Antecedentes
Uno
de los hechos de mayor impacto económico para el sector zapatero fue la
creación de FICIA (Feria Internacional del Calzado e Industrias Afines).
Comprender la importancia de los hechos en la década de los años 60, no sería
posible sin el conocimiento de la industria del calzado en la Comunidad
Valenciana, donde se asentaban la mayor parte de las empresas del país.
El oficio se
transforma
En primera parte del siglo XIX, aparecen núcleos
de pequeños talleres que van adaptando las técnicas artesanas para perfeccionar fases de la confección. En
algunas ciudades se llega al calzado por la industria alpargatera (caso de
Elche), en otras por el calzado a medida y venta directa en los mercadillos de
poblaciones vecinas (caso de Elda). Las ciudades zapateras se incorporan a la
fabricación en un periodo relativamente corto, entre 1820 y 1850, en algunas,
por una necesidad de encontrar, frente a la agrícola o la adversidad, un "oficio refugio" .
De la alpargata al
calzado de cuero. De la agricultura a la industria.
En
la Comunidad Valenciana hubo ciudades con tradición alpargatera desde el siglo
XVIII, son los casos de Vall d´Uxó y de Elche, en esta ciudad la elaboración de alpargatas data de la época
de la ocupación por los moriscos que ya, con la conquista de Jaime I en 1261,
se confeccionaban por esta población (Hansel, 2015. p.171) (1) . Sin embargo en
Elda el inicio de la actividad zapatera en serie se sitúa alrededor del año
1840. La desecación de la gran salina de Villena que ocupaba una extensión de 1200
Ha. y 200 Ha. de zonas de influencia y el posterior aporte de 30 mil quintales
de sal acumulada, por un error humano y climatología adversa, se vertieron al
río Vinalopó arruinando las huertas(Amat, 2015: 20)(2). Los habitantes de la
villa, alrededor de 4000 personas, tuvieron en parte que emigrar como
temporeros a otras zonas y algunos de ellos de forma permanente.
Algunos
habitantes de Elda encaminaron sus pasos a realizar zapatos con piel y piso de
cuero e incluso esparto, hay que aclarar que aunque el valle de Elda estaba
rodeado de montes de secano y no aptos para el cultivo, pero con plantaciones
autóctonas de esparto, no consta que ese calzado haya sido fabricado de forma
genérica en la villa, ese esparto se vendía a otros lugares con mayor tradición:
Callosa, Elche o Villajoyosa.(Madof,
1850) (3).
La
incipiente confección de calzados requería no sólo la destreza del zapatero,
sino también la del tallista de madera que tendría que confeccionar la horma.
La inauguración de la línea de ferrocarril entre Alicante - Almansa y la
estación de Elda el 26 de mayo de 1858 (Valero, 1992: 19)(4), propiciaría la
expansión de esa actividad en la villa. A partir de ahí el crecimiento fue imparable
y a final del siglo XIX Elda ya era una población industrial en la que
sobresalía por encima de cualquier otra actividad, incluida la agricultura, la
de fabricación de calzados.
La tecnología se
desarrolla
Fue
decisivo para el crecimiento de la fabricación de calzados en la industria
zapatera mundial en la segunda mitad del siglo XIX, la comercialización de la
máquina de coser SINGER, que supuso un notable incremento en el cosido de
calzados. Más tarde, a final del XIX y en el primer tercio del XX, la United
Shoe Machinery Company (USMC) diera el impulso definitivo para la mecanización
del proceso de fabricación del calzado, pero especialmente con el sistema de
alquiler de máquinas que posibilitaría el uso en industrias con pocas
posibilidades económicas para poder adquirir máquinas nuevas (Miranda, 2005:294) (5).
Las poblaciones
zapateras crecen
El efecto llamada de
la industria eldense produjo en el último tercio del siglo XIX una corriente
inmigratoria desde zonas rurales y de provincias próximas; llegaban
trabajadores sin especialidad en el oficio y otros con conocimientos de una
industria de calidad que repercutiría en
la mejora de los zapatos que se fabricaban en Elda. Fue alrededor del
año 1887 cuando un nutrido grupo procedentes de Mahón buscaron mayor
estabilidad en la próspera Elda.
La
industria ocupa nuevos solares alrededor del casco urbano en 1908
En los años de
anteguerra civil, Elche, con una industria alpargatera muy desarrollada, supo
adaptarse a los nuevos tiempos y comenzaron la instalación de naves
industriales para fabricar calzado y maquinaria para el sector, hasta convertirse
en la industria más importante de la ciudad(Ramos, 1989: 191-213)(6).
El incremento de la actividad zapatera
El proceso de
crecimiento de la industria del calzado se basa en la aparición de nuevos
talleres nacidos por iniciativa de trabajadores que, ante la escasa inversión
que suponía la puesta en marcha, trataban de convertirse en fabricantes. Muchos
de aquellos empresarios alcanzarían el éxito y adquirirían otras naves ampliando
sus producciones. La cantidad de fábricas en el Medio Vinalopó, y en Elda en particular,
se multiplicaban en pocos años. Según Valero, en 1930 podían contabilizarse en
Elda 71 fábricas (Valero, 1992: 65)(7). Elda se había convertido en el primer
centro productor de zapatos que cubría la mitad de la producción de los
fabricados en la provincia de Alicante y en 1935 llegaría a facturar seis
millones de pares(Bernabé, 1976: 18)(8) Esto demuestra la pujanza que tuvo la
ciudad al cambiar su modelo económico que, tras las pérdidas de gran parte de
las huertas, pasaba a ser una población con firmas zapateras que empleaba a
cientos de trabajadores, tales fueron
los casos de las empresas de Hernández, Romero Utrilles, Vera, o Tobar,
entre muchos otros.(Amat, 2015: 67-77)(9).
Fachada de la Fábrica de José Guarinos en la nueva expansión
que actualmente ocupa la calle Dahellos y Plaza del Zapatero (Foto CEFIRE)
La incorporación de
nuevos trabajadores en las industrias y talleres, influían también en la
expansión de los barrios de las ciudades. La industria del calzado continuó
creciendo prácticamente hasta el arranque de la guerra civil(Valero, 1992:
79-80)(10). Mientras en algunas poblaciones del Valle del Vinalopó, la crisis
agrícola de la primera parte del siglo XX, llevó a muchas familias al borde de
la indigencia, en Elda se producía el efecto contrario.
La guerra civil no paraliza la fabricación de
zapatos en Elda y Petrel
El nuevo régimen
nacido tras la guerra civil aplicó políticas proteccionistas y eso sumado a la
escasez de materias primas, especialmente cuero y pieles, frenaron
sensiblemente la creación de nuevas empresas incluso, en el caso de Elda por
tratarse del mayor centro productor de zapatos de piel y de calidad media-alta,
las 163 empresas existentes en 1940, se
verían reducidas a 139 en 1949 con 5.635 operarios dedicados al
calzado(Miranda, 1995: 31)(11). En la guerra civil, la actividad industrial
siguió latente en las poblaciones de Elda y Petrel, gracias a la labor de SICEP
(Sindicato de la Industria del calzado de Elda y Petrel) y de la llamada
C.O.I.C.S. (Cooperativa Obrera de la Industria del Calzado y Similares).
Tras la contienda algunas empresas al verse
obligadas a reincorporar a los trabajadores tenían sus plantillas desproporcionadas. Uno de los problemas era la escasez de materias primas, especialmente de pieles
y cueros, y el rebrote del mercado negro y el estraperlo(Amat, 2015: 106-124)(12). También las restricciones eléctricas
produjeron paros intermitentes y muchas pérdidas en horas de trabajo, las
fábricas de mayor producción y dimensiones, instalaban generadores de energía.
