sábado, 6 de noviembre de 2010

CALZADO Y SALUD DEL PIE

El origen del calzado se pierde en la noche de los tiempos. Existen evidencias que nos enseñan que la historia del zapato comienza a partir del año 10.000 a.C., o sea, al final del periodo paleolítico, pinturas rupestres de esta época en cuevas de España y sur de Francia, le hacen referencia.

Nuestros antepasados inventaron un método para cubrir sus pies de piedras, espinas, mordeduras de animales etc., así es como nace la primera versión de la sandalia de paja trenzada, en civilizaciones de clima calido; y se diseñan las botas de piel animal en continentes de bajas temperaturas. En cambio, curiosamente, los tacones de aguja fueron creados por carniceros egipcios que querían elevar sus pies de la escena de la masacre.

Con la revolución Industrial, aparece la numeración del calzado, se suplanta el cuero por la goma y la producción es masiva, todo sucede de modo rápido. Botas con botones, botas atadas, nuevos materiales, diferentes tipos, formas y texturas de calzado y acorde con distintos tipos de actividades. El zapato adquiere todas las influencias estéticas del momento.

En la actualidad la industria internacional de la producción de este elemento, se encuentra en los países mas desarrollados. Estos han retenido la fabricación de productos de alta calidad y diseño innovador, muy ligados a la industria de la moda, mientras que otros países trabajan una industria de bajo costo para mercados de gran extensión.

Los pies, son los elementos de nuestra anatomía, fundamentales para el desenvolvimiento diario de nuestras actividades cotidianas.Sin ellos no podríamos trasladarnos en forma normal a ninguna parte. Son los que nos permiten caminar, correr, saltar, bailar, nadar, manejar, andar en bicicleta, trepar a los árboles, etc. Podemos decir sin temor a equivocarnos que el pie es un órgano vital para la práctica deportiva y que cualquier alteración en su morfología puede disminuir su rendimiento. Es por esto que el calzado es importante, porque nos protege los pies y de paso el resto del cuerpo.

Mantener el apoyo necesario de todo el cuerpo al estar de pie andando o corriendo es la característica más importante de los pies.

Su forma arqueada y especialmente articular, les configura entre otras, dos importantes funciones:

Absorber y amortiguar las vibraciones y golpes que se producen a cada paso.

Activar la circulación sanguínea al comprimirse por el peso del cuerpo y a la vez contraerse al dar el paso.

Anatomía del pie
El pie es una estructura anatómica de 26 huesos, un número mayor de ligamentos que los relacionan, tendones y músculos que conforman su funcionamiento. Se suele pensar al pie como un área de contacto con el suelo, sin embargo para una correcta función este contacto debería estar limitado a solo tres "puntos" dando lugar a un área de apoyo virtual triangular. Para que esto ocurra debe haber zonas de su superficie levantadas y otras en franco contacto con el suelo. Algunas de estas zonas más elevadas nos son familiares y a una de ellas la llamamos arco plantar, típicamente la superficie inferior del pie que está en la mitad interna; con propiedad se le debe llamar arco interno o medial. Sin embargo existen otros arcos plantares que conforman en el pie sano este apoyo tripuntual. Se trata de los arcos plantares externo o lateral y el transversal.

Las tensiones necesarias para mantener el perfil de estos arcos son tan grandes que solo músculos muy poderosos (y grandes) pueden ejercer las fuerzas que las causan. Por eso estos músculos no están en el pie sino en la pierna y actúan a través de cuerdas llamadas tendones para trasladar su fuerza. Cuando estos músculos actúan correctamente levantan la posición de los huesos del pie y mantienen los perfiles de los arcos en un grado adecuado, pero cuando fallan en esa función sobreviene lo que conocemos vulgarmente como "pie plano".

Pero. ¿qué es un pie plano? El pie plano es solo una manifestación del apoyo de huesos del pie en el suelo que no deberían estar en contacto con éste. Como el pie forma parte de todo un sistema integrado de apoyo y equilibrio del cuerpo, las consecuencias de esta mala alineación de la estructura de apoyo se sentirán inevitablemente en todo lo que está apoyado sobre ellas dando lugar a problemas a nivel de las rodillas (por rotación de la tibia), caderas y columna vertebral, llegándose a dar hasta síntomas de dolor a nivel de la cabeza.

