Salvatore Ferragamo nació en Bonito (Italia) en el año 1898, fue el undécimo de una familia supernumerosa, nada menos que catorce hermanos. A los 9 años realizó su primer par de zapatos para una de sus hermanas y como el oficio le atraía, realizó unos cortos estudios sobre confección de calzados. En el año 1914 emigró a Estados Unidos y en Boston trabajó en una fábrica de botas vaqueras; mas tarde en California sería conocido por algunas estrellas de Hollywood y llegó a convertirse en el zapatero más importante de los años 20. En 1927 regresó a Florencia y se confirmaría como el mejor creador de zapatos de moda de la época, calzando a las mujeres más importantes del mundo.
El imperio Ferragamo le superó tras su muerte en 1960 con 62 años; alguno de sus hijos heredó el talento de su padere, pero hoy la firma que se dedica no solo al zapato sinó también a otros muchos artículos como perfume; bolsos; gafas....y otros complementos, ha sabido incrementar esta poderosa empresa, solventando situaciones de crisis y momentos convulsos en la economía mundial.
Ferragamo hoy factura cerca de un 50% de sus productos al mercado asiático, sí como lo han oido, ha creado múltiples tiendas en China y otros paises orientales y dirige sus artículos a unos exigentes clientes.
Un ejemplo a imitar por nuestros empresarios españoles de marca y calidad, que necesitan una salida a sus productos para hacerlos más firmes y solventes en la fabricación de un calzado español que puede competir con cualquier zapato de los llamados de lujo de la gama alta.