La década de los 40 rompe las dificultades de la postguerra
La década de los 40 rompe las dificultades de la postguerra
La fabricación de
calzado trajo consigo una importante estructura empresarial en la industria
auxiliar. En el Medio Vinalopó destacó, por ser la más antigua y de mayor
calado, la fábrica de Hormas de Aguado Aravid(Amat, 2015: 56-59)(13). Es un
ejemplo de cómo se asentaba una empresa familiar nacida del trabajo de un
zapatero-artesano, para convertirse en una de las más potentes de la industria
auxiliar en el siglo XX. Esta forma de crear una empresa a partir de la
experiencia, el trabajo, el esfuerzo y el sacrificio de trabajadores avezados y
con ambiciones, marca una tónica en la formación de las empresas del Medio
Vinalopó; apenas se constituyen sociedades que no partiesen de la implicación
de obreros destacados en la propia creación. Las inyecciones de capital se
producían por la inversión de recursos propios de "empresarios" que
iniciaban su aventura en solitario y tras años de éxitos, reinvertían una parte de sus beneficios. También con la
colaboración de las empresas distribuidoras de primeras materias y en especial
de pieles y cueros, y naturalmente con la ayuda de las entidades financieras
que, en aquellos años, avalaban operaciones a costa de sufrir grandes riesgos.
El estancamiento en la década de los 50
El tamaño de las
empresas tras la guerra civil sufrió una importante degradación, quedaban atrás
las grandes industrias con más de 400 operarios y se incrementaban las pequeñas
fábricas. La poca incidencia en las ventas en el exterior y la implantación de
pequeños talleres con muestrarios propios y penetración en todas las zonas de
los mercados nacionales, con la asistencia de una importante red de viajantes y
vendedores en plaza, produce un estado de saturación del mercado nacional que
amenazaría la competitividad interior de la oferta. De eso sacan provecho los
comerciantes que, abrumados por la excesiva proliferación de colecciones, optan
por la diversidad. Eso perjudicaría a las fábricas de calzado de alta gama que
se ven frenadas por la enorme complejidad y variación de los pedidos. Las notas
de fabricación rara vez llegaban a la veintena de zapatos en un único modelo y
las fechas de servicio complicaban más el proceso. Todo esto a pesar de que en
1952 cesaba el intervencionismo por parte del Estado y se permitía, la libre
circulación y venta de las pieles y cueros(Miranda, 1995: 103)( 14).
Presencia
en el mercado internacional en la década de los años 50
Las ventas en el
exterior, en los años previos a la inauguración de las ferias del calzado, eran
muy limitadas a pesar de las políticas del nuevo régimen que apostaba porque
las empresas aumentasen sus exportaciones, para hacerlas importantes en número
de trabajadores. Pero la situación de España no era la mejor para poder
competir en el mercado internacional.
La Fábrica de "Los Vera", una de las mayores factorías instaladas en Elda
La Fábrica de "Los Vera", una de las mayores factorías instaladas en Elda
El consumo interior era también escaso, en el
año 60 todavía estaba por debajo de un par al año y la capacidad de la
industria nacional en calzado de cuero era superior a la demanda de este tipo
de fabricado. Pero los bajos salarios y las rentas per cápita
españolas no propiciaban la compra de un calzado de calidad media alta, así que
los españoles seguían calzando el zapato textil. El comercio nacional seguía
saturado de una gran variedad de modelos que no podían ser adquiridos, a pesar
de que el calzado español costaba un 50% del costo del zapato francés(Miranda, 2001: 169)(15). Ni los cambios
preferenciales con el exterior, ni las concesiones de licencias de importación
para tecnología y materias primas, lograban despegar sensiblemente la
exportación de calzado. Tampoco arraigaron los esfuerzos del Sindicato Nacional
de la Piel y del Servicio de Comercio Exterior para que el zapato tuviese
presencia en las ferias internacionales que se celebraban en Europa y Estados
Unidos. En América estarían puestas las esperanzas de nuestro calzado, pero a
pesar de las tímidas incursiones en ese mercado, que estaba copado por la ya
potente industria italiana, todos los intentos llevaban al fracaso parcial y
nuestro mercado interior seguía colapsado. En el aspecto tecnológico y de
servicios tampoco era una excepción. En España la industria del calzado seguía
mayoritariamente siendo obsoleta, tanto en adquisición de tecnología, como en
la aplicación de los procesos productivos modernos que ya se estaban
implantando en otros países. Pero la tendencia iba
a cambiar, Elda como capitalidad del calzado español por número de empresas, por
producción en calzado de piel de calidad en la década de los 50 y por la ya
existente, desde 1924, de una Asociación de Fabricantes de Calzado de Elda y
Petrel(Martínez, 1980: 79)(16) crearía lo que vino en llamarse "el milagro
económico".
La industria del calzado de Elda en los años
pre-feriales
La enorme dispersión
de fábricas de calzado instaladas en la ciudad de Elda en los años
pre-feriales, se caracterizaban por tener un escaso nivel de mecanización, con
excepciones en lo que llamaríamos "grandes empresas" y que eran
aquellas que apenas superaban los 100 trabajadores. Junto a estas abundaban un
sinfín de pequeños talleres entre cuatro y diez obreros y empresas algo más grandes pero que no superaban
la veintena de asalariados. En lo que respecta a la economía sumergida, en el
año 1935 de un censo de trabajadores estimado en 7542 personas, la tercera
parte, 2402 corresponderían al empleo declarado, para pasar a 1965 que se
duplicaría el número de trabajadores
censados y el empleo declarado ocupaba ya algo más de la mitad de dicho censo.
(Bernabé, 1984: 69)(17).
Eso
supuso un clandestinaje importante y una lacra de la que la industria del
calzado nunca se ha podido evadir. Sobre todo los talleres pequeños que
llevaban la "faena" a domicilio y se entregaba cuando estaba acabada,
sin que mediara ningún tipo de contrato. El oficial zapatero de la mayoría de
estas empresas se convertía en un "pequeño empresario", tenía a su
cargo a aprendices a los que pagaba por el trabajo entregado a la fábrica o
taller. Esa forma de actuar todavía, en la primera parte de los años 50, estaba
arraigada en algunas fábricas de menor tamaño.
Una mayoría de las
industrias pequeñas y talleres no
estaban sujetas a un horario de apertura o cierre. Los trabajadores manuales
actuaban con total libertad y autonomía, es decir, abandonaban la empresa en
determinados momentos para realizar el
almuerzo o la merienda; las ubicadas en la proximidad de obsoletas
instalaciones deportivas (trinquetes o canchas improvisadas de frontón),
practicaban de esos deportes en el supuesto horario de trabajo. Como es natural
esa no era una práctica generalizada en los pequeños talleres pero existía en
algunos, lo que nos da una idea de la permisibilidad en el trabajo en aquellos
años. Frente a eso estaban las grandes industrias que mantenían sus horarios de
apertura y cierre, pero también consentían la ausencia de los trabajadores en
determinadas horas. No era extraño que muchas fábricas permaneciesen abiertas
hasta altas horas de la noche, para acabar algunas partidas que requerían ser
facturadas. La forma de salarios en las pequeñas industrias solía ser por
destajos, es decir, por un tanto percibido por trabajos realizados o grupo de
ellos. Los zapateros se valían de las máquinas de la empresa, pero percibían un
tanto por partidas entregadas, a este respecto debemos aclarar que el montado
pegado, hasta muy avanzada la mitad del siglo XX, se realizaba con ayuda de maquinaria accionada manualmente, lo
que suponía un "cuello de botella" en la fabricación. Hasta
principios de los años 50 el trabajo en las fábricas grandes y pequeñas, se
llevaba a cabo auxiliados con carros de madera que se colocaban junto a los
trabajadores para realizar sus tareas, esos carros son los que aprendices
transportarían para llevarlos a zonas soleadas en busca del calor del sol para secar
los líquidos y adhesivos empleados en el embastado y pegado. En la primera
década del siglo XX ya existían máquinas de coser y puntear o poner
estaquillas, lujar etc. que indudablemente contribuirían notablemente a la
mayor rapidez del trabajo en las fábricas de mayor tamaño. Las pequeñas industrias
y talleres, realizaban el trabajo valiéndose de los servicios que ofrecían
otras pequeñas empresas especializadas como: talleres de montado, finisaje
(terminado), cosido etc..
