El día 4 de febrero de 1999 se inauguró el Museo del Calzado en el edificio que hoy conocemos.
Desde aquellas fechas han ocurrido muchas cosas, pero quizás lo más importante es que la consolidación de la muestra expositiva se ha convertido en algo consustancial con la ciudad. Elda ya no se concibe sin este museo que rinde tributo a la industria del calzado en general, y que marca la diferencia entre la fabricación de calzados en España y la que se realizaba en la ciudad de Elda.
A través de sus salas podemos apreciar la enorme transformación, tanto en calidad como en diseño, comparativamente con cualquier otra ciudad zapatera del país, pero esto hoy ya ha cambiado; la calidad, el diseño y el prestigio de la industria y sus componentes, han evolucionado a mejor en todos los rincones zapateros de España.
El mensaje que se lanza desde este museo es nítido y perfectamente audible:
"El Calzado fabricado en España tiene una historia en la que el hilo conductor es la calidad".
Esto no ha cambiado. Desde el Museo del Calzado los conceptos de diseño, calidad y prestigio del zapato español, son un reclamo que se actualiza de forma permanente. Otra cosa es que los propios empresarios, a los que más beneficia este escaparate, lo perciban como propio o por el contrario se sientan ajenos a ello. Esta percepción entra en contradicción con la que experimenta el visitante, que ve en la muestra permanente, el empuje y la fortaleza de la industria del calzado nacional.
En el seno del Patronato del Museo se sientan todas las instituciones sectoriales que tienen que ver con el zapato: La Federación Nacional de Fabricantes de Calzado (FICE); La Asociación Valenciana de Industrias del Calzado (AVECAL); La Asociación Española de Componentes de Calzado (AEC); La Fundación FICIA e Inescop, sin embargo la viabilidad económica del museo sigue en peligro. Ninguna de estas eminentes asociaciones e instituciones aportan más que buenos consejos, mientras el Museo del Calzado hace cada día milagros para poder respirar con los fondos aportados por los únicos que lo mantienen: El Ayuntamiento de Elda y la Diputación Provincial, en menor medida.
Cuando se plantea este fenómeno anti natura, muchos interlocutores no dan crédito a este desinterés. Algunos se preguntan el porqué de un museo que actúan únicamente y casi en exclusiva para ayudar al prestigio de los zapatos españoles en su conjunto, no sea sustentado económicamente por ese mismo sector al que se supone se entrega.
En el último año he podido visitar algunos museos internacionales en ciudades de países europeos de nuestro entorno, y todos sin excepción, reciben ayudas de forma directa o indirecta de las asociaciones sectoriales de la industria que representa, incluso en una de ellas me llamó la atención la instalación de un complejo sistema de presentación de tendencias, de las firmas que exhiben sus zapatos en el museo del calzado y que, a través de las asociaciones que las representaban, habían costeado a su cargo un moderno sistema informatizado para que sus afiliados pudieran ser visitados desde aquel museo a través de internet.
Sería comprensible que unas instituciones desvinculadas y desinformadas de lo que ocurre en el Patronato de la Fundación del Museo, pudieran no comprometerse económicamente con el mismo, pero en nuestro museo, todas, absolutamente todas, las que tienen que ver con el mundo del calzado en nuestro país, están también representadas en el museo, con voz y con voto.
Un aniversario para una reflexión: No es justo dejar en la precariedad a lo que se supone es una de las primeras armas de promoción.
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