jueves, 11 de julio de 2019

El día que Elda dejó de ser "Ciudad Ferial"


Al final de la década de los 80  los diferentes órganos de gobierno: FICEFICIACámara de Comercio de Alicante  y Ayuntamiento de Elda  habían propiciado un clima de enfrentamiento que hacían ya irrecuperable el diálogo.  El alcalde de Elda dejó muy claro que el "futuro de la Feria pasaba por una reunión conjunta de todas las partes en la Diputación".  Por lo tanto todas las miradas y todas las preocupaciones se centraban en esa reunión anunciada.
Tras analizar los acontecimientos ocurridos en aquellos nefastos días, los cruces de acusaciones, y el estado de crispación existente, todos tenían cierto respeto y nerviosismo por  la postura que podía adoptar Elda, es decir, si la ciudad zapatera "creaba problemas" , la cosa se podría complicar.
El 2 de mayo de 1989 se celebró la esperada reunión en la Cámara de Comercio, con su presidente al  frente,  y a la que acudieron, entre otros,  el alcalde de Elda, el presidente de IFA, el director de esa misma institución,  y también el presidente de la Diputación. En ella se acordó por unanimidad (sin ninguna oposición de los representantes de nuestra ciudad),  que todas las ferias que organizaba IFA,  se trasladarían a un nuevo  pabellón ferial a construir y solamente quedaría en Elda las que concernían al calzado.  Naturalmente esto era una  muerte anunciada, cualquier observador podría adivinar que era imposible mantener unas ferias en Elda con un nuevo pabellón ferial en otro lugar, sin embargo  "la manzana fue mordida", y ese mismo día, a bombo y platillo, se hizo público el acuerdo.
Me faltó tiempo para escribir en nuestro semanario Valle de Elda,  y en el diario INFORMACIÓN de Alicante, un artículo que se titulaba ¡Digamos NO!, que en una  sola frase de dicho escrito se adivina el contenido ......"que el hecho trascendente de desplazar el recinto ferial, aún siendo bueno para toda la provincia de Alicante, es malo para el futuro de Elda y su economía y por ello hay que defender lo que ahora tenemos", ni que decir tiene que aquel escrito no tuvo respuesta por nadie, la opinión pública eldense se abstuvo de comentar y me quedé absolutamente sólo en esta reclamación. Más adelante, y tras dos años más de tiras y aflojas, surgirían aquellas célebres manifestaciones ante FICIA, encadenamientos por promesas incumplidas, pero para entonces aquellos gestos ya llegaban muy tarde.
Al releer hoy aquel ¡DIGAMOS NO!  podemos comprender mejor la historia de aquellos errores.
Valle de Elda nº 1670. 12-V-1989
Diario Información 13 de mayo de 1989

domingo, 7 de julio de 2019

¿Sabias que....? . Elda concedió los premios Cambrillón de Oro en 1959.


  Benjamín Belmonte contemplando el zapato que obtuvo el cambrillón de oro y el zapato ganador .
Fue un año de esperanza e ilusión, Elda estaba a las puertas de su historia reciente. En el certamen exposición del año 1959 se falló uno de los premios más celebrados  por el resultado de los zapatos ganadores: por una parte, un zapato fabricado por la empresa Santos González que consistía en un salón hecho en ante negro, con piedras de circonita en la pala formando un dibujo.  El otro ganador sería un zapato  hecho en tafilete de color rosa,  fabricado en una sola pieza y con la dificultad añadida de que todo el modelo presentaba una serie de nudos que lo hacía casi imposible, una auténtica obra maestra  y a juicio de quien esto escribe, uno de los zapatos más bellos y elegantes que se han podido fabricar en la ciudad de Elda, los artífices fueron los trabajadores de la fábrica de Benjamín Belmonte García, situada entonces en la actual Avenida del Mediterráneo y en el lugar aproximadamente en la que en la actualmente hay otra gran firma de calzado.
                                       
                            Zapato ganador del Cambrillón de Oro de la firma  "Calzados Helen"
El Cambrillón de oro consistía en un trofeo donado por uno de los fabricantes de componentes de la época, Hijos de Sócrates de la Encarnación,  y consistía en un cambrillón (refuerzo  interior de la planta ) hecho en oro de 24 quilates,  engarzado en una peana de mármol en la que se indicaba el ganador y el premio. Ambos zapatos ganadores y el premio conseguido por Belmonte, se encuentran en una de las vitrinas del Museo del Calzado.
Aquel premio, que tuvo un corto recorrido, se otorgaba para premiar la calidad en el conjunto del zapato, considerando su aspecto artístico como un factor importante a sumar a las demás cualidades de: modelaje, corte, cosido, fabricación manual y mecánica  y acabado.

¿Sabías qué?.. En el año 1994 el Museo del Calzado creó los Premios Nacionales de Calzado Artesan


                   Los zapateros premiados de aquel I Concurso Nacional de Calzado Artesano

En el año 1994, en el Museo del Calzado se creó un Premio Nacional para Zapateros,  se confeccionaron y publicaron las bases del  que iba a ser el Primer Concurso Nacional de Calzado Artesano y dicha publicación llegó a casi todos los rincones del país por medio de revistas especializadas, tratando de llegar especialmente a los profesionales de la zapatería manual o a medida.  En esas bases se limitaba a un máximo de dos obras  ( dos pares de zapatos hechos enteramente a mano) y se establecieron los siguientes premios:  Un primer premio de 75.000. - ptas. y placa. Un segundo  de 50.000. - ptas. y placa.  Un  tercero de 25.000. - ptas. y placa. También un premio de 25.000. - ptas. y placa al mejor trabajo en  aparado.
La respuesta fue casi inmediata, desde Andalucía hasta Madrid y Palencia, solicitaron la participación, y ese fue el principio de una amistad y colaboración del Museo con los artesanos de España. La labor de divulgación de una revista de la época destinada a los reparadores y zapateros de calzado a medida, que se llamada "El Reparador", así como la "Asociación de Zapateros a Medida y de Reparación" de la Comunidad Valenciana, dirigida por una de las personas con las que mantenemos una buena amistad, Rafael Prieto, fueron las claves para la participación.
El día 11 de Noviembre, en la Casa de Cultura de Elda, se inauguraría la II Semana de la Artesanía y con ella se fallaba el I Concurso Nacional de Zapato Artesano, recayendo el primero premio en el zapatero palentino Pedro Lozano; el segundo premio fue para Isabelino de Diego de Almería y el tercero para Manuel Reina de Madrid. El premio especial de aparado recayó en un zapatero de Elda, Jesús González Galocha.  También un accésit a un zapatero de Madrid, Antonio Alonso. A cada uno de los premiados se les entregó una escultura moldeada en barro que representaba a un zapatero de silla y que fue obra del joven escultor eldense Francisco José Maestre Pérez, el mismo que once años más tarde esculpiría la escultura "La Familia Zapatera" que se encuentra a las puertas del Museo del Calzado.