El aparado y los
trabajos de preparación de las piezas de piel de empeine y de forro,
concentraban la mayor cantidad de clandestinaje. Son trabajos que se pueden
elaborar en el domicilio familiar ya que en estas zonas lo realizaban
especialmente la mujer, a diferencia de otros lugares en que lo ejecutaban
personal de ambos sexos. Las aparadoras a domicilio entregaban a la fábrica, de
donde habían recibido el encargo, el trabajo por el que percibían los destajos pactados en dinero oculto al
fisco y por lo tanto sin derecho a posibles indemnizaciones por enfermedad,
paro o jubilación, la entrega se realizaba en un lugar específico de la entrada
de la empresa donde decía "taquilla
de aparadoras".
La tecnología anterior a las ferias del calzado
La producción de
maquinaria para la fabricación de calzados en España ha sido, y hasta cierto
punto sigue siendo, una de las principales carencias. La industria de
fabricación de maquinaria para el calzado en nuestro país no se ha desarrollado
como en otros países productores de calzado. Incluso siendo una potencia en
fabricación de calzados y pudiendo comerciar con mayor facilidad con países de
habla hispana y norte de África, no se ha sabido aprovechar las coyunturas
favorables para desarrollar una industria avanzada y que mitigase el coste por
la adquisición de las innovaciones tecnológicas
que Alemania e Inglaterra, primero, y más tarde Italia, llegaron a liderar en el
mercado internacional.
Elda cuando empezó a
pensar en gestar su primera feria del calzado estaba muy por detrás de otras
ciudades zapateras de países como Italia. En Vigévano, por ejemplo, ya se
estaba organizando la XXV edición de las ferias italianas y este país lideraba
el mercado mundial del calzado en los
años 50 y 60 vendiendo más de 20 millones de pares al año y en 1970 todavía
seguían siendo líderes de ventas en el mundo (Amat, 2006)(18). Pero a partir de ahí, la población de
Vigévano fue perdiendo fuerza y las industrias de calzado italiano buscaron
nuevos centros de producción, sin embargo la ciudad italiana reconvirtió su
excedente de mano de obra creando una potente industria de maquinaria. En
España nunca se alentó un plan coordinado para investigar y construir
maquinaria. En la década de los 70 presenté en la Cámara de Comercio de
Alicante un estudio llamado "Investigación de maquinaria de bajo
coste" que yo mismo elaboré, recibiendo el beneplácito del sector de
fabricantes de maquinaria del Medio Vinalopó, no contó con ayudas de la
administración.
Las máquinas en la época de la postguerra
trabajaban con restricciones energéticas, lo que obligaba a disponer, en las
grandes fábricas, de motores alimentados por gasoil o gas pobre que se empleaba como combustible
para el alumbrado público (luz de gas), desde finales del siglo XIX
hasta mediados del XX ,y también para la puesta en
marcha de motores que generaban energía a pequeñas plantas industriales (Facultad
Ingeniería, 2007: 1-18)(19). Algunas de las máquinas creadas en una época en
que la electricidad no se había inventado, se adaptaron a la nueva fuente de
energía e incorporaron motores eléctricos. Todavía se podían ver en los años
50, fábricas de calzado con embarrados laterales que eran movidos por un gran
motor central y a los cuales se conectaban las diferentes máquinas.
La
verdadera mecanización de las industrias del calzado, vendría por el
extraordinario incremento de las ventas tras las primeras ferias del calzado. La
industria auxiliar, en los años pre-feriales tampoco gozaban de un desarrollo
digno de mayor mención. La principal industria dedicada a la fabricación de la
horma no conocía todavía la incursión de
los plásticos para fabricar el tarugo o tocho. Las hormas se fabricaban en
madera de haya fundamentalmente pero también se utilizó el carpe, olmo, nogal, cedro o roble.
la tecnología utilizada por las industrias de hormas y tacones, a excepción de
las reproductoras automáticas, eran máquinas o artilugios que la experiencia iban
adaptando a las necesidades concretas.
Tren de secado de los tarugos de madera empleados para la fabricación de hormas. Foto Museo del Calzado de Elda
La idea ferial
empieza a gestarse
Con
el panorama que de forma resumida, dada la amplia bibliografía que tendríamos
que manejar, se puede llegar a la idea del tipo de industria del calzado que
tenía España en aquella decisiva década de los años 50 y la preocupación, tanto
de los empresarios, viajantes y trabajadores de las zonas zapateras, por el
presente y futuro de la industria y el mantenimiento de los puestos de trabajo.
La mayoría de empresarios eldenses no solían acudir a ferias del sector y los
que visitaban las celebradas en Europa o EE.UU., volvían impresionados por la
espectacularidad de los diseños y las ventas realizadas a países del entorno. La
mayor concentración de empresas de calzado de cuero estaban en el Medio y Alto
Vinalopó. Elda era la única ciudad con una agrupación organizada de fabricantes
de calzado y algunos de los empresarios ocupaban las presidencias del Sindicato
Provincial de la Piel, que era el máximo organismo de decisión de aquella
Organización Sindical que dictaba las normativas y concedía las ayudas o
proyectos relacionados con la piel y el calzado. Reconociendo que el zapato
realizado en España podía competir con cualquiera otro fabricado en cualquier
parte del mundo, la presencia de industriales en las ferias no disponían de las
ayudas necesarias y por lo tanto el nivel de exportación estaba solamente
circunscrito a muy pocas empresas.
En Elda se seguía con especial atención los
aconteceres en el mercado exterior. El lugar de reunión y ocio de algunos
empresarios del sector zapatero de la ciudad, era una sociedad conocida por "Moto
Club", allí se producían tertulias diarias en las que se hablaba de la
situación por la que atravesaba la industria del calzado en Elda, también de
las dificultades de la excesiva oferta y el constante enfrentamiento de
viajantes ante la saturación del mercado nacional, siendo el consumo interior insuficiente
para el mantenimiento de la industria zapatera
Se hablaba de las aisladas incursiones que se realizaban a las ferias
europeas o americanas, a las que alguno de aquellos empresarios acudían, y de
las posibilidades que tenía el zapato español de calidad.
Uno
de los industriales de la época y que formaba ese conjunto de jóvenes eldenses,
Oscar Santos, más comprometidos con la industria del calzado, publicó el 22 de
diciembre de 1956, en el recién inaugurado semanario eldense Valle de Elda, un artículo de opinión
proponiendo la creación de una feria de calzados nacional que más adelante
podría convertirse en internacional (Santos, 1956: 4)(20). Aquel escrito, a pesar de los escasos medios
de comunicación existentes en la provincia y especialmente en Elda, corrió como
la pólvora y, meses después, fueron uniéndose otras firmas de reconocido
prestigio cultural y político de la ciudad: la poetisa Carola Gonzálvez, los
hermanos Eduardo y Alberto Navarro, propietarios del semanario aludido, incluso
el alcalde de Elda, Joaquín Campos Fernandez y el concejal Antonio Porta, quien
sería más tarde alcalde de la ciudad y bajo cuyo mandato se realizarían los
primeros certámenes(Valle de Elda, 1957: 1-3)(21). Los corrillos de opinión
entre industriales, representantes o viajantes, giraban alrededor de este tema
que también en la calle iba cosechando simpatías. Otro de los personajes
decisivos en aquellos años fue Roque Calpena, cuñado de Oscar Santos y viajante
de zapatos, por lo que sufría en primera persona los problemas de la situación
del mercado interior e industrial en las poblaciones zapateras.