Una de las formas más sencillas y prácticas para determinar el estado de los arcos del pie es la observación de la huella plantar.

La huella plantar puede ser categorizada en tres clases distintas.

La del pie normal en la que las superficies en contacto son las necesarias para un apoyo correcto.

La del pie plano en la que prácticamente toda la superficie inferior del pie hace contacto con el suelo.

Y la del pie cavo en la que el pie toma contacto con el suelo en una superficie menor que en el pie normal e insuficiente para un apoyo funcionalmente correcto.




Otras clasificaciónes de tipos de pies:

Pie Griego: donde el dedo índice es el más largo del pie

Pie Egipcio: donde el dedo gordo es el más largo del pie (es el más común)

Pie Pronador: pie con predisposición a exagerar el movimiento de inclinación hacia dentro de los tobillos.

Pie Supinador: tobillo que presenta respecto a la pierna una posición arqueada hacia afuera.

Valgo o en abducción: antepié desviado hacia afuera

Pie varo o en aducción: antepié desviado hacia adentro

Pie con eversión o evertido: antepié en valgo y pronado (combinación de aductor y Pronador)

Pie con inversión o invertido: antepié en varo y supinado (combinación de aductor y supinador)

Pratener una idea de que tipo de pie tenemos, hay que observar:

Analice sus zapatillas viejas por el desgaste de la suela. La deformación de la punta por acción de los dedos determina si se trata de un pie griego o egipcio. La deformación que producen los cordones sobre el empeine, mostrarán el tipo de arco y al juntarlas desde los talones, se ve el grado de inclinación en que fueron forzadas para determinar si es supinador o pronador.

También puede analizar el tipo de pisada que deja en diferentes superficies y terrenos.

Las lesiones en relación al tipo de pies

Cuando decimos que la pronación es un movimiento normal del pie, es debido a que esa acción se encuentra mecánicamente justificada como un modo de amortiguar el impacto contra el suelo en la fase de apoyo de la carrera. En el pie normal y aún en el pie plano constituye un mecanismo excelente de moderación de las fuerzas de impacto, que se dan en el contacto y sostén del peso del cuerpo en carrera.

El pie supinador también disminuye las fuerzas de impacto tras la caída de la fase de vuelo de la carrera, pero no lo hace con tanta eficacia.

Una exagerada pronación conlleva a una excesiva rotación interna de la tibia (sentido contrario al de las agujas del reloj), ésta condición puede producir daños a las articulaciones y tejidos que se encuentran por encima del tobillo, siendo la rodilla la más afectada. Se ha podido relacionar la pronación excesiva con la aparición de condromalacia (una afección muy común en los corredores que afecta el funcionamiento de la rótula) además del síndrome tibial medio, síndrome tibial posterior y tendinitis aquilea. Dado que la rotación de la tibia puede producir fuerzas que exceden la rotación compensatoria del fémur, ciertas lesiones de la articulación de la cadera pueden ser consecuencia de una pronación excesiva en los pies.

Por otra parte el pie supinador supone otros problemas para el corredor, dado que esta característica biomecánica ha podido también ser asociada a varios tipos de afecciones en los corredores, tales como el síndrome de la banda iliotibial, la fascitis plantal y la tendinitis aquilea.

Biomecánica del pie en carrera.
Todos hemos visto correr a alguien, es un acto natural y común. Vistos de perfil, la mayoría de los corredores de largas distancias al trotar y correr (existen excepciones) contactan el piso inicialmente con el talón, después se observa el apoyo total del pie sobre el suelo y enseguida se da el despegue con la parte anterior del pie, para dar el siguiente paso o zancada con el otro pie.

La complejidad y cantidad de movimientos y apoyos que realizan los tobillos y los pies de cada atleta al trotar y correr, se observa por detrás (de espaldas). Motivo por el cual existen tantos modelos de zapatillas.

