Tras aquel memorable escrito de Oscar Santos en el semanario Valle de Elda, animando a los eldenses a la creación de una feria del calzado, el año 1957 fue excepcionalmente recordado no sólo por dar el definitivo empuje a la propuesta de Santos, sino por una serie de ideas llevadas a la práctica que pondrían un sello de modernidad y futuro para la ciudad de Elda.
En aquel verano de 1957 Eduardo Navarro, desde Valle de Elda, daría todo su apoyo a la puesta en marcha de una Feria Nacional e Internacional para el calzado
y las autoridades del momento, que podrían haber escurrido el bulto
para no asumir riesgos, toman el proyecto con ilusión y en un acto
celebrado en la "Academia Vera", con motivo de la presentación de
trabajos de fin de curso, tanto el alcalde, Joaquin Campos, como el concejal de educación Antonio Porta,
salen al paso comprometiendo el esfuerzo del Ayuntamiento para hacer
posible esas ideas, esto marcaría un camino que culminó con el éxito que
todos conocemos.
Eran años en los que el compromiso por la ciudad daba honor y gloria a
muchas personas que desde distintos proyectos trabajaban con entrega
para hacer de nuestra ciudad una singularidad en el panorama nacional: Álvaro Carpena triunfaría
en Madrid en un concurso nacional de zapatería, no solo diseñando el
modelo sino realizando el montado y terminado del mismo con unos zapatos
sin costura de magnífica perfección, quedando por encima de otras
ciudades representadas como Madrid, Barcelona, Inca, Valencia o
Zaragoza, entre otras.
También hace sesenta años se iniciaría la búsqueda de recursos y los
contactos con el obispado de Orihuela para levantar y hacer posible el
colegio "Sagrada Familia" del que los eldenses estamos muy orgullosos y
que tantos alumnos destacados pasaron por sus aulas.
Fue en 1957 cuando Alberto Navarro publicaría en primera página de Valle de Elda, su imaginario logotipo de la Feria del Calzado, animando desde esta tribuna para que las ideas se transformaran en hechos.
Elda, en 1957, con múltiples problemas de trabajo producidos por una
crisis permanente, sin exportación apenas, con mínimas infraestructuras
era un pueblo con un futuro mediocre, baste comparar los índices de
exportación del primer semestre de ese año, España exportó15.000 pares
de zapatos por valor de un millón doscientas mil pesetas, frente a
Italia que en el mismo periodo exportaría 5.520.204 pares de zapatos por
un valor de casi once mil millones de liras. Pero la ilusión de los
eldenses, la entrega sin miedo al fracaso en proyectos difíciles de
llevar a cabo o rondando lo inverosímil, copaban la esperanza de nuestro
pueblo y ese meritorio entusiasmo les llevaría al triunfo.
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