En términos algo más pragmáticos se recogían
iniciativas, la Agrupación de Fabricantes de Calzado de Levante S.A. que se
atrevió incluso a unificar esa posible feria con una semana del cuero español,
similar a lo que se llevaría a cabo mucho tiempo después con el nacimiento de
Modatec o en la actualidad Futurmoda, proponían que en ese certamen nacional,
se diese cabida a la industria de componentes.(Amat, 2002: 46-47)(22). En el año
1957 Alberto Navarro publicó en Valle de
Elda decenas de escritos llamando a
la unidad para crear esa Feria del Calzado para Elda, incluso en el semanario
del 2 de noviembre de 1957, dibujó un logotipo alegórico (Navarro, 1957:1)(23).
Logotipo publicado en Valle de Elda
Las Ferias del
Calzado. El sueño hecho realidad.
Tras
reuniones entre el Ayuntamiento de Elda y empresarios de la ciudad y ante la
imposibilidad de conseguir, con la urgencia requerida, una cierta credibilidad en las autoridades nacionales,
para conceder una Feria de forma oficial y ayudas en subvenciones para la
creación de esa muestra, se decide realizar lo que se llamó "I Certamen de la Industria del Calzado
de Elda", organizado exclusivamente
por la Concejalía de Fiestas del Ayuntamiento que tenía como titular a Roque
Calpena Giménez. Esa Comisión de Fiestas acordaría realizar, coincidiendo con
el certamen y bajo el mismo título, un
concurso para puntuar el "gusto artístico y la perfección en la mano de
obra", concediendo una serie de puntuaciones por tipos de trabajo
realizado, y otorgando unos premios en metálico y placas conmemorativas. Como
la financiación de este primer certamen correría íntegramente a cargo de los
fondos municipales, se buscaba por lo tanto colaboraciones externas, obteniendo
una adecuada respuesta por parte de empresarios y entidades de la ciudad (Amat,
2002: p.61-64)(24), naturalmente la finalidad era prestigiar la mano de obra y
el zapato eldense. Esta experiencia no estaba exenta de riesgo, primero tendría
que ser aceptada por una buena parte del empresariado local y en segundo lugar,
no se sabía muy bien si las visitas esperadas vendrían atraídos por la simple curiosidad
o si verdaderamente tendría una mayor repercusión en la "calidad" del
visitante y las posibles ventas. Tanto esta exposición como las siguientes,
hasta construir el nuevo pabellón ferial, se realizarían en un centro escolar,
el mayor de que se disponía en la ciudad de Elda, a consta de reformar su
estructura interior y exterior para adecuarla a recinto ferial. Una vez
concluida la muestra, y antes del inicio del curso escolar en octubre, se volverían
a colocar las cosas como estaban. En aquel año Elda y Petrel copaban el 51,5%
de la producción total de calzado en España(Así, 1959)(25).
Los resultados de esa primera experiencia
local fueron superiores a los esperados. Entre 40.000 y 50.000 personas
visitaron el improvisado recinto ferial en aquel 1959 (cuando apenas Elda tenía
30.000 habitantes), y los más destacado sería la gran cantidad de comerciantes
venidos de todas las provincias de España y también muchas visitas movidas por
la curiosidad y, sin que fuese muy significativo, se recibió alguna visita de
extranjeros. Los técnicos del gobierno de EE.UU. que previo a ese certamen ya
estaban asesorando a la Cooperativa Industrial del Calzado, lo que sería
"Elda Exportadora", quedaron impresionados por la calidad de los
zapatos expuestos en su conjunto, casi mil pares, de los que 650
corresponderían a calzado de señora de alta gama. El ambiente de ese primer
certamen, la brillante gala celebrada en los jardines de la Plaza Castelar y
sobretodo la calidad de la exposición, cautivó a todos y así se manifestó en
diarios y revistas, especialmente de EE.UU., donde los informes enviados desde
Elda alentaron artículos positivos en aquel país. Se trataba del primer
contacto y la apertura de Elda al gran mercado mundial zapatero que se verían
ratificados en muestras posteriores.
La
I Feria Nacional se autorizaría en septiembre de 1960, al frente se formalizó
un patronato presidido por el alcalde de la ciudad, y en aquel certamen se
convocó el I Concurso Provincial de Calzados que exhibiría más de 12.000
modelos. En el patio exterior de las escuelas se construyeron pabellones para
mostrar las últimas novedades de maquinaria, con la presencia de empresas de
todas las zonas zapateras del país. Los resultados fueron esperanzadores, se
vendieron trece millones de pesetas en calzado y doce en maquinaria. ¡Las
Ferias del Calzado en Elda iniciaban el camino de su consolidación!.
Al
mismo tiempo "Elda Exportadora Cooperativa Industrial de Calzado",
que se había constituido oficialmente en 1960, ya visitaba varias ferias mundiales
y exposiciones, obteniendo importantes ventas y presentándose arropadas por el éxito de las ferias que se iniciaban
en Elda. Esto se unía a la Sociedad Exportadora de Calzados S.A.
"Goyescas", que se formó en el seno del Sindicato Local de la Piel,
con una misión muy similar a la de Elda Exportadora. Se trataba de los primeros
grupos seriamente organizados en España para exportar zapatos de forma agrupada.
Con
la II feria Nacional se empezó a pensar en un nuevo pabellón ferial a ubicar en
el antiguo campo de fútbol "El Parque". Hubo que expropiar terrenos y
realizar permutas con el Ayuntamiento. El año 1962 se enmarca como el del nacimiento
de FICIA, es decir, la internacionalización de la muestra zapatera eldense. Las
estadísticas y los resultados que tras los certámenes feriales se daban a
conocer, arrojaban un incremento constante de las ventas y de las
exportaciones.
Stands en el patio de las Escuelas las primeras
azafatas de FICIA (Museo del Calzado)
Al
abrigo de las ferias del calzado los pueblos zapateros crecían y en las calles
proliferaban anuncios llamando a la contratación de personal especializado para
las fábricas. Con el anuncio de la V FICIA de septiembre de 1964, se produjo
una avalancha de petición de espacios en el nuevo edificio, esa feria arrojaría
240 millones de pesetas en ventas, de las que 152 serían al extranjero, 484 mil
pares vendidos de los que 274 mil serían para exportar. (Valle de Elda. 1964.
pp. 1-4)(26). Los resultados de esta feria, la primera en el nuevo pabellón
ferial, daban una idea del auge que iba adquiriendo la exportación que empezaba
a superar la barrera de las ventas al mercado nacional. Las convocatorias
feriales se sucedían y el 4 de mayo de 1966, llega all aeropuerto de Alicante
el primer vuelo comercial que une la provincia con el resto del mundo por
servicio aéreo, esto llena de optimismo a los dirigentes de FICIA que ven
esperanzados un mayor incremento de negocio. Paralelamente se suceden aperturas de nuevos establecimientos
industriales y también la maquinaria cobraba especial relevancia. En el VII
Certamen de 1966 Alemania presentaba 29 stands; Italia 8, Francia 5, entre
otros, las empresas españolas iban adquiriendo las últimas novedades en
tecnología. Las superficies de FICIA se ampliaba abriendo nuevos espacios
expositivos y dotando servicios. En 1966 se creaba CEPEX (Centro Promotor de
Explosiones de Calzado) que se convertiría en "una feria entre
ferias", y más adelante, en 1971,
INESCOOP, aunque hubieron otras actuaciones que no prosperaron a pesar de
contar con espacio y medios para ello, me refiero al Museo del Calzado que
llegó a un frustrante intento y el Círculo Industrial y Mercantil de Elda, que
incluso contaba con una buena cantidad de empresarios inicialmente afiliados.
