hacer el arqueo. Mérito suficiente para que haya sido nombrado Gerente-Administrativo. Dios le ampare y Vendrines le quite el vicio de la largueza." Fue socio con José María Gran de Calzados Proa hasta su cierre definitivo en 1973.
José Sirera Esteve que junto con su hermano Antonio y José María Gran, serian los fundadores también de Calzados Proa, si bien José se separó de aquella sociedad en 1960, a trece años de su disolución, para crear una empresa propia. Conocedor de la industria y que aportaría su experiencia. De él la jocosa presentación dice:
"Quedaría defraudado el que a través de estas páginas pretenda hallar en nuestros Consejeros a ninguno de tala superior a dos metros. Don José quedó exento del servicio militar por falta de envergadura, lo que le afectó profundamente por tener puestas sus ilusiones en vestir el flamante uniforme de caballería. Pero como no hay mal que por bien no venga, aprovechó esos años para una industria que, si bien empezó con monigotes de paño, posee actualmente la suficiente fama para vender a tope. Es hombre metódico y jamás se sale de sus casillas. Fuma cigarros puros pero no se traga el humo."
Antonio Martínez Maestre, que años más tarde fundara una empresa de prestigio "Calzados Bellini. La belleza de zapato sport para mujer", fue un activo viajante de varias empresas como: Pablo Guarinos o Viuda de Antonio Juan Busquier, entre otras y creó su marca de fábrica, instalándose en diferentes emplazamientos de Elda, hasta llegar al último y definitivo, en la calle Rosales ángulo a la Avenida de Chapí, allí adquiriría unos locales que en tiempos era la fábrica de su amigo José Sirera del que fue socio también en esta nueva empresa que ahora se constituía.
"Difícil es ´decribillo´ pues no empezó su carrera vendiendo periódicos como Morgany otros hombres de finanzas del pasado siglo. Hizo lo que todos los niños de 6 años en adelante....ir a la escuela, montar en triciclo y quitar almendras verdes. En 1914 aprendió a jugar al fút-bol y tomó el famoso nombre de Miguel Bottier, fichando por Pujadas. Pronto conocieron su letra por los duplicados extendidos en todos los rincones de España, en los que dejó una estela de simpatía honradamente ganada. Se caracteriza por la sinceridad con que se expresa y no tolera que se le deje una partida de cuenta. No pierde jamás la confianza en sí mismo y su único vicio lo resume en la sidra natural y la ´fabada´"
Ramón Navarro Poveda que se uniría a su hermana Balbina y con su otro hermano Rafael, trabajarían de forma incansable para poner de nuevo en marcha la fábrica de Vda. de Antonio Juan Busquier, con el apoyo también de su sobrino Antonio Juan, este último fue un personaje importante en la creación de CEPEX y colaborador en las Ferias del Calzado de Elda.
" Nació en luminosa mañana del mes de las flores, allá en el año 1907. Fue creciendo en edad y estatura, llegando más lejos en la primera que en la segunda. Su pelo ondulado y la barbilla prominente denotan un temperamento vehemente y de decisiones irrevocables. Es en la actualidad Director-Gerente-Técnico-Administrativo de los afamados calzados ´Loto´. El gran parecido con FU-MANCHÚ rodea de misterio su prestigiosa personalidad industrial.."
Maximiliano Aguado Bernabé, fue el continuador de la prestigiosa fábrica de hormas que fundara Isidro Aguado Aravid en el último tercio del siglo XIX y que junto a su primo hermano Isidro Aguado Poveda marcharían juntos hasta la segunda parte del siglo XX en que Maxi adquirió la totalidad de la sociedad.
"No es, ni mucho menos, lo que parece. Enérgico, dinámico. constructor y constante. Tiene unos 38 años aproximadamente. Hace dos que salió del Colegio de los PP. Franciscanos de Onteniente y en tan escaso tiempo logró ponerse a la altura de un coloso, dando a la luz los célebres zapatos MAX, de funesto recuerdo para unos y grandes alegrías para otros. Esta Entidad se cubre de gloria y satisfacción al contar con tan valioso elemento y en días próximos se inaugurará el busto de dicho Consejero esculpido en bronce por la mano genial de FUMANCHÚ. Almacenistas y detallistas de Calzado Gritad con nosotros: ¡Adelante MAXI!."
Isidro Aguado Poveda, primo hermano de Maxi y continuador con él de la fábrica de Hormas Aguado, fue la persona que controlaba la administración de la industria. La sociedad Hormas Aguado realizó una total tecnificación del proceso de fabricación de la horma, dejando atrás aquellas viejas máquinas con procesos manuales propias del siglo anterior.
"De estatura regular, cabellos castaños y mirada penetrante, viste siempre trajes de corte impecable y usa cuello duro. A los 15 años jugaba magistralmente al fut-bol pero de aquellas portentosas facultades solo le queda el compás pedestre. Es aplicado y notablemente culto. Se dedicó al teatro y cuando estaba en el pináculo de la gloria abandonó la escena para contraer matrimonio. Sometido a un severo régimen alimenticio, vive actualmente apartado de todo contacto con el mundo. Profesor de Optimismo por derecho propio, es indispensable en las reuniones de este Consejo para combatir el abatimiento. Se parece mucho a Allan Parquer y es inseparable compañero de FU-MANCHÚ".
Julio Jiménez García, un vallisoletano afincado desde su niñez en la ciudad de Elda, era un empresario de la industria auxiliar, concretamente en la fabricación de cambrillones de acero.