Primero analicemos lo que le ocurre a un corredor con pisada normal, eficiente o biomecánicamente correcta. Durante la carrera, de manera general, aunque también existen las excepciones, la primera zona que hace contacto con el suelo es la parte externa del talón. Esto se debe a que previo al primer contacto, el tobillo se mueve hacia su lado externo definiendo un movimiento denominado de Supinación. Dicho movimiento es normal y prepara al pie para dar el primer apoyo. Una vez que el talón ha contactado el piso, el tobillo realiza un movimiento normal de rotación interna (es decir, el tobillo gira o se tuerce ligeramente, lo mismo que la pierna), al mismo tiempo que el pie comienza a apoyarse sobre el piso comprimiendo ligeramente la bóveda plantal. Dicho movimiento se denomina de Pronación y es vital que se realice porque cumple con dos funciones básicas: amortigua de manera natural el impacto y adapta el pie a la forma e inclinación del piso sobre el que se corre. ¿Qué tanta pronación es normal? Aquí hay divergencia de opiniones, pero la mayoría de los investigadores coinciden en que el eje del talón debe estar perpendicular al suelo.

A continuación se da el segundo apoyo del pie sobre el piso. Tanto el pie como el tobillo y la pierna se alinean para definir el apoyo sobre el suelo, que los especialistas han denominado Neutral. Tal apoyo y alineamiento tienen el objetivo de preparar los músculos y ligamentos del pie así como al Tendón de Aquiles para ejecutar de la manera más eficiente el despegue, que en un pie calzado se da con la parte central o ligeramente externa del calzado, definiendo de nuevo un movimiento de supinación.

En resumen, tanto los tobillos como los pies calzados con zapatillas en un deportista con pisada eficiente o normal, se mueven y "tuercen" conforme se desarrolla el paso de carrera, de afuera hacia adentro (en el contacto del talón sobre el suelo e inmediatamente después en el primer apoyo, respectivamente) y de adentro hacia fuera (en el segundo apoyo y durante la fase de despegue, respectivamente). Todos estos apoyos y movimientos se ejecutan con una duración aproximada de entre 1/3 y 1/4 de segundo, por lo que es muy difícil observarlos a simple vista. Investigaciones destacan que aproximadamente el 30% del total de los practicantes de las carreras pedestres son atletas con pisada eficiente o normal.

Posteriormente en la fase de impulsión, realiza una supinación para tratar de obtener una mayor fuerza.


El calzado
Anatomía del calzado
El zapato está compuesto por piezas y debemos comprender como se arma un calzado y así podremos elegir de manera inteligente entre miles de estilos diferentes.

La puntera del zapato es el espacio que hay para los dedos, esta sección puede ser redondeada o puntiaguda, según el espacio que haya.

La capellada cubre al pie de los elementos externos evitando así que pequeños objetos vayan a parar entre medio del pie y la base superior del calzado. Además de eso da contención al pie en los posibles desplazamientos laterales y antero-posteriores que se dan en la carrera. Están hechas de telas más o menos respirables compuestas por fibras de nailon o poliéster. Posee un corte en su parte superior para permitir mediante el uso de cordones u otros medios un ajuste a la silueta del pie que sea cómodo y firme al mismo tiempo.

La suela es la parte del calzado que entra en contacto directo con el terreno debe presentar buenas características de resistencia a la abrasión para garantizar una durabilidad adecuada además de un dibujo de calado que le dé un buen agarre cuando las condiciones del terreno son resbaladizas. Debido a que una menor superficie de contacto con el suelo implicaría una mayor abrasión de las áreas expuestas de la suela, aquellas suelas que tengan dibujos muy marcados deberían gastarse más rápido, sin embargo, actualmente, las suelas pueden hacerse de materiales muy resistentes (tales como compuestos similares a los de los neumáticos de automóviles de carrera) y soportar perfectamente el desgaste sin ceder terreno en lo que toca al agarre.

La entresuela es quizá la parte más importante del calzado de correr, al menos desde el punto de vista técnico. Sobre ella recae la tarea de la amortiguación pero también buena parte del control del movimiento. Están típicamente hechas de materiales elastómeros cuya característica más deseable debe ser una alta resiliencia. La resiliencia es la cualidad que tiene un material de regresar a su forma original luego de haber sido deformado. Cuanto más alta sea la resiliencia de un material tantas más veces podrá el mismo volver a retomar su forma original y por lo tanto, en el caso de las entresuelas mantener su capacidad de amortiguación.