En
1968 y para que las ferias pudiesen exponer los zapatos de cada temporadas se
realizarían dos certámenes: marzo, para la temporada otoño-invierno y
septiembre, para la de primavera-verano. Tanto en una como en otra feria, las
ventas y la presencia de fabricantes seguía aumentando. El optimismo creciente
se veía arropado con otras importantes iniciativas, la Escuela Taller de
Formación Profesional creaba el concurso "Lápiz de Oro" para jóvenes
diseñadores y lo dotaba económicamente(Valle de Elda, 1968: pp.1-4)(27). La
pujanza, la fuerza y la vitalidad de los certámenes cosechaban nuevas cotas y
nuevos éxitos.
Comienzan los
problemas
Conforme
iba creciendo FICIA y por el aumento de contrataciones, el altruista e idílico
empuje de los primeros años empezaba a crear tensiones y nuevos protagonismos. Las
disputas y rencillas internas comenzaban a hacerse públicas. Se acusaba al
comité ejecutivo de localista al no admitir a personas que no fueran de la
comarca del Vinalopó, FICIA cambió de estrategia y remodeló el comité para
acallar las voces que solicitaban más amplia repre4sentación. Desde los
primeros certámenes también se planteaba las malas o insuficientes
infraestructuras de servicios de la ciudad de Elda: hoteles, aparcamientos,
comunicación con aeropuerto y con la capital, estas críticas en determinados
momentos subirían de tono y ya nunca cejarían. En 1969 Elche y Villena crean sendos grupos de
exportadores ajenos a FICIA y en competencia con CEPEX, Villena desistió al
poco tiempo, pero Elche formalizó e intensificó su grupo con el nombre de EXEL
(Exportadores de Calzado de Elche) (Pastor. Primera página, 1969)(28), este
grupo solicitaba ayudas al Ministerio de Comercio que no eran atendidas, se
supone que por la competencia con las instituciones eldenses. Más tarde serían
punzantes artículos en cartas al director de prestigiosas revistas solicitando
la salida de la FICIA de Elda. Pero esas cosas eran esperadas. Lo
verdaderamente grave estaba por llegar.
Los duros enfrentamientos
FICIA y Asociación Provincial de Fabricantes
La
Agrupación Provincial de Fabricantes de Calzado nació en el seno de la FICIA,
pero pronto comenzó con sus críticas presentando un frente activo que generó
múltiples problemas. Mientras los empresarios de Elche seguían acosando con
amenazas de crear "Feria de Muestras" propia. Desde aquella ciudad se
estaba realizando un boicot a aquella agrupación, de tal forma que a finales de
los años 70 de las 356 empresas
existentes en la vecina ciudad, representando a más de 11.000 trabajadores,
solamente se habían inscrito diez en la
Agrupación Provincial con sede en Elda, esa contrariedad era nefasta puesto que
sin Elche la Asociación no tendría futuro.(Andreu, 19. 1971)(29). La crisis en
la industria del calzado aparece de nuevo a principios de los 70 y también se
producen ciertas pérdidas de expositores, algunas debido a la desaparición de
fabricantes y los problemas que padecían, y otros por el "sabotaje"
que realizaban a FICIA determinados industriales, exponiendo en hoteles de la
capital y desviando a compradores, lo que llegó a llamarse como una "FICIA
pirata". Pero el mayor daño para los intereses de FICIA venía de los
reiterados enfrentamientos con la Agrupación que acusaba a FICIA de "triunfalista"
en la declaración de datos de los certámenes, considerando que podrían causar
alarma en la administración y aumentar los impuestos.
la Agrupación acudía a otras ferias no
controladas por FICIA, como la del Cuero de París o la Semana del Calzado en
Alemania, como una escenificación de sus diferencias con el comité ejecutivo de
las ferias de Elda. La lucha entre FICIA y la Agrupación de Fabricantes llegó a
ser irreconciliable. FICIA al crear INESCOP en 1971, también estableció una
nueva tribuna desde la que expresaba sus opiniones que generalmente eran
contrarias a las de la Agrupación. Hasta tal punto llegó el enfrentamiento que
los dirigentes de los empresarios enviaron cartas a los afiliados en la que les
instaba a no participar en las ferias de FICIA. (La Verdad. 1973)(30). Los
problemas pasaron de las instituciones a las persona que las dirigían y era constante
las acusaciones de uno y otro lado, cuando no era por declaraciones triunfalistas,
era por el ITE (Impuesto Tráfico de Empresas), o por los aranceles de
importación. Se combatía en todos los frentes, también contra INESCOP, contra
CEPEX y naturalmente contra la FICIA. Cartas de personas y otras instituciones
trataban de frenar los enfrentamientos, pero el odio que se iba generando por
el mayor protagonismos de unos sobre otros estaba acabando con la "gallina
de los huevos de oro". Mientras todo esto ocurría entre Agrupación y
FICIA, otras zonas zapateras realizaban actuaciones de desgaste. Selecbalear
que seguía con presentaciones en Madrid sin contar con FICIA, y lanzando desde el
territorio insular proclamas para abandonar FICIA y con una asociación llamada
"Expoamérica", por la que pretendían crear otra feria de calzado en
las islas. Por otra parte Inescop, continuaba presentando las tendencias de
moda al margen de la Agrupación de Fabricantes, lo que generaba situaciones
encontradas que en aquellos años de crisis, con precios hasta un 20% más
elevados y con un cambio de dólar a pesetas desfavorable, con ventas al mercado
exterior que caían cada año y con falta de liquidez producidas por el
endurecimiento del sector financiero, complicaban el panorama ferial. Se
auguraba un desenlace trágico. Desde diferentes lugares se pedían trasladar la
feria de Elda, obligando a salir al paso Ayuntamientos, Diputaciones y
Gobernadores Civiles, y tratando de tranquilizar a las partes prometiendo que
Elda seguiría siendo la sede de FICIA.
Entra en escena
FICE
Ante
las primeras elecciones democráticas, el sector zapatero se politiza y una vez
creada la Federación Nacional de Fabricantes de Calzado (FICE) que aglutinaría
las diferentes Asociaciones Provinciales de Empresarios, se produce una
importante presencia de directivos en los partidos políticos para tratar, según
manifiestaban, de trabajar desde la Cámara Baja y el Senado en favor de la
industria del calzado. Manuel Bonilla que era ya el presidente de la recién
constituida Federación Nacional de Industriales (FICE) y anteriormente de la
Asociación Provincial se presentaría al Congreso (no saldría elegido) y Roque
Calpena sería Senador. Por si faltaba
poco y ante las negociaciones del convenio colectivo del calzado, se producían
también posturas enfrentadas sin solución aparente.
Como
la situación de los mercados no era la misma que en los años
"mágicos" de la década de los 60, y dado que el sector zapatero se
enfrentaba a una huelga como jamás había existido, lo que se llamó el
"Movimiento Asambleario", se levantaban ahora desde FICE nuevas voces
de grupos de fabricantes que solicitan que FICIA fuese dirigida y administrada
por los propios industriales, dejando aparte las estructuras del patronato que
habían funcionado hasta entonces. El cúmulo de complicaciones, provocaron, en
1977, la dimisión de Bonilla al frente de FICE y la sustitución por Vicente
Valiente, industrial de Villena. FICE acudiría a la importante Feria de New
York exponiendo en hoteles y separadamente de CEPEX, que como hemos dicho fue
creda y controlada por FICIA, pero los resultados serían desoladores (La
Verdad. 1978)(31).
