domingo, 19 de septiembre de 2010

Con el mundo en tus pies


Cómodos, abrigados y bellos, los zapatos nacieron hace unos 15.000 años para proteger una de las partes más delicadas del cuerpo humano, aunque esta utilidad ya es lo de menos en una sociedad en la que se han convertido en íconos que ponen el mundo de la moda en nuestros pies.

La histórica necesidad de protección ya derivó, siglos antes de Cristo, en un afán por mostrar la propia individualidad y el estatus social a través del calzado y cuanto más importante era la persona más ostentosos y singulares eran sus zapatos.
La pertenencia a una clase social quedaba indicada por determinados modelos de zapatos y de este modo surgió la moda en el calzado: Julio César llevaba botas de oro, Nerón prefería las sandalias de plata y Carlomagno calzaba zapatos decorados con piedras preciosas.

En la moda del calzado para hombres desde un principio dominaron las botas, consideradas típicamente masculinas. A pesar de ello y de acuerdo con el espíritu de cada época aparecen también zapatos bajos de distintos tipos que sufren cambios impredecibles y extremos, igual que la moda femenina.
El espíritu de la moda actual se desarrolló durante la Revolución Francesa (1789-1799) con la emancipación de la burguesía y a lo largo de la historia nuevas formas de zapatos y botas encontraron su lugar en el escenario de la moda, principalmente a través de personalidades sociales con mucho estilo o de militares como las botas Wellington y los zapatos Blucher o Derby.
Punto de inflexión en la evolución de los zapatos fue la creación de los tacones de aguja, un calzado también conocido como “stilletto” al que, según Marilyn Monroe, las mujeres deben mucho.
Objetos de atracción sexual, piezas de arte, íconos de moda y auténticos fetiches, los zapatos siempre han ocupado un lugar importante en la indumentaria, pero en los últimos años este papel ha pasado a ser estelar.
Diseñadores como Manolo Blahnik, Jimmy Choo, Christian Louboutin, Marc Jacob, Givenchy, Christian Lacroix, Louis Vuitton, Salvatore Ferragamo o Giorgio Armani han conseguido que las miradas se posen en los pies, haciendo que la ropa ya no sea prioridad en el guardarropa de hombres y mujeres y han convertido los zapatos en piezas que definen a sus portadores.
Así lo han comprendido los famosos, que se han convertido en uno de los mejores escaparates de los creadores. Un ejemplo claro de ello es Carrie Bradshaw, protagonista de la popular serie “Sexo en la Ciudad” interpretada por Sarah Jessica Parker, que es adicta a los “Manolos”, como Madonna, quien dijo que estos zapatos son mejores que el sexo.
La pasión por los zapatos, compartida por literatos como Goethe, Baudelaire o Shakespeare, es seguida por un amplio grupo de mujeres y hombres que están dispuestos a pagar por la experiencia irresistible de vestir sus pies más de lo que jamás habían pensado.

Sobre la evolución de esta piedra angular de la moda femenina, las propuestas para el próximo Otoño-Invierno vienen marcadas por la continuidad de los diseños de altura y tienen en las botas esbeltas y de caña alta un valor en alza, como puede apreciarse en la colección diseñada por Jimmy Choo.
Los tacones y las plataformas siguen siendo estrellas en los diseños, en los que también son protagonistas los botines, una pieza destacada en la colección de Christian Louboutin, con altos tacones y en todos los colores y estilos junto con estampados de animal y “stilettos” rojos con tiras entrelazas.
La paleta de colores, aunque sobria con el negro y el marrón como base de las colecciones, se amplía a una vasta gama de azules, tostados, grises y morados, enriquecidos con tachuelas, cadenas o flecos.
En cuanto a las líneas, las puntas suaves en zapatos elegantes y femeninos conviven con las propuestas redondeadas y cuadradas, aunque sin excesos, y cobran protagonismo las punteras abiertas en botines “peeo-toe” y con cordones, una tendencia estrella incluso en los días más fríos del invierno.
Respondiendo a las diferentes necesidades de las clientas así como a los distintos momentos del día, las propuestas con más glamour y más chic, como las de Mascaró, conviven con coquetas bailarinas, botas planas, deportivas y artísticas botas de agua.
Entre los diseños de bailarinas destacan las propuestas de Pretty Ballerinas, a menudo en los pies de Kate Moss o Kylie Minogue, enriquecidas con polvo de diamante.
Para los momentos más elegantes, Chanel propone botas bicolores, negras como un zapato de salón y blancas acharoladas hasta media pierna, llevadas preferentemente con medias opacas blancas y siempre a juego con vestidos cortos. Destacan también en su colección las botas ricas y muy trabajadas con bordados y apliques.
Estos son también utilizados por Valentino junto a abalorios, plumas, lentejuelas o flores en sus delicadas mules, mientras que el futurismo y cubismo definen la colección presentada por Balenciaga. En las propuestas de Elie Saab destacan los altísimos tacones con doble plataforma delantera, en zapatos abiertos y sandalias abotinadas y con cremallera en el talón.
Más sobrias son las propuestas para hombres en los que, al igual que en la ropa, es más difícil introducir novedades. Las grandes botas, a todas las horas del día, son piezas fundamentales en unas colecciones que tiran hacia lo clásico, salvo excepciones como las de Gianfranco Ferré que apuesta por los zapatos de golf para llevar con smoking de fiesta.

* Difundido por EFE

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