El tacón es la parte posterior inferior y es lo que le brinda altura al zapato, cuanto más alto el tacón, mayor es la presión que se ejerce sobre la parte anterior del pie.

La última parte es la curva leve que se encuentra cerca del arco del pie y que se ajusta a la forma del mismo, es la curvatura que le permite distinguir el zapato derecho del izquierdo.

El material del calzado, puede afectar la forma en que calza y la comodidad. Los materiales suaves disminuyen la presión del calzado sobre el pie y los materiales duros pueden causar ampollas. Se puede también colocar un contrafuerte para dar más dureza a la zona del talón y sujetar más el pie.

Los materiales de los cuales se componen los calzados son variados, a saber entre otros: Capellada

Textil

Sintético "símil cuero"

Piel vacuno

Piel de canguro

Etc.

Suela y entresuela

Hule

Poliuretano

Eva simple o de doble densidad

Eva comprimida

Caucho

Distribución del peso corporal según la altura del taco

En condiciones normales, estando el calcáneo en el mismo plano que los metatarsos, el peso del cuerpo se distribuye algo más del 50% sobre el talón. Pero cuando el pié se encuentra en un calzado con tacón que eleva el plano del talón, el peso se desplaza proporcionalmente adelante según la altura que exista entre el talón y el plano del suelo. Las cabezas de los cinco metatarsianos participan en la distribución del peso que le corresponde a la parte anterior del triángulo del pié; 2/6 de la mitad del peso corporal caen sobre la cabeza del primer metatarsiano y 1/6 sobre cada uno de los restantes.



El Calzado deportivo
Todo calzado deportivo se subdivide en tres zonas principales:

Retropié o Talón: tercio del calzado que abarca la parte posterior del mismo y que corresponde principalmente a la zona del talón (lo que abarca el Contenedor del Talón)

Mediopié o Segundo tercio de las zapatillas : aproximadamente a la altura de la bóveda plantal y la zona correspondiente al empeine del pie

Antepié (Forefoot) o Ultimo tercio del calzado: que corresponde a la zona de los metatarsos y los dedos de los pies (la punta del calzado)

Clasificación

Tradicionalmente se ha venido clasificando el calzado de carrera en tres tipos: son zapatillas de pronador, neutras y de supinador

1. Las zapatillas de pronador: Buscan conseguir un soporte interno del pie en la fase media de apoyo, para evitar la sobrecarga de las estructuras que sujetan el pie, que están en situación de tensión, lo que puede conducir a lesiones. Estas zapatillas son de horma recta y tienen un arco plantal interno acusado, además de poseer una pieza de plástico en esta parte interna de consistencia firme.

2. Las zapatillas de supinador: Buscan conseguir una adecuada amortiguación, de acuerdo con el tipo de pie rígido que se suele asociar a esta pisada. Por ello tienen diferentes sistemas, patentados por las marcas, que se basan en la utilización de las propiedades elásticas del aire comprimido y la goma. Esta amortiguación permite reducir el impacto articular y músculo-tendinoso inducido por la carrera. Por último, la horma suele ser más curva y no tienen sistemas de control de pronación.

Categorías del calzado

Los distintos corredores pisan distinto y por lo tanto necesitan diferentes calzados para satisfacer sus necesidades. Razones de índole biomecánica y anatómica justifican estas diferencias. De acuerdo a la alta utilidad y razonable se puede dividir al calzado en 6 categorías:

Calzados con gran capacidad de Amortiguación: estos calzados ofrecen un máximo de amortiguación y se sienten más blandos y suaves al pisar que cualquiera de los de las otras categorías. Para lograr esto sus diseños resignan la capacidad de controlar movimientos viciosos y disponen de pocos o ningún tipo de elemento que le dé una mayor rigidez a la zona del arco medio. Estas características hacen que el calzado sea más flexible y eso favorece a los corredores de apoyo inicial metatarsiano o que tienen arcos mediales muy altos y rígidos, aunque también lo pueden usar aquellos corredores que tengan una técnica de carrera eficiente y sin vicios de pisada.

Este tipo de calzado estaría desaconsejado para los corredores que no tienen al menos una pisada biomecánicamente neutra (sin pronación ni supinación excesivas). La amortiguación es quizá el argumento de ventas número uno con el que se pretende convencer al consumidor de calzado deportivo, pero, no siempre el calzado que mejor amortigua es el mejor para el corredor.