Con
la mediación del Ministerio de Industria se producían reuniones entre FICE y la
administración para establecer el calendario ferial. Las diferencias volvían a
aparecer pero en esta ocasión con mayor fuerza. FICIA afirmando que la ciudad
de Elda era el lugar idóneo y FICE alegando que ya no servía, planteando la
creación de una feria en Madrid y otra en Palma de Mallorca. El problema se
agudizaba y al nuevo enfrentamiento de FICE - FICIA, se sumaba el presidente de
la Asociación Comarcal del Valle de Elda que naturalmente se alineaba con las
tesis defendidas por FICIA y el de la Asociación de Baleares que estaba en el
lado opuesto, los de Rioja o Elche se mantenían en una zona neutra, aunque en
el caso de Elche se esperaba una postura encontrada con FICIA por la ubicación
de las ferias.
Para
tratar de llegar a acuerdos y no seguir calentando esta guerra abierta se
convocó una reunión en Madrid en la que estuvieron presentes todas las partes
representadas a sus más altos niveles, incluido el alcalde de Elda, Obrador
(presidente de FICIA), Valiente por
FICE, y todos los presidentes de las asociaciones de las zonas zapateras. En
esa reunión aparecería por primera vez Rafael Calvo contratado por FICE como
asesor de organización, persona que años después asumiría la
presidencia-ejecutiva de FICE y cuya alianzas con la Asociación de Madrid presidida por Juan Antonio Tena propiciaría el
final de las ferias de Elda, con Miguel Angel Guzmán director general de FICE
como el brazo del ejecutivo. Tratando de poner paños calientes y con el fin de
mantener los certámenes en Elda se plantearon cuatro certámenes, dos de calzado,
llamados FICC y dos de conexas con el nombre de MODATEC, sin embargo las paces
no estaban ni mucho menos hechas, Madrid seguía añorando ser la sede de las
ferias del calzado y Baleares tener las que le prometieron. Entre discusiones,
enfrentamientos y relevos en la cúpula de la Asociación del Valle de Elda, la
Asociación provincial de fabricantes de Madrid convocó una Feria de Calzados en
los salones del Hotel Meliá, y para hacer la convocatoria más formal se reunieron
en Madrid los representantes de FICE y por 18 votos a favor uno en blanco y
cinco en contra (los industriales de Elda) se acordó poner fin al monopolio de
FICIA en Elda(Mira, 1980)(32). Indignación en la provincia de Alicante, plenos
de varios Ayuntamientos, protestas en medios de comunicación etc. ¡la suerte
estaba echada!.
La
política iba también caldeando el ambiente, los políticos elegidos
democráticamente en el nuevo régimen, deseaban actuar de forma ejecutiva, es decir,
con propuestas pragmáticas y llevarlas a cabo. Por otro lado Calpena protestaba
ante los intentos de desestabilizar FICIA y acababa diciendo que "Elda no
se merecía la FICIA" probablemente en alusión al desinterés demostrado por
las autoridades y algunos empresarios. Estas declaraciones propiciaron a que se
pidiese su dimisión al frente de la Dirección General de FICIA, proponiendo un
equipo de trabajo para un nuevo patronato. A todo esto los empleados de FICIA
veían peligrar sus puestos de trabajo y decidieron encerrarse en el edificio colocando
pancartas. Todo se empezaba a descomponer y lejos quedaban ya los días de
gloria de FICIA.
Las Ferias de
Madrid
La
anunciada feria en el Hotel Meliá se llamó "I Oferta Nacional de Calzado
Español" , con más de 45 mil pares expuestos y 315 industriales de toda
España. Tras el éxito de público y ventas FICE coge aire y plantea una
continuidad, pero ya en pabellones feriales de la capital. Ante lo imparable,
Obrador por FICIA y Valiente por FICE acuerdan realizar ferias en Madrid pero
organizadas por FICIA, esto nadie se lo cree y efectivamente a los seis meses
de la I Oferta, vuelve a anunciar FICE otra feria en la capital pero sin el
concurso de FICIA que acusa a los fabricantes de falta de lealtad y traicionar
los acuerdos pactados El comité ejecutivo de FICIA denunció a la patronal ante
el Ministerio de Comercio solicitando su mediación y ello dio lugar a un nuevo
enconamiento con reto incluido por parte de FICE. Mientras en Elda el nivel de
enfrentamiento entre los empleados de FICIA y los miembros del equipo de
gobierno municipal, llegó a límites extremos: agresiones, insultos, denuncias y
multas por desacato etc.. Muchos industriales de las zonas zapateras de España,
comienzan un boicot contra FICIA y deciden no acudir a sus ferias y esperar a
las que se celebren en Madrid, pero lo más hiriente es que notables ausencias
provenían de Elche. Los nubarrones desencadenaron una auténtica tormenta sobre
FICIA y, por si fuera poco, en aquellos días el Mercado Común anunciaba que
impondría tasas de importación a los países que no pertenecieran a su grupo, como
era el caso de España.
La II Oferta en Madrid congregó nada menos que
374 expositores, de los cuales 170 eran de la provincia de Alicante y como las
visitas eran solo para profesionales se
contabilizaron 17.000. En medio de este éxito se conoce una resolución
del Ministerio de Comercio que desautorizaba las ferias de Madrid, pero eso ya
era imparable y se acusaba al Senador Calpena de ,con su influencia política,
tratar de ir contra los intereses de los fabricantes de calzado solicitando su
renuncia inmediata a la dirección general de FICIA.
Con
todo este fiasco y guerras internas, parece que en el seno de FICIA se empezaba
a pensar que quizás la mejor solución sería llevar las ferias a Alicante y
construir un gran pabellón ferial, incluso el presidente de COEPA que no era
otro que el vicepresidente también de FICIA y el que lo fuera de los zapateros,
Manuel Bonilla, estaba de acuerdo con esta idea. Se reavivaron los
enfrentamientos y las críticas, pero ni la presión del Ayuntamiento de Elda, ni
la de muchos industriales y profesionales liberales que apelaban a la falta de
entendimiento, la división y la poca fuerza en la población de Elda para
mantener sus ferias, servirían ya de nada, las posturas eran inamovibles. Los
enfrentamientos entre instituciones van diezmando la asistencia de empresas a
las ferias que se realizaban en Elda y ya en 1980, se acusó la falta de al
menos cien empresas menos que en el año anterior. Los responsables de FICIA
salían al paso realizando llamadas para no dejar morir las ferias, pero la
"guerra fría", como se llamó a las duras posturas enfrentadas, sería
continua erosionando seriamente la credibilidad de las Ferias del Calzado en
Elda. .
Calpena,
suponemos que en calidad de senador, abogaba ante la Comisaría de Ferias del
Ministerio de Comercio, consiguiendo una declaración de voluntades por la que
se lanzaba un ultimátum, "Madrid o Elda", pero FICE cortó el diálogo
alegando que Madrid era irreversible. A todo esto la Asociación de fabricantes
de Elda (integrada en FICE), se enfrentaba a su federación en favor de Elda,
pero tropezaba de nuevo con la mayoría de Asociaciones representadas en FICE.
La dimisión de Calpena es pedida con insistencia por FICE, creando un nuevo
conflicto con los que defienden su gestión. Pero FICE desde Madrid convoca a su
comité ejecutivo acordando que esa federación sería la única que representaría
los intereses del sector incluida ferias. El comité ejecutivo de FICIA estaba
partido y desde su seno se alzaban también voces pidiendo la dimisión de Calpena.
La
situación de crisis, el aumento del paro y la defensa de posturas entre unos y
otros, dejan una situación crítica en el sector y para combatirla nada como la
unidad, pero esto ya era imposible. Elda perdía sus ferias y las instituciones
zapateras eran un nido de conflictos y enfrentamientos.