"Cuenta en la actualidad 40 años de edad. Es hombre de gallarda prestancia y oriundo de Valladolid. Llegó a estas tierras cuando empezaba a andar y entregose por entero al estudio de la química experimental. Muy pronto sobrepasó los límites normales y fue precursor del descubrimiento del cambrillón de acero. Su espíritu activo no le dejó un momento de descanso para alcanzar fama y conocimientos en los diversos matices de la industria. Cuentas gentes informadas que vende lotería a plazos."
Pepe Rodriguez, de El Ferrol. Este gallego de nacimiento relacionado con el mercado zapatero en la zona Norte:
"Cayó en nuestras redes como un gafarrón. No podemos decir gran cosa de él, aunque creemos no se trata de un pajarito. Posee los grandes conocimiento que adquirió en Rabo de Galo (Orense) y sus actuaciones siempre traen cola. Es un número que colma de prestigio a esta Anónima y con él no hay temor al fracaso. Su temperamento emprendedor diole fama en toda Galicia donde lo requieren para probar los célebres caldos del Rivero que él cataloga y propaga. Aunque es de fuerte contextura se acuesta temprano hace ejercicios todas las mañanas. Es amigo de los vigilantes y de la Fortuna".
Antonio González Bartolomé, era soriano pero conocedor del comercio de calzado en media España, especialmente en la zona Centro:
"Tiene estampa gitana. Dice como nadie la buenaventura y entró de cabeza en esta Entidad. Aficionado a la poesía, al hacer su ingreso en este ´Manicomio´ nos recitó ´El Embargo´. Aunque presume de madrileño sabemos que es de Soria (en secreto). Sabe a dónde va y no llega nunca porque se queda extasiado cuando apoya su rostro en los cinco dedos de la mano derecha. Tiene buenas costumbres y toma unas píldoras antes de emprender sus operaciones comerciales. Es el descubridor de la piedra filosofal y no hay quien pueda discutirle sus conocimientos en la materia. ´Amigo de Gamborio´, sabe jugar al golf y se ducha por las noches".
Si graciosas eran las presentaciones de cada uno de ellos, no menos lo eran los comentarios que realizaban algunos de los principales clientes de la firma, todos ellos conocidos en Elda por tratarse de clientes de nuestras fábricas con tiendas abiertas en las principales capitales de provincia.
Marcelino Fernández de Oviedo: Aunque por fatalidad no puedo verlos, solamente con tocarlos exclamé: ¡Estos son CALZADOS GRAN; los mejores!.
Ramón Fernández de Oviedo: Ya pueden llenarse los puntos suspensivos de GRAN. ¡No hay más allá!. Me siento enternecido y renuncio a los descuentos.
Miguel Pérez Ruíz de Sevilla: Si le enseñáis las muestras a la Giralda se nos muere de envidia. Aunque andaluz, no exagero ná.
José Rodriguez de Córdoba: Lástima que sea en "mago". De hacerlo en "lasue" me quedaba la producción.
Francisco Cutillas de Ceuta: Sólo vi tres modelos y ya hay diez cajas en camino. Si examino todo el muestrario tengo que fletar un barco.
Joaquín de Pablos de Madrid: Me pesa no trabajar el artículo de señora porque el asunto tiene mucha miga y es para volcarse.
Salustiano Martínez de Madrid: Al verlos exclamé: ¡¡ Viva Madrid que es mi pueblo!!.
Francisco Garach de Granada: No quise ver las muestras por temor a claudicar y bien sabe Dios que estoy arrepentido.
Primitivo Garach de Sevilla: Son zapatos con la alegría y el salero de una Feria de Sevilla. No digo más.
Felipe Fernández de Pontevedra: Solamente una cosa que supera el vino de Jumilla; los CALZADOS GRAN.
Antonio Pérez Fariñas de Talavera: Usando CALZADOS GRAN se puede cruzar el Tajo sin hundirse.
Benigno Marco de Gijón: He comprado lotería para, si me toca, quedarme con todas las acciones de CALZADOS GRAN, que son mi debilidad.
Severino Díaz de Santiago: Lágrimas como cigarros puros vertieron mis ojos al saber que sólo me reservaban 100 pares para esta temporada.
Viuda de Celestino Vázquez de Orense: No comprometer nada hasta que llegue ahí mi hijo Alfonso. Ya tiene pedido el billete.
Manuel Vidal de León: Ya explotó "La Bomba" lanzando zapatos GRAN. Son todos tantos los que he de vender que suspendo mis vacaciones de momento.
Como remate a estos comentarios incluían una nota que decía: Algunos de nuestros colegas: Son poco halagadoras las opiniones para mencionarlas aquí.
Cerraba la trasera de este libreto con una frase: Las creaciones de esta nueva industria, la resolverán su problema de ventas.
Sirva nuestro comentario final para resaltar la lucha y el emprendimiento de muchos zapateros de Elda, personas que, en ocasiones, arriesgaban su patrimonio para empeñarse en proyectos en los que creían, hombres y mujeres que nos pueden servir de ejemplo por el sentido del honor y la dignidad con la que orientaban su trabajo por Elda, la industria del calzado y su prestigio. Estos y muchos otros han escrito nuestra historia con iniciativas, sacrificios constantes y riesgos. Forjadores de un pasado que da sentido a nuestro presente.
José María Amat Amer
* Escrito para la Revista "Fiestas Mayores" y publicado en septiembre de 2019