Calzados estables: en esta categoría los diseños intentan conciliar las características de amortiguación con las de control de movimientos espurios del pié. Generalmente vienen provistos de algún tipo de inserto plástico o bien de una goma de mayor densidad en la mitad interna (medial) de la entresuela (típicamente esta zona de mayor densidad se fabrica en otro color para que sea claramente distinguible). Se aconseja este tipo de calzado a aquellos corredores que tienen arcos mediales normales, que no sufren serios problemas de pronación ni supinación y buscan un calzado de entrenamiento que ofrezca buena amortiguación y un mínimo de control de movimientos.

Calzados con gran control de Movimientos: con énfasis en la rigidez, los calzados de esta categoría, se diseñan pensando en ofrecer un máximo de control de los movimientos viciosos en el apoyo del pie en carrera, fundamentalmente la sobrepronación. La base de apoyo generalmente termina en una suela de goma al carbón de alta resistencia a la abrasión, más dura y pesada, este tipo de calzado estaría orientado hacia corredores con pié plano que necesitan una buena base de apoyo para sus pies y que limite los movimientos de sobrepronación o sobresupinación que sufren. Además está aconsejado para los corredores más pesados ya que en general son construidos con énfasis en la durabilidad y la resistencia a las grandes presiones. También se puede aconsejar la elección de calzados de esta categoría a aquellos corredores que usen plantillas o insertos ortopédicos correctivos, ya que la mayor profundidad interior con la que son diseñados, permite acomodar estos elementos.

Calzado de entrenamiento liviano: en esta categoría de calzados se podría clasificar a aquellos que siendo más livianos y flexibles que los calzados de entrenamiento descriptos, conservan cualidades de amortiguación y control de movimientos mínimos y satisfactorios. Típicamente se puede recomendar este tipo de calzados a los corredores biomecánicamente eficientes y de pisada neutra, que buscan zapatillas más dúctiles y ligeras para entrenamientos veloces, o como calzado alternativo para competencias mayores a los 15 kilómetros.

Calzados de Competición: estos calzados llevan a un extremo la disminución del peso en favor de darle al corredor un mejor rendimiento teórico; cuanto menos peso se transporta en los pies, menor gasto de energía se hace y más uso de la potencia muscular en producir desplazamiento horizontal. No existen los elementos de control de movimientos y la amortiguación es mínima. Solo los pueden usar aquellos corredores beneficiados por la naturaleza, que son livianos, biomecánicamente eficientes y no tiene ningún vicio de movimiento de los pies en la fase de apoyo. Además por la escasa amortiguación que ofrecen, solo se recomienda que sean utilizados en carreras de menos de 15 kilómetros, observándose que solo muy pocos individuos, entre los descritos, pueden utilizarlos para competir en maratón. Generalmente los individuos que reúnen las condiciones para usar estos calzados, son corredores muy veloces que resuelven el contacto inicial del apoyo en carrera con la zona metatarsiana o media de sus pies, por lo que se pueden tolerar espesores mínimos en la zona del talón que ofrecen estos calzados.

Calzados todoterreno: entre estos productos, se encuentran los calzados diseñados para las duras condiciones que imponen los desplazamientos en terrenos naturales y característicamente más agresivos. Los cambios más importantes en el diseño, están dados por suelas más durables y de mejor tracción, así como refuerzos en la capellada y especialmente en la zona de los dedos para protegerlos de los golpes contra rocas u otros elementos de la naturaleza. Fuera de estas diferencias, sus diseños están basados en los de los calzados de tipo estable, un compromiso entre amortiguación y control de movimientos.

Además de las categorías citadas anteriormente podemos agregar:

Las zapatillas denominadas "Training", que son zapatillas mixtas, que tienen un uso todo terreno, valen para todo aunque es mejor no jugar al fútbol con ellas.