La fundación FICIA
y la política
En
pleno naufragio y cuando se vislumbraba el final como algo irreversible, se
procedió a la transformación de FICIA en una fundación, con un patronato
diferente y en el que estuviesen representados todas las partes implicadas,
incluidas las instituciones políticas autonómicas, provinciales y locales. Pero
este nuevo ente jurídico tropezaría con el Ayuntamiento de Elda que consideraba
reducida su presencia, a pesar de ostentar la presidencia honorífica,
amenazando con acudir a los tribunales. Para dar lo que se llamó "un golpe
de efecto", de forma inesperada el alcalde de Elda, Roberto García, asumió
la presidencia ejecutiva convocando al patronato e invocando la posible pérdida
inmediata de las ferias en Elda ,decidiendo nombrar patronos a cuatro
concejales del partido gobernante, el PSOE, y enviando escritos a FICE, en los
que se advertía que para cualquier negociación debían dirigirse a la
presidencia de la fundación. FICIA se opondría alegando motivos políticos y la
posible liquidación del patrimonio de la institución ferial(Amat, 2002: pp.
304-309)(33). Lo que estaba claro es que
el Ayuntamiento de Elda pretendía tener el derecho sobre dicho patrimonio. Con
la politización de la recién creada fundación, los empresarios de Elche reunidos
en esa ciudad en mayo de 1981, dieron un nuevo ultimátum, "o se disolvía
el comité ejecutivo de FICIA o Elche no acudiría a los certámenes de Elda",
pero además proponían sin tapujos que pasasen a celebrarse en Alicante de forma
inmediata(Información, 1981)(34). Por su parte la organización empresarial
COEPA que presidá el eldense Bonilla acordaba la búsqueda de terrenos en
Alicante para construir un nuevo Pabellón Ferial. Como esta nueva postura ponía
en peligro los intereses de la Asociación de Fabricantes de Calzado de Madrid para
realizar de forma permanente sus ferias, presentaron la dimisión en FICE alegando que no
respaldaban esos acuerdos y pactando con IFEMA para hacer ferias en sus
pabellones de la capital de España. Todas estas iniciativas crearían una
cascada de dimisiones y nuevos nombramientos. Las denuncias seguían llegando,
algunas por falsedad en documentos, otras por estafas, también se produjeron
exigencias de daños y perjuicios por palabras de unos contra otros. FICIA por
los terrenos en los que se asentaban los pabellones de Elda, Ayuntamiento por
conseguir los terrenos en caso de disolución, llegando incluso a personarse el
alcalde de Elda ante el Tribunal Supremo con una querella criminal contra los
dirigentes de FICIA por el asunto patrimonial a lo que estos respondieron con
otra por calumnias(Amat, 2002. pp. 314-315-316(35). Con estas descalificaciones, denuncias y escándalos casi diarios,
Elche sale a los medios de comunicación
proponiendo un nuevo pabellón para las ferias en la pedanía de Torrellano, unas
superficies de 40.000 m2 en los que existía una nave de una cadena
de supermercados. También propuso la Asociación de Fabricantes de Elche,
construir un nuevo pabellón ferial en la propia ciudad e incluso se llegó a
presentar en la Consellería de Industria, un proyecto para un edificio que
albergaría en principio a 500 expositores. Mientras tanto seguían los
certámenes de FICC y MODATEC, arrojando resultados triunfalistas que solo eran creíbles por
FICIA. Para mayor confusión, la Asociación Nacional de Modelistas "AMEC", se separa de las directrices
de FICE por estar en desacuerdo con la forma de subvencionar a los modelistas
en su presencia en las ferias y esto crearía un nuevo frente.
La creación de IFA
y el final de Elda como sede ferial
En
1986 y ante la falta de pabellones feriales que pudieran aglutinar las ferias
que se celebren en la provincia de Alicante, establecen entre la Cámara de
Comercio y FICIA, crear un nuevo ente denominado IFA- Institución Ferial
Alicantina, pare ello utilizan la vía más fácil, cambiar el nombre de FICIA por
IFA y dar entrada en los pabellones de Elda, a otras ferias diferentes a las
del calzado. Pero esto volvió a encrespar los enfrentamientos ya que FICE se
sentía marginada de esos acuerdos. Los empresarios propondrían que solamente se
realizasen ferias del calzado en Madrid, argumentando la mayor facilidad de los
compradores extranjeros. Los desencuentros entre IFA-FICIA frente a FICE,
también las amenazas de la no participación de expositores de Elche si esas
ferias se realizaban en Elda y las conversaciones para descabezar a esta ciudad
frente a Madrid o Elche llevadas a cabo entre Rafael Calvo, secretario general
de FICE y el Director General de Comercio de la Generalitat.
A
Elda se le ofrecían diez certámenes feriales al años en el seno de IFA,
incluidos los de calzado, pero esto que podría ser una buena noticia iba
acompañado de críticas por los enfrentamientos, los personalismos y las
ambiciones de poder. Elda como sede ferial desaparecería(García, 1988)(36).
Última
IFA en Elda. Los alcaldes de Elda y Alicante con el director general Arellano
Tras
la dimisión y renuncia pactada de Roque Calpena como Secretario General y de
Vicente Valiente al frente de IFA-FICIA y previo acuerdo con FICE, se nombró a
Arellano como nuevo presidente de la institución ferial. Las ferias de Elda y
Madrid pasarían a manos de FICE.
Se
celebraron certámenes de IFA en Elda: FIALACANT, FIRAMACO y FIRAUTO, entre
otras. Pero sería el alcalde de Alicante quien abogaría por un pabellón ferial
en la capital, con la salida de Elda de toda muestra. Los empresarios, los
políticos y FICE avalaban la propuesta. El alcalde del Elda solo recibió las promesas
de la Generalitat de mantener al menos las Ferias del Calzado, pero esto era
una quimera y las promesas pronto se verían incumplidas. Lo cierto es que el 21
de septiembre de 1991 las grúas entraron en el recinto de Elda y trasladaron
los enseres del pabellón al nuevo recinto en Torrellano (Elche). La ciudad de
Elda había perdido la batalla.
Los últimos
"estertores"
En
un desesperado deseo de que las ferias del calzado se mantuviesen en Elda, y
confiando en las promesas del Presidente de la Generalitat, el alcalde de Elda
se involucró en un quimérico proyecto de pabellones feriales a construir en las
faldas de la sierra de Bateich, junto a la autovía de comunicación con la
capital y a las salida de la ciudad de Elda. Se llegaron a confeccionar planos,
presupuestos etc., hasta que la amarga
realidad frustró de nuevo cualquier pretensión.
Elda
estaba desolada, dolida y tristemente engañada. Para tratar de compensar las
pérdidas de la FICIA se empezó a especular con realizar en Elda nuevos
proyectos. Volvieron a escribirse muchas posibles promesas para la ciudad y
casi todos los implicados entendían que había que compensar a Elda por esos más
de 30 años de servicio al sector zapatero. Propuse varias acciones a valorar y
que pudieran compensar las pérdidas de las Ferias del Calzado: una ayuda directa
de la Generalitat para diversificar la industria del calzado, también la puesta
en marcha de un complejo cultural en los terrenos donde estaba la FICIA, entre
otras(INFORMACION, 1991)(37). Incluso cuando se empezó a hablar de la llegada a
España de la Oficina de Marcas (OMIC) y el posible emplazamiento en la
provincia de Alicante, sugerí que una buena compensación para Elda por la
pérdida de las Ferias, podría suponer la ubicación de esa oficina en el término
municipal de Elda. (Amat, 1993: pp. 1-4)(38). Finalmente la única compensación
que recibiría la ciudad, era una ayuda de quinientos millones de las antiguas
pesetas para construir un edificio para el Museo del Calzado, que ni siquiera
fue dotado, y más tarde fue compartido con otras instituciones: la Fundación
FICIA y empresas a las que dicha fundación alquilaba los locales que se le adjudicaron:
Inescop, Asociación de Fabricantes o la UNED últimamente.
