En el año 1902 la población de Elda contaba con un
nutrido grupo de fábricas de calzado y algunas industrias auxiliares de
fabricación de hormas, tacones, cajas de cartón y curtidos, entre otras.
Ese mismo año se daba a conocer las medallas conseguidas por la firma Rafael Romero Utrilles
en las Ferias de Muestras Internacionales celebradas ese mismo año en
París y Londres, de esta forma se acuñaba el dicho popular "Elda, París y Londres"
que nos ha acompañado desde entonces y que probablemente estaba
referido a aquel imborrable acontecimiento histórico, a esos méritos
contraídos por una de las fábricas de calzado de la ciudad y como frase
descriptiva de la pujanza y de la fuerza de las personas que hacían
posible el desarrollo económico que vivía nuestro pueblo zapatero desde
entonces, y que estaba dejando atrás la penuria de la agricultura del
valle, arruinada por la salinización de las aguas del río Vinalopó, como
consecuencia de la desecación de la gran laguna existente, medio siglo
antes, en la vecina población de Villena.
La actividad zapatera en Elda era ejemplo y guía para otros pueblos
de nuestro entorno y ya se perfilaba la potencia industrial que llegaría
a ser en lo que a la industria de calzado se refiere.
El semanario El Heraldo Industrial de 15 de octubre de 1902,
publicado en Madrid y en el que se recogían las crónicas más
importantes de diferentes sectores industriales del país, dedica un
apartado a la creación del "Gremio de Fabricantes de Calzado de España",
como una iniciativa llevada a cabo por los representantes de curtidos
de la ciudad de Elda, aunque también habría algún empresario zapatero
entre los que idearon ese grupo, y tras un llamamiento a los
industriales zapateros de la época, a los que se les convocó el 7 de
octubre de ese año 1902, "para que se constituyesen en asociación gremial en defensa de sus intereses".
Como era de esperar acudieron casi la totalidad de los fabricantes de
calzados más importantes, entre los que se encontraban: el nombrado
Rafael Romero Utrilles, José Tobar (fabricante alpargatero ilicitano que instaló una gran fábrica de calzados en Elda), José Joaquín Amat, José Martínez Sánchez, Luís Amat, Teófilo Romero (de la firma García y Romero), Bonifacio Hernández, Joaquín González, Bonifacio Pérez, Vicente Maestre, Aniceto Amat, Mariano Sempere, Pedro Ortiz y Ventura Vera
(el fundador y presidente de la fábrica de los Vera), entre muchos
otros. Ese sería el primer paso serio para lo que muchos años después se
convertiría en Asociación o Agrupación de Fabricantes, primero con carácter local, después provincial y más tarde nacional. La convocatoria estuvo firmada por José Payá Vidal,
que era un representante de firmas de curtidos. En aquella reunión se
habló de la necesidad de crear ese "gremio", como se le llamó en
principio, a lo que todos los presentes dieron su aprobación unánime.
Han pasado casi ciento veinte años de aquel primer intento de
colectividad empresarial. Desde entonces han ocurrido muchas cosas, unas
muy esperanzadoras. Los gestos, los esfuerzos y sacrificios de aquellos
"luchadores", fueron retomados por otros, sesenta años después, y fruto
de ello aparecieron las Ferias del Calzado en España.
No dudo que cada sector habrá tenido sus momentos, sus sacrificios y
sus logros, pero lo que no debemos olvidar es que no hubo nada en el
sector zapatero comparable con las aportaciones que a lo largo de la
historia han realizado los eldenses.
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