Las zapatillas denominadas "Casual" o de Tiempo Libre, son aquellas (que además suelen ser bastante caras) utilizadas para la vida diaria no deportiva, responde más a la moda que a las necesidades deportivas, son las menos indicadas para hacer deporte. Son Cómodas y gruesas, están pensadas para ir de paseo, pero no para hacer deporte. Si se usan para eso, son más peligrosas que llevar zapatos, porque no le vamos a pedir a unos zapatos, que tengan el agarre, la sujeción, la flexibilidad o la amortiguación de una zapatilla, con lo que no esperamos esas características de ellos, pero podemos pensar que estas zapatillas (Casual o Tiempo Libre), sí tienen estas características, pero no es así, nos las ponemos, nos vamos a practicar algún deporte o simplemente a correr con ellas y a partir de ahí, pueden comenzar muchos y graves problemas.
Requerimientos del calzado deportivo

El calzado deportivo para correr, deben cumplir con los siguientes requerimientos

1. Deben aportar la estabilidad adecuada a los tobillos y pies en cada fase de la pisada, especialmente en la fase de contacto del talón sobre el suelo e inmediatamente después, cuando el tobillo realiza el famoso movimiento de pronación.

2. Deben limitar los movimientos excesivos de los tobillos y pies, específicamente en la zona interna del talón y en la zona media e interna de los pies. Esto porque existe un elevado porcentaje de deportistas que tienen la tendencia a deformar su calzado deportivo hacia adentro, alteración denominada "sobrepronación"

3. Deben aportar la libertad de movimientos suficientes a los tobillos y pies cuando éstos no absorben de manera natural y eficiente los impactos durante las distintas fases de contacto sobre el suelo.

4. Dados los traumatismos repetitivos generados cada vez que los pies hacen contacto con el suelo al trotar y correr (a mayor velocidad de carrera se incrementa la presión del impacto, que equivale entre 3 y hasta 6 veces el peso del deportista), el calzado debe aportar una adecuada amortiguación, especialmente en la zona del talón, durante el primer contacto y en la zona de los metatarsos al momento del despegue.

Estas premisas se refieren al carácter o función preventiva que debe tener el calzado, ya que protege a los atletas de infinidad de lesiones en huesos, tendones, articulaciones y músculos a lo largo de todo el cuerpo y no únicamente en las extremidades inferiores.

Además el calzado para correr se han convertido, cuando presentan aditamentos específicos, en una excelente herramienta de trabajo para que el médico los utilice junto con las plantillas ortopédicas personalizadas, en la solución de problemas morfofuncionales a nivel de tobillos y pies.

5. La comodidad que deben brindar el calzado correctamente elegido debe ser tal, que hasta debe olvidar que las lleva puestas, incluso en los entrenamientos y competencias más duras.

El calzado deportivo para correr debe ser elegido correctamente. Es decir, debe cubrir los requerimientos específicos de estabilidad, amortiguación y ajuste que demandan los tobillos y pies de cada corredor. De lo contrario, si carece del conocimiento básico adecuado para realizar una buena elección, compra y uso de calzado, entonces sólo tendrá la certeza de haber adquirido los más caros instrumentos de tortura, que sin duda afectarán su rendimiento deportivo y su salud

Criterio para la elección del calzado deportivo

La zapatilla que da buen resultado a un compañero o amigo, no tiene por qué ser buena para otros.

Hay que probarse varios modelos para elegir la más adecuada al pie teniendo en cuenta la adaptación de la morfología, número y actividad física

Es aconsejable realizar la elección del tamaño al atardecer, cuando el pie está dilatado tras la actividad de la jornada, en las mismas condiciones que si se hubiera realizado una marcha de más de 3 kilómetros.

Para acertar con el número hay que probarse el calzado con el tipo de calcetín que se usa para la práctica deportiva.

Es conveniente probarse el número que se calza habitualmente y uno más para comparar la comodidad y el ajuste entre uno y otro

Al probarse la zapatilla hay que fijarse en que el talón esté bien calzado, los dedos se muevan con libertad y el dedo gordo e índice no se replieguen sobre los demás.

cuando no se tiene la seguridad de que el calzado es de la talla adecuada, hay que probarse otros calzados de las mismas características pero de diferentes fabricantes. Cada país posee una relación diferente entre la talla en centímetros y el número de calzado. Incluso en el mismo país se observan diferencias entre distintos fabricantes. Encontrar la talla correcta solo es cuestión de probarse números y andarlos.

La elección del deporte: compre la zapatilla que más se ajuste a lo que usted hace. Sobre todo, el tipo de suelo que va a pisar con las zapatillas.

La estética: Evidentemente esto depende del gusto de cada uno y no tiene incidencia en el rendimiento. La caña (altura en el talón) depende del tipo de deporte y estado de su tobillo. La caña alta, es fundamentalmente exclusiva para la práctica del baloncesto, protege de los esguinces, pero a cambio limita la movilidad del tobillo e incide negativamente sobre el rendimiento.

Una vez con los tres o cinco pares que tenemos, que nos gustan, que podemos pagar, son adecuados para nuestro deporte y específicos para nuestro pie, comprobamos que el interior sea suave y carezca de costuras que puedan provocar rasiones o rozaduras. La base donde va el talón, debe ser suficientemente amplia y con amortiguación para el impacto. La suela debe ser bastante Blanda como para que se agarre en pista y bastante dura como para que no se desgaste con rapidez.

Hay que tener en cuenta que el calzado que se usa en una práctica deportiva especifica, no se debería usar para ir por la calle.

Consejos para el uso

Antes de ajustar bien su calzado debe acomodar bien sus medias, luego el pie, llevándolo hacia atrás del talón del calzado, seguido acomode la lengüeta y los laterales de la zapatilla para finalmente ajustar los cordones o el sistema de cierre (cierre abrojo, relámpago, etc.) debe quedar perfectamente calcada y ajustada a su pie; pero no hacer una tortura con demasiada presión que impedirá la circulación sanguínea.

Los días de verano seguramente tendrá que recalibrar ese ajuste cada tantos kilómetros por la dilatación de sus pies y el exceso de calor que generan.

No son necesarias zapatillas caras para hacer deporte, pero por desgracia suele ir pareja la calidad con el precio, pero se pueden encontrar zapatillas por menos dinero que sean las correctas.

Un dato importante, no use las zapatillas de deporte para pasear, piense que pasaría si usamos las ruedas de un Formula 1 para ir por el campo, y a pesar de poder circular, acabaríamos rompiéndolas.

Tampoco corra una maratón con zapatillas recién compradas, deben tener un mes de buen uso. Si va a correr una maratón de larga distancia (unos 20 Km.) sobre superficies lisas como asfalto o pavimento debe llevar un paso ligero sin impactos con velocidad entonces elija las zapatillas más flexibles y livianas (unos 200 gramos), con suelas muy blandas, pero si corre una maratón de menos de 10 Km. donde seguro debe correr con más impactos y picadas busque refuerzo en los talones y semilivianas (unos 300 gramos).

Las medias también serán muy importantes, siempre busque 100% de algodón sin costuras o costuras invisibles y con un buen talón, nunca compre medias tubo sin talón

Para entrenar use las zapatillas más resistentes y pesadas (400 Gramos) tipo todo terreno, así cuando valla a competir con las livianas se sentirá corriendo sobre las nubes.

Si va a levantar pesas piense que no requiere de ningún tipo de impacto y solo es sobrepeso, por lo que podemos buscar zapatillas muy flexibles y livianas, pero jamás las use para correr ni siquiera en la cinta caminadora o calle. Una todo terreno podría adaptarse, como la zapatilla para entrenamiento aunque no es lo ideal para las pesas. Son buenas unas hojotas reforzadas del tipo franciscanas que sujetan bien el empeine y el talón pero nunca use las hojotas que solo sujetan el empeine porque seguro se correrán del talón del pie y usted perderá estabilidad en el levantamiento de pesas.

Bibliografía
http://orthoinfo.aaos.org/topic.cfm?topic=A00489#top

www.ainizetxopitea.com

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"Calzado adecuado: claves para evitar lesiones". Federico Bertero. Diario La Nación. Abril de 2007

"El uso del calzado: ¿Cuándo, por qué? Y sus consecuencias". Dra María de la Luz Montes Castillo. Revista mejicana de medicina física y rehabilitación 2007

"El calzado ideal". Alberto Cabaleiro

"Tecnología del Calzado". José María Amat Amer

"Calzado Arteano y Ortopédico". José María Amat Amer

Autor:

Airando, Luciana

Barbero, María Belén

* Publicado por www.diafootclub.com

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