La
ciudad de Elda, que fue motor del desarrollo económico del sector zapatero,
cuyas principales instituciones y asociaciones nacieron por iniciativa de los
empresarios eldenses y por las que promovió la FICIA, fue perdiendo su fuerza
en las decisiones sectoriales.
¿Un nuevo
protagonismo es posible?
Elda,
Petrer y Villena deben mantener sus señas de identidad con el calzado de gamas
media y alta para mujer o calzado de niño en el caso de Villena. Estas ciudades
deben mostrar el calzado exclusivo con total apoyo y protagonismo de las
instituciones del sector y sus respectivos Ayuntamientos. Se trata de mantener
el protagonismo de este tipo de calzado frente a otras zonas zapateras en alza
que asumen la representatividad del calzado en todas las clases, incluida las
de gama media-alta.
A
juicio del autor, la situación del mercado del calzado en el momento futuro
mantendrá a la baja el nivel de competitividad y por lo tanto una pérdida de
empresas y de empleo a medio y largo plazo. Para ralentizar la pérdida, en el
tipo de calzado al que nos hemos referido, es necesario una acción directa y
contundente sobre el sector zapatero en el Medio y Alto Vinalopó, y estas
políticas no puede llevarlas a cabo las instituciones regionales o nacionales
que ahora dirigen el sector, es preciso una acción directa sobre estas zonas
con la ayuda, eso sí, de aquellas instituciones sectoriales. Para ello y como
plan de choque considero necesario:
Muestras
y exposiciones desde las respectivas ciudades para reafirmar sus fabricaciones.
Lanzamiento
de tendencias en los zapatos de alta gama en mujer para Elda y Petrer y de niño
en Villena.
Acuerdos con la Universidad para crear Cátedras
que favorezcan las ayudas de promoción.
Identidad
de la marca "Zapatos de ......" que debe ser una referencia
inequívoca para mantener el prestigio acumulado en dos siglos de existencia
como industria artesana y de calidad.
Con
estas y otras iniciativas Elda, Petrer y Villena podrían volver a ser
protagonistas de su futuro(Valle de Elda. Blog Calzado, 2016-2017)(39).
NOTAS:
NOTAS:
(1) HANSEL, FOLKER "La economía del cáñamo en
la España sudoriental"..Traducción Jesús Millán García-Varela. Universidad
de Alicante. 2015. p. 171
(2) AMAT AMER, J.M. "Industria del Calzado
Eldense: Tres momentos clave". Fundación Museo del Calzado. 2015. p.
20
(3) MADOF, P. "Diccionario
estadístico-geográfico-histórico de España y sus posesiones de ultramar" .
Tomo XV. "Villajoyosa". 1850
(4) VALERO
ESCANDELL, J.R.; NAVARRO PASTOR, A.; MARTÍNEZ NAVARRO, F.; AMAT AMER, J.M..
"Elda , 1832-1980 Industria del calzado y transformación social".
Instituto Juan Gil-Albert. 1992. p.19
(5) MIRANDA DE LA ENCARNACIÓN. J.A. "Calzado y distritos industriales en el
Mediterráneo: Una visión a largo plazo. Mediterráneo Económico nº 7. 2005. p.
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(6) RAMOS FERNÁNDEZ, R. "Historia de
Elche". Diario Información. 1989. pp.191-213.
(7)VALERO ESCANDELL, J.R.; NAVARRO PASTOR, A.;
MARTÍNEZ NAVARRO, F.; AMAT AMER, J.M.. "Elda , 1832-1980 Industria del
calzado y transformación social". Instituto Juan Gil-Albert. 1992. pp.
48-51.
(8) BERNABÉ MAESTRE.
J.M. "La industria del calzado en
el Valle del Vinalopó" Universidad de Valencia.1976. p18.
(9) AMAT AMER, J.M.
"Industria del Calzado Eldense: Tres momentos clave". Fundación Museo
del Calzado. 2015. pp. 67-77.
(10) VALERO ESCANDELL,
J.R.; NAVARRO PASTOR, A.; MARTÍNEZ NAVARRO, F.; AMAT AMER, J.M.. "Elda ,
1832-1980 Industria del calzado y transformación social". Instituto Juan
Gil-Albert. 1992. . pp. 79-80
(11) MIRANDA ENCARNACION, J.A. "Elx i la
Industria Espanyola del Calcat. Ayuntamiento de Elche. 1995 ". p. 31
(12) AMAT AMER, J.M. "Industria del Calzado Eldense:
Tres momentos clave". Fundación
Museo del Calzado. 2015. pp. 106-124
(13) AMAT AMER, J.M.
"Industria del Calzado Eldense: Tres momentos clave". Fundación Museo
del Calzado. 2015. pp. 56-59
(14) MIRANDA ENCARNACION, J.A. "Elx i la
Industria Espanyola del Calcat". Págs. 192-103. Ayuntamiento de Elche.
1995. p.103
(15) MIRANDA ENCARNACION. J.A. "En busca del tiempo
perdido: la conquista del mercado exterior y el desarrollo de la industria del
calzado en España en la segunda mitad del siglo XX". Revista de Historia
Industrial nº 19-20. 2001. p. 169.
(16) NAVARRO PASTOR, A; MARTINEZ MENA, M. y VALERO ESCANDELL, J.R..
"Elda durante el primer tercio del siglo XX". Caja de Ahorros de
Alicante y Murcia. 1980. p. 79
(17) BERNABE MAESTRE. J.M. "Economía sumergida en la
industria del calzado". Alborada. 1984. p. 69.
(18) AMAT AMER.
J.M. Vigévano en Italia y Elda en España. Dos importantes núcleos industriales
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2006.
(19) FACULTAD DE
INGENIERÍA UBA. " Técnicas energética - 67.56. Gas Pobre". Facultad
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(20) SANTOS GONZÁLEZ,
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(21) NAVARRO PASTOR, E.
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(22) AMAT AMER. J.M.
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(23) NAVARRO PASTOR, A.
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(24) AMAT AMER. J.M. "LA FICIA. Un gran esfuerzo
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(25) ASI. "La
provincia paso a paso". Datos facilitados por el Gabinete Técnico del
Consejo Económico Sindical. 1959.
(26) VALLE DE ELDA.
"El pasado domingo fue clausurada la Feria del Calzado". 1964.
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(27) VALLE DE ELDA.
"Se crea el Lápiz de Oro". 1968. pp.1-4
(28) PASTOR CHILLAR, V. "Entrevista con el director general de
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(29) ANDEU.J. "Diario INFORMACION. 07-02-1971.
(30) LA VERDAD. "Interrogantes al sector calzado que precisan
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(31) MIRA CANDEL.M. "Pesimismo y desolación". publicado en La
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(32) MIRA CANDEL.M "Madrid tendrá sus feria de calzado",
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(33) AMAT AMER. J.M. "LA FICIA. Un gran esfuerzo
colectivo". AA.VV. 2002. pp. 308-309
(34) INFORMACIÓN. 12-05-1981.
(35) AMAT AMER. J.M.
"LA FICIA. Un gran esfuerzo colectivo". AA.VV. 2002. pp. 314-315-316.
(36) GARCÍA. D.
"La FICIA se enfrenta a un año crucial para su futuro" publicado en
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* Textos publicados en el nº 68 de la revista Canelobre en Abril de 2018. Editada por el